El oficialismo perdía luego de más de 40 años y empezaron a “aparecer” urnas en las que había 250 votas sobre un padrón de 40 afiliados. Impugnaciones y escrutinio paralizado.
Terminaron en escándalo los comicios del Sindicato de Obreros del Caucho Anexos y Afines (Socaya). En ellos Juan Carlos Ponce, uno de los caciques gremiales con mayor arraigo en el sillón de secretario General, ponía a consideración de los afiliados su mandato por primera vez en 44 años con una lista opositora.
Sucede que cuando comenzaron a llegar los primeros números del recuento de votos, en los que la Lista Verde, que llevaba como candidato a secretario General a Claudio Streitenberger, delegado de la populosa planta de Dass de Coronel Suarez y con arraigo en los principales establecimientos del país, sacaba una luz de diferencia, se multiplicaron las irregularidades.
Entre las más obscenas se constataron urnas con más votos que votantes, como el caso de la seccional Córoba en la que había 40 afiliados, pero la urna contaba con 250 sufragios emitidos.
Por ello los abogados junto con el apoderado de la Lista Verde impugnaron las urnas y denunciaron todas las irregularidades que hubo. La idea es que una vez concluido ese tramite, que es agotar la vía asociacional, se proceda a impugnar las elecciones en el Ministerio de Trabajo y se solicite una nueva elección complementaria de un solo día en las urnas discutidas.
Sin las urnas “discutidas” el octogenario Ponce, un moyanista de recorrido en la CGT, perdería los comicios por más de 100 votos, por lo que las irregularidades se convierten en claves para definir el futuro del gremio en el período 2017-2021.
Dados esos guarismo Streitenberger se proclamó vencedor y remarcó que obtuvo un triunfo aplastante en Coronel Suarez con el 82% de los sufragios. Ponce, por su cuenta, contando las urnas impugnadas difundió que obtendría una diferencia de 300 votos en su favor.
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