Entre noviembre y mayo la mayoría de los despidos provinieron de empresas con más de 500 trabajadores. En simultáneo, cerraron casi 10.000 negocios y emprendimientos.
Producto de la recesión económica, cerraron casi 10.000 empresas, plantas de producción, negocios y emprendimientos durante los primeros seis meses del nuevo gobierno, según estimaciones de CEPA. De ese número, casi la totalidad se correspondía con empresas con menos de 500 trabajadores, en su mayoría pymes. Pese a eso, el centro de estudios halló que el 70% de los trabajadores registrados que perdieron su empleo en ese periodo de tiempo provenía de grandes empresas. Se trata de un fenómeno que ya había sido alertado por cámaras empresarias, que explicaron que las pymes evitan la reducción de personal porque “implica una desinversión que es muy difícil de revertir en el caso de que la situación mejore”.
Con base en la información publicada por la Superintendencia de Riesgos de Trabajo (SRT) referida a la Seguridad Social, CEPA calculó que se redujo la cantidad de empleadores en 9.972 casos entre noviembre y mayo. “Se observa que los principales afectados, en estos primeros seis meses de la gestión de Javier Milei, son las empresas de hasta 500 trabajadores: 99,5% del total de los casos (9.927 empresas menos). Por el contrario, la cantidad de empleadores de más de 500 trabajadores explican sólo el 0,5% (45 casos)”, detalló el informe.
Del análisis de estos datos también se desprendió que “la expulsión de trabajadores se concentró en las empresas de mayor porte”. El 70% de la pérdida de empleo registrado se focalizó en empresas de más de 500 trabajadores. En cambio, en los seis meses que van entre noviembre de 2023 y mayo de 2024, la reducción de personal por parte de las empresas con menos de 500 trabajadores explicó el 30% del total. En total, la cifra es de 265.308 puestos de trabajo menos, un número sensiblemente mayor al registrado por SIPA, que estimó poco más de 175.700 puestos de trabajo menos, contando asalariados registrados y trabajadoras domésticas.
La predominancia de despidos de las empresas más grandes es un fenómeno que desde el Observatorio de Industriales Pymes Argentinos (IPA) comenzaron a notar hace unos meses. Argumentaron que “una posible interpretación es que las empresas grandes tienen más capacidad de reacción en el corto plazo que las empresas medianas y chicas, tanto por sus recursos como por sus capacidades de predicción”.
Por el lado de las pymes, explicaron que “la menor cantidad de personal disponible limita la reacción de las empresas ante un eventual aumento de la demanda. A eso se le suma que "despedir parte del personal restante les resulta muy costoso porque son empleados con calificación, en muchos casos como resultados de capacitaciones que han pagado las mismas empresas".
Y agregaron: “De alguna manera, esa reducción de personal implica una desinversión que, como tal, es muy difícil de revertir en el caso de que la situación mejore. Asimismo, reduce la disponibilidad de estrategias para enfrentar la situación actual: a menor personal, menos cantidad de ‘cabezas pensantes’ y también menos recursos para diversificar la producción, de manera de abarcar otro tipo de demandantes”.
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