Los trabajadores del Programa de Atención Médica Integral (PAMI) avanzan en una nueva jornada de paro y medidas de fuerza en todo el país. La UTI, gremio mayoritario del organismo, ya comunicó al Ministerio de Trabajo la huelga con la que rechaza los despidos, la incorporación de funcionarios "a dedo", el ajuste de los salarios y la "decadencia" de las prestaciones.

La protesta promete paralizar hoy la atención en todo el país. "El PAMI es un ente público no estatal y desde marzo han despedido a 186 empleados, en contra del decreto estatal, alegando que son trabajadores de la administración pública", dijo Osvaldo Barreñada, secretario general de UTI en declaraciones a un medio nacional. 

Y agregó: "Incluso quieren acordar el aumento del salario en un 7%, como si participáramos del sector público, cuando siempre tuvimos convenio propio".

El malestar de la UTI es más profundo. Es que no sólo hubo una ola de despidos en plena prohibición, sino que se corrió de sus cargos a varios empleados de carrera. Además, se lanzó un programa de jubilaciones anticipadas y no se pasó a planta a los contratados.

El cuadro de furia de los empleados del PAMI, en el marco de ese ajuste, se terminó de constituir el último mes cuando trascendió la resolución por la que el organismo asumió el pago de unas 500 contrataciones para el Hospital del Bicentenario de Ituzaingó.

Desde el gremio apuntan al fracaso del diálogo con las nuevas autoridades a Darío Ramos. Si bien es formalmente el Coordinador de Proyectos Especiales, en la práctica es el interlocutor asignado y quien filtra sus pedidos hacia Luana Volnovich. Incluso en las últimas semanas circularon imágenes en las que amenaza con pedir sanciones a los empleados que paren.

Ramos es un viejo conocido de los pasillos del mundo del trabajo, es hijo de Mónica Risotto histórica abogada de sindicatos y actual Directora Nacional de Asociaciones Sindicales.