Como cada 5 de junio, el Día Mundial del Ambiente convoca a revisar las políticas e iniciativas de los distintos países para generar cambios sustentables.
Si bien la pandemia causada por la COVID-19 concentra el eje del interés público, el cambio climático representa otra emergencia relacionada: el cambio climático. Sus efectos son cada día más extremos y, en Argentina, afectan a casi la totalidad de los sectores de la economía, el empleo y la producción que dependen directa o indirectamente de los recursos naturales, así como la salud (estrés de calor, fenómeno de zoonosis).
“Crear más empleos verdes es una forma de contribuir a preservar y restaurar el ambiente”, dijo Christoph Ernst, especialista de empleo y desarrollo productivo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Argentina quien, junto al consultor Daniele Epifanio, presentaron una nueva publicación de la organización, que pone el foco precisamente en este tema: Argentina: Potencial de creación de empleos verdes en un marco de transición justa.
La nueva publicación fue impulsada por el programa de Empleos Verdes de la OIT y estudia la relevancia y potencial efectividad de estas políticas. De acuerdo con Ernst, el documento “llega en un momento clave, porque estamos pensando la manera de construir una mejor normalidad, donde la toma de decisiones relacionadas con la recuperación económica, social y de empleo ante la COVID-19 deberá tener como protagonistas a la sostenibilidad ambiental y el trabajo decente”.
En este marco, la publicación ofrece un análisis detallado de las posibilidades para crear empleo verde en tres sectores particulares: energía, transporte y agricultura, ganadería, silvicultura y pesca. Además, presenta un examen sobre el marco normativo nacional y brinda recomendaciones para desarrollar una política de transición justa con creación de empleo verde en Argentina.
De acuerdo con datos de la OIT, en 2015 existían unos 650 mil empleos verdes en Argentina, que representaban el 7 por ciento de los asalariados formales, públicos y privados. En 2018, esa cifra subió a 732.000.
Según el informe, se destaca el potencial de generación de empleo verde en los servicios de gestión de residuos sólidos urbanos y efluentes líquidos, en los que actualmente se emplean unas 48.000 personas. Este sector podría crecer más si se aplicaran medidas orientadas a promover la prestación adecuada de estos servicios, a atender los déficits de trabajo decente y eliminar el trabajo infantil.
Asimismo, considera sectores de menor relevancia desde la perspectiva del empleo actual, pero con elevado potencial de creación de puestos de trabajo. Las razones varían: en el caso del manejo de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, que actualmente cuenta con unos 600 empleos, la falta de crecimiento se relaciona con un déficit de calidad. Para Ernst, si bien muchos residuos representan un problema ambiental, “algunos también pueden considerarse como insumos con valor para la producción (reciclaje) y para consumo, lo que llamamos up-cycling”.
Respecto al reciclado, en octubre de 2019 la Asociación Civil Ecoplas presentó un estudio con datos relevantes sobre ese sector en el país. De acuerdo con esta entidad, Argentina recuperó y recicló 251.000 toneladas de plástico en 2018. Aun así, señaló que la industria plástica recicladora de Argentina posee aún un 60 por ciento de capacidad ociosa, es decir: tiene mucho margen para crecer.
En otros ámbitos, la falta de crecimiento puede atribuirse a una limitada expansión o una incipiente reconversión de sectores productivos, como sucede con la producción de energía a partir de fuentes renovables. En esa área, la participación en el mercado mayorista de energía eléctrica creció del 1,2 por ciento al 8 por ciento entre 2011 y 2020. Además, cuenta con 11.000 empleos verdes, mayormente vinculados con el sector de la construcción. El turismo, por su parte, reúne cerca de 15.000 empleos verdes.
La publicación menciona la experiencia de Santa Fe, la primera provincia en participar del proyecto de estimación del empleo verde en el sector de la bioenergía, que identificó 833 empleos verdes directos vinculados a la generación de biocombustibles, principalmente biodiesel a partir de soja.
A su vez, Argentina presenta una alta vulnerabilidad climática que afecta a la población y compromete la productividad: 926.000 empleos dependen de servicios ecosistémicos, lo cual corresponde al 8 por ciento de los empleos nacionales, informa la nueva publicación.
De acuerdo con el coordinador de PAGE, “aunque observamos un interés creciente por estos temas y existen varias iniciativas emergentes, todavía hay poco conocimiento acerca de la efectividad de las políticas públicas actuales para crear una economía verde”. A su vez, Etorena agregó que “es necesario profundizar más en las interrelaciones entre el ambiente, la economía y el mercado laboral, así como sobre la calidad de los empleos verdes existentes”.
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