Dos matones enviados por el ex líder gremial amenazaron con armas a los choferes que trasladan estibadores a sus puestos de trabajo. Juarez quiere retener ese negocio por el que le facturaba 3 millones de pesos mensuales al gremio que administraba.
A solo dos semanas de la liberación de Herme Oscar Juarez, el ex secretario General, procesado por lavado de activos en perjuicio del SUPA, parece decido a recuperar su control sobre el sindicato a cualquier costo.
Pasadas las 14 horas de ayer, dos personas se subieron a un colectivo destinado al transporte de afiliados a sus puestos de trabajo y amenazaron al conductor que se encontraba en el interior del vehículo.
Los sicarios le exigieron que cese el servicio de transporte y le encomendaron que envié un mensaje mafioso al resto de los conductores afirmando: "Los vamos a cagar a tiros"; y "es la única vez que avisamos".
El hecho sucedió a plena luz del día y a metros de la sede sindical, custodiada por Prefectura Federal, luego de las denuncias por aprietes efectuadas por la intervención del SUPA.
Es que luego de la decisión del interventor, Marcelo Urban, de desarticular un negocio millonario de "Vino caliente", se registraron amenazas telefónicas, daños a los vehículos de transporte del sindicato y todo tipo de aprietes y mensajes mafiosos que culminaron con el de ayer.
El pasado martes Juarez pretendió bloquear el transporte de afiliados utilizando a menos de una decena de manifestantes del sindicato de remiseros de rosario.
Fueron los propios estibadores que, viendo que varios de sus compañeros se venían impedidos de trasladarse a sus puestos de trabajo, se autoconvocaron en la sede del SUPA y los desalojaron.
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