La crisis laboral en Argentina sigue empeorando, con más de 100 mil despidos en empresas privadas en lo que va del año. Esta cifra, sumada a los 24 mil despidos en el sector público, ha generado una situación alarmante que ni siquiera las conciliaciones obligatorias de la Secretaría de Trabajo han podido contener.
En los primeros cuatro meses del gobierno de Javier Milei, se han registrado 23.012 despidos en el sector privado. Según el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), basándose en datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) y la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL), el total de despidos en el primer cuatrimestre de 2024 asciende a 94.963.
Entre febrero y abril, se produjeron 50.592 despidos en el sector formal, destacándose especialmente la construcción y la industria. Gerardo Martínez, líder de la UOCRA, informó que 130 mil trabajadores de la construcción fueron despedidos debido a la paralización de la obra pública. La industria, afectada por la devaluación del peso y la disminución del consumo, registró una caída del 11% en el primer bimestre del año.
Los despidos, suspensiones de personal, recortes de horas extra y retiros voluntarios han afectado duramente a sectores como el automotriz, textil y alimenticio. La industria manufacturera ha mostrado diez meses consecutivos de caída interanual y seis meses de caída intermensual hasta marzo, lo que refleja la profundidad de la crisis.
Pymes en peligro
El Observatorio de Industriales Pymes Argentinos (IPA) prevé que la tasa de desempleo superará el 10% antes de fin de año. Daniel Rosato, presidente de la entidad, advirtió que 300 mil empleos en pymes industriales están en riesgo de desaparecer. Otros sectores, como servicios de comunicación, agricultura, enseñanza, inmobiliarias, comercio y transporte, también han sufrido despidos masivos.
Empresas como Textil Río Grande han implementado suspensiones prolongadas y programas de retiros voluntarios, afectando significativamente a sus empleados. En total, el sector textil ha registrado 3.500 despidos y 8.500 suspensiones, impactando a 55.000 trabajadores. La industria de la indumentaria también ha sufrido, afectando a medio millón de personas.
Las conciliaciones obligatorias han logrado revertir algunas decisiones de despido, como en el caso de Mirgor, donde se buscaron acuerdos entre gremios y empresas. Sin embargo, muchas otras compañías, como Drean, Whirlpool, Mar Argentina, Acindar, PepsiCo, General Motors, La Serenísima y Bimbo, siguen enfrentando despidos masivos.
En el sector salud, las disputas laborales han enfrentado al Colegio Médico con la Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina. A pesar de la crisis, algunos sectores como la minería y la hotelería han experimentado un aumento en la ocupación.
La caída del empleo privado
El empleo privado registrado comenzó a descender tras las PASO de agosto pasado, con una reducción de 6,4 millones de puestos en agosto a 6,34 millones en enero. Desde marzo de 2024, cuando la actividad económica cayó un 8,4% interanual, la tendencia no ha mejorado.
Nuevos pronósticos, como los del Banco Mundial, prevén una mayor caída del PBI argentino en 2024, estimada en un 3,5%, lo que impacta directamente en las expectativas de empleo formal. La generación de nuevas oportunidades laborales dependerá de grandes inversiones, como en Vaca Muerta o proyectos mineros, ya que la recuperación del consumo parece lejana.
Además, una disminución de 21.393 trabajadores en el sector público, según datos parciales, agrava aún más el escenario laboral del país.
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