La fábrica ubicada en la localidad de Llavallol sigue cerrada, y los empleados aseguran que se trata de un “lock-out patronal”. Pese a la orden de la cartera laboral, no se reincorporaron los despedidos ni se reactivó la producción. Tampoco se pagaron los salarios caídos. La idea de la firma es que los trabajadores abandonen el convenio de aceiteros, lo que genera una baja en los salarios. La versión del grupo dueño de la firma.
Por: Diego Lanese.
Desde la semana pasada, los trabajadores de la firma Dánica permanecen en la puerta de la planta ubicada en la localidad bonaerense de Llavallol. La empresa del grupo Beltrán decidió cerrar el lugar, en medio de las denuncias de “lock-out patronal” en un conflicto que lleva años. Los intentos de la empresa de cambiar el convenio colectivo laboral son resistidos, pero por el momento no hay una solución a la vista. Esta semana, el Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires ordenó que se reincorporen despedidos y reactivar la planta, en el marco de la conciliación obligatoria dictada. Pero hasta el momento no hubo acatamiento a la orden, lo que podría derivar en una multa. Los empleados aseguran que más allá de este paso, lo que necesitan es volver a trabajar y cobrar los sueldos, y se mantienen en el lugar para evitar que haya un vaciamiento.
El viernes pasado, se realizó en el ministerio de Trabajo bonaerense una audiencia entre los empleados, que permanecen en la puerta del lugar, y las autoridades del grupo Beltrán. A partir de esto, la cartera laboral dictó la conciliación obligatoria, para retrotraer el conflicto. “Dánica no quiere acatar la conciliación obligatoria, y no deja entrar ni a los despedidos ni al resto de los empleados, por lo que tiene paralizada la producción”, le confirmó a Gestión Sindical Lucas Suárez, uno de los cesanteados.
La semana pasada, Suárez y Hugo Fiorini volvieron a ser despedidos como en abril de este año, lo que generó el nuevo conflicto. A partir de esto, los empleados realizaron una protesta, y la firma cerró los portones de la planta, paralizando la producción. “A partir de eso, pese a la orden del ministerio de Trabajo, nos dejaron afuera, sin pagarnos los sueldos caídos”, agregó Suárez, que apuntó a la “feroz persecución” que se viene haciendo con los activistas sindicales.
De fondo, el conflicto se desato cuando la empresa buscó retirar a los trabajadores del convenio de aceiteros, al que pertenecen originalmente. Desde abril que presionan para lograr este paso, que generaría una baja en los salarios de los empleados, ya que pasarían de básicos de 70 mil pesos, como los acordados por el acuerdo del Sindicato de Obreros y Empleados de la Industria Aceitera (SOEIA), a sueldos de 40 mil pesos si se cumple el deseo de la empresa.
Además, en los últimos dos años Dánica dejó de pagar los aumentos dados en paritaria, lo que ya es una baja salarial de hecho. Ante esto, los empleados siguen firmes en la planta de Lomas de Zamora. “Seguimos cuidando que no saquen nada de lo necesario para la producción, como ya intentaron en otras ocasiones. Queremos que dejen de atacar el convenio y paguen lo que deben”, agregó Suárez.
En la cartera sanitaria, recordaron que la conciliación obligatoria debe acatarse por 15 días, que comenzaron a correr desde esta semana. En ese sentido, fuentes del Ministerio de Trabajo confirmaron a Gestión Sindical que “analizan las medidas a tomar”, entre ellas una nueva multa.
En su momento, el gobierno de Axel Kicillof amenazó con una importante sanción económica si se mantenía la actitud, lo que se destrabó en su momento. “No sabemos si pagan o no las multas, lo importante para nosotros es que paguen los salarios y volvemos a trabajar, eso pedimos”, dijo Suárez. En este sentido, recordó que ni al inicio de la pandemia ni ahora se acataron las medidas dispuestas desde La Plata, y por estos días no hay señales que se vayan a acatar.
Los conflictos en Dánica se acumulan desde el 2019, cuando el grupo Beltrán se hizo carga de la firma. En abril de este año, al inicio de la pandemia, el Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires dictó la obligatoria de conciliación y retrotraer el estado de situación en la planta al día anterior al inicio del conflicto colectivo, reincorporando a los despedidos a sus tareas normales y habituales.
Además, hubo una intimación a la empresa a “abstenerse de adoptar cualquier medida que pudiere implicar una modificación directa o indirecta de las condiciones laborales y salariales en el establecimiento”. La medida se dio luego que la empresa cesanteara a cinco trabajadores, en su pelea por flexibilizar las condiciones laborales.
Pese a los reclamos y las amenazas de sanciones, toda esta semana la planta estuvo cerrada. En la puerta del lugar, un comunicado explica los motivos del cierre, que se adelantó será “por tiempo indeterminado”. “La empresa Avex informa la paralización por tiempo indeterminado de su producción en la planta de Lavallol. Hemos agotado todas las instancias para lograr que la planta siga funcionando y no hemos ahorrado ningún esfuerzo. Sin embargo, nos encontramos con obstáculos que nos obligan a tomar esta decisión”, destaca el comunicado.
“La pandemia generó una fuerte caída en la demanda de nuestros productos, lo que, junto a la incertidumbre económica general, ha empeorado la delicada situación que a traviesa la empresa”, agregó la empresa. Por último, Dánica apuntó a los problemas internos: “la crisis de representatividad gremial provocó la renuncia de la Comisión Interna que actuaba en nombre del personal y una porción sustancial de los trabajadores optó por afiliarse al Sindicato de la Alimentación. La empresa intentó por todos los medios superar tal conflictividad, pero no fue posible encontrar vías que favorezcan a todo el personal”.
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