La CGT local proclamaría hoy nuevas autoridades reeligiendo a José Pihen como secretario general. Un sector encolumnado detrás de Rubén Urbano y Pablo Chacón pidió postergar la elección cuestionando su legitimidad.
Por Felipe Osman
La CGT Regional Córdoba avanza sin pausa hacia la renovación de sus autoridades, y para los sindicatos encolumnados detrás del oficialismo la reelección de José Pihen al frente de la central es un hecho, a pesar del reclamo de unidad cursado desde distintos sectores del sindicalismo local (y nacional) y de los cuestionamientos de un importante grupo de sindicatos, que el viernes pasado firmó un documento exigiendo a la CGT abrir la convocatoria y abstenerse de definir la nueva conducción sin su participación.
Desde la CGT, en tanto, replicaron rápidamente que la convocatoria fue abierta a todos los sindicatos que la integran, y que quienes protestan jamás han demostrado interés alguno por participar de la central eligiendo, en cambio, otros ámbitos de acción. Por caso, la CGT Rodríguez Peña de Mauricio Saillen y Gabriel Suárez.
Concretamente, el reclamo fue firmado por quince sindicatos cordobeses, entre los que destacan Comercio (Pablo Chacón), la UOM (Rubén Urbano), Surrbac (representado en este caso por Franco Saillen), Sanidad (Ricardo López), SUVICO (Gustavo Pedrocca), Camioneros (Edgar Lujan), Luz y Fuerza (Gabriel Suarez), Petroleros (Ricardo Borelli) y UPCN (Alejandro Vergara), que pidieron al Ministerio de Producción y Trabajo de la Nación detener la elección de autoridades en la CGT cordobesa por considerarla “arbitraria” y “sin consenso”.
La misiva, dirigida a Manuel Troncoso, Director Nacional de Actividades Sindicales, hace alusión a que “presumiblemente” se citó a una reunión de “algunos Secretarios Generales de entidades agremiadas a la CGT Regional Córdoba” para llevar adelante “una supuesta elección” de autoridades el 25 de noviembre, y no se le dio participación a todos los sindicatos locales, tratando de este modo que las autoridades elegidas no fueran consensuadas por la mayoría. Y por esto solicitan que la autoridad competente “se abstenga de llevar adelante cualquier tipo de intervención de la mentada reunión que tenga por objeto validar y/o legitimar las decisiones que allí se adopten” y “que se impugne cualquier intensión de nombrar autoridades”.
También objetan que la convocatoria “no ha sido realizada por quien posee las facultades estatutarias para hacerlo” ya que no hay autoridades electas, y la misma debe tener, según apuntan, el aval del Consejo Directivo de la CGT y del Secretario del Interior, quien sería el encargado de llevar a cabo el control de concurrencia, extremos que -a su entender- no estarían siendo respetados.
Finalmente, aseguran que la citación “no respeta la difusión suficiente para que los asambleísta o electores, es decir, los secretarios generales de la totalidad de los gremios, puedan dar el presente en dicho encuentro”, y a su vez hace hincapié en que “las elecciones de autoridades solo pueden llevarse a cabo mediante asambleas o congresos ordinarios que deben ser comunicados con antelación por los medios más efectivos”, y esta convocatoria no respetaría ninguno de esos puntos, por lo que argumentan que la decisión que de allí se desprenda “no pasara a ser más que una mera determinación voluntaria de un grupo de personas que no podrá ser considerada como legitima”.
Así, en duros términos, estos sindicatos amenazan incluso con llevar el resultado de la elección a la Justicia si sus reclamos no son atendidos.
Una primera observación de este posicionamiento encuentra a sindicatos tan enfrentados como Camioneros y el Surrbac encolumnándose detrás de un objetivo común, y a otros, que poco tiempo atrás parecían cercanos, como la Asociación Bancaria y Camioneros, jugando a distintos lados del mostrador.
Por otro lado, no parece probable apostar por una intromisión del Ministerio de Trabajo de la Nación en el proceso electoral de la CGT Regional, y menos aún pensar que pueda ser judicializado, pero sí podría estar configurándose un nuevo polo gremial, liderado por Urbano y Chacón, que busque encolumnar detrás de sí a todo el sindicalismo K, alimentándose -en parte- de las cenizas de la CGT Rodríguez Peña.
Encerradas entre dos posiciones absolutas, las 62 Organizaciones Peronistas, que en principio habían construido una fórmula para participar de una porfía a la que nunca fueron convidadas, buscan ahora flotar sobre el conflicto declarándose “prescindentes” en relación a las posturas adoptadas por Pihen y Urbano, en un lineal saludo al Centro Cívico.
En un comunicado firmado por su secretario general, el espacio expresó que su prioridad es “el diálogo y la unidad sindical de todo el movimiento obrero”, y que seguirá apostando a “potenciar su organización” teniendo por referencia al gobernador como máximo referente del peronismo cordobés.
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