La interna del Gobierno esparce sus esquirlas influyendo y afectando a la política y la economía y también al sindicalismo. Las posturas.
Por: Alejandro Di Biasi.
La interna del Gobierno esparce sus esquirlas influyendo y afectando a la política y la economía y, por supuesto, también al sindicalismo. En los últimos días, dirigentes de peso de la CGT respaldaron al Presidente Alberto Fernández y la gestión de los ministros más cuestionados por el kirchnerismo.
Si bien todavía no se abrió la "grieta" en el consejo directivo de la central obrera, algunos voceros sostiene que es "una cuestión de tiempo…". Y agregan que la evolución de la inflación y los salarios podrían potenciar una nueva división en el movimiento obrero organizado.
El reciente Congreso Nacional del sindicato de la Sanidad –que lidera Héctor Daer, además cotitular de la CGT- trascendió el encuentro gremial para transformarse en un acto político con la presencia del jefe de Estado, quien ratificó su intención de que los salarios le ganen a la inflación. Sin embargo, lo más jugoso vino de parte de los referentes sindicales, comenzando por los anfitriones: Carlos West Ocampo (anunció que dejar la titularidad de la Federación de Sanidad) y Daer; y los invitados: Armando Cavalieri (Comercio), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Andrés Rodríguez (estatales de UPCN) y Rodolfo Daer (Alimentación).
Moroni, el "mejor ministro de Trabajo"
West Ocampo afirmó que "Moroni ha sido clave para poder trabajar y respetar nuestras paritarias. Delante de todo el congreso queremos agradecerte. Es el mejor ministro de Trabajo que tuvimos en muchísimos años y estaremos todos juntos para defenderlo en la cartera de trabajo, a pesar de que lo ataquen desde lo ataquen nosotros vamos a estar atrás con todos los gremios defendiéndolo".
Daer, por su parte, remarcó: "Moroni es uno de los ministros que no cede ante las presiones sistemáticas que existen desde la política para romper un modelo sindical argentino, un modelo sindical peronista". Y agregó: "No es solamente buen ministro porque acompaña el desarrollo de cada una de nuestras organizaciones, sino porque conceptualmente es quien defiende la organización sindical y permanentemente reivindica el rol colectivo del movimiento obrero organizado que son nada más y nada menos que los sindicatos".
Los elogios hacia el titular de la cartera laboral siguieron de parte de Lingieri, quien apuntó: "Nos escucha como pocos, es una persona de bien y por eso estamos y bancamos y defendemos esa actitud". Y agregó: "Todos han intentado durante años atacarnos y nos han tironeado de todos lados. Ahora los vemos a los Milei y los Espert, que dicen que hay que echar a los movimientos obreros y los dirigentes sindicales".
Cavalieri y Andrés Rodríguez fueron más por el análisis político, dejando entrever que muchos de los males de la Argentina se deben a la disputa en el Frente de Todos.
Gerardo Martínez le apuntó a Cristina Fernández
Si bien no participó del encuentro en Sanidad, otro que salió a apoyar a Alberto y criticar a Cristina Fernández de Kirchner fue el líder del gremio de la Construcción (UOCRA), Gerardo Martínez, quien manifestó: "Yo no necesito que ningún político me venga a enseñar a cómo debo cerrar mis paritarias, ni indicarme qué porcentaje debo acordar. Yo firmé el 62% y no preciso que nadie nos aplauda", en clara referencia a la intervención que tuvo la Vicepresidenta en la paritaria de los bancarios.
A los llamados "Gordos" (Daer y Cavalieri), más los "Independientes" (Rodríguez, Martínez y Lingeri) se suman los "Barrionuevistas", con el otro cotitular de la CGT, Carlos Acuña a la cabeza. En los últimos meses, el líder de los Gastronómicos, Luis Barrionuevo, se acercó a la Casa Rosada y hoy sostiene que hay que respaldar al Presidente.
Enfrente está la Corriente Federal de los Trabajadores (CFT) en encabezan Sergio Palazzo (Bancarios) y Héctor Amichetti (Gráficos bonaerenses) y conformado por el ala sindical más kirchnerista con Walter Correa (Curtidores) y Vanesa Siley (judiciales), entre otros. Por fuera de la CGT está la CTA de los Trabajadores, liderada por Hugo Yasky, con terminal directa en la Vicepresidenta. Sin intención de "romper" cuestionan cierta pasividad de la CGT e impulsan proyectos como el adelantamiento de las cuotas del Salario Mínimo, Vital y Móvil, el Salario Universal o la reducción de horas laborales.
En el medio juegan los Moyano. La relación entre Hugo y Pablo no es la mejor, pero cada uno sigue en su rol. Hugo conduciendo la Federación de Camioneros e Independiente y Pablo con la diaria del sindicato y la cotitularidad de la CGT. Ambos ven lo está enfrente: La posibilidad latente de que vuelva Mauricio Macri, o lleguen Patricia Bullrich u Horacio Rodríguez Larreta. Aseguran que vienen por los derechos laborales, para terminar con las obras sociales y los sindicatos y para "meternos presos".
Por esos sostienen la unidad de la CGT "aunque duela". Y no quieren tomar partido en la disputa del Gobierno. Prefieren eludir las definiciones. Aunque vale recordar que Pablo criticó en más de una oportunidad a Moroni y otros funcionarios.
Pablo Moyano, además, es el referente del Frente Sindical para el Modelo Nacional, junto con el secretario Adjunto del sindicato de Mecánicos (SMATA), Mario Manrique, y mantiene su alianza con el titular de la Unión Ferroviaria (UF), Sergio Sasia, a su vez, secretario General de la poderosa Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte.
Divisiones y peleas
Justamente, las elecciones en dicha organización detonaron una división con la salida de Omar Maturano (La Fraternidad) y Roberto Fernández (choferes, UTA) quienes armaron la UGATT con gremios disidentes del Moyanismo y dirigentes del Barrionuevismo. Es decir, hay una disputa latente que se puede leer, inclusive, con la renovación dirigencial como pasó en la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), con la salida de Antonio Caló y la llegada de Abel Furlán, al que algunos calificaron de kircherista, pero que hoy afirma que hay que sostener al Gobierno y no entrar en la interna.
Furlán, como Pablo Moyano tiene buen diálogo con Maximo Kirchner y con el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof. Sin llegar a ser aliados, coinciden en la necesidad de un gobierno unido que gestione con posibilidades concretas de ganar las elecciones del 2023.
En el análisis global, un veterano dirigente graficó: "En la CGT nos costó llegar a la unidad, porque ya vimos lo que hizo Juntos por el Cambio. No todos pensamos igual y varios tienen proyectos personales, pero creo que entendimos la situación. Como dice el dicho, no nos une el amor, sino el espanto".
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