El secretario general del Sindicato Obrero de la Fruta (S.O.F.), Alcides Camejo, anunció la apertura de las discusiones paritarias con el sector empresario citrícola y adelantó que solicitaron un jornal mínimo de 2650 pesos para el trabajador de la cosecha. Pidió al sector empresario responsabilidad y acción para buscar soluciones reales a la problemática salarial y laboral de los trabajadores.
Camejo hizo clara referencia a la poca o nula voluntad del empresariado del sector para buscar soluciones a la magra situación de los trabajadores de la cosecha y recordó que mantuvo llamados telefónicos y reuniones con legisladores y funcionarios para que a la actividad se le exima de cargas impositivas, como sucede en otras provincias, pero que estas acciones se utilicen para formalizar a los trabajadores.
“Los convoqué a los empresarios a participar de una mesa de trabajo, pero no concurren. Quieren que el trabajo se los haga yo por ellos. Total después, la culpa de todo la tiene Camejo”, dijo el sindicalista y agregó que las paritarias para el sector ya comenzaron y que el planteo del sindicato es que el jornal mínimo para el trabajador de la cosecha, desde el escalafón más bajo en la actividad, alcance a cubrir la canasta básica alimentaria.
Consultado al respecto, el dirigente explicó que hubo reunión en paritarias con sector empresario, tratando de acordar un salario para que el trabajador, como debe ser este por encima de la canasta alimentaria. “Como es habitual, ya pusieron el grito en el cielo diciendo de dónde saco yo los números que les puse sobre la mesa. Yo les pedí un jornal diario para un cosechador, que es la escala más baja, de 2650 pesos para superar la canasta básica para una familia tipo”, adelantó el sindicalista.
El secretario general del S.O.F. dijo que está teniendo contactos con funcionarios para luchar contra la informalidad del sector: “Ayer tuve una llamada de la ministra Rosario Romero. Hoy tuve un llamado de la Dirección de Trabajo para hacer una mesa de trabajo para tratar de controlar a estos negreros que abusan de la gente, para que blanqueen a su personal y estos puedan llevar un ingreso digno para sus familias.”
Camejo se refirió en duros términos al sector de la patronal de la actividad de la cosecha diciendo que “ellos siempre lloran porque las cargas sociales son muy altas, pero no las pagan y tampoco las reparten con el trabajador que, con suerte y viento a favor, hoy le quedan entre 800 y 1000 pesos diarios. Y no sólo eso, ellos dicen que tienen que pagar mucho, pero no pagan nada a la obra social, a la jubilación ni al sindicato. Después sí, le piden todo al Estado. Piden que les extiendan la emergencia agropecuaria, piden subsidios, créditos a tasas bajas, moratorias, etc. Ellos piden todo, pero no pagan nada. Acá Salerno está otra vez debiendo dos meses de sueldo a la gente. Esta empresa Trebol Pampa, para la que estaba trabajando este chico de Concordia que fue aplastado por un tractor en una quinta de Federación, tiene 150 trabajadores en blanco y 700 en negro que son los que le levantan la cosecha. Ni hablar de los patoteros de Chajarí y los de Villa del Rosario para adelante.”
Camejo también contó que intentó convocar a empresarios para lograr exenciones impositivas para el sector que pudieran ser volcadas luego en mejores salarios y mayor formalidad para los trabajadores. Sin embargo, acusó de que estos estarían más cómodos en la posición actual.
“Yo los convoqué a una mesa de trabajo a estos que se dicen empresarios. Me junté con la diputada Mayda Cresto, con el senador Edgardo Kueider con Enrique Cresto y con el titular del ministerio de Trabajo, Guillermo Satalía Mendez, para pelear para que a Entre Ríos lo beneficien, como ya se hace con otras provincias, con el 80 por ciento de quita en las cargas impositivas, pero estos empresarios no concurrieron. Se ve que les gusta este anonimato, quedarse quietos y seguir negreando mientras yo les hago todo el trabajo… Por algo somos una de las ciudades más pobres. Total después, el único responsable es Camejo por todo lo que pasa”, concluyó.
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