El equipo del alcalde porteño negó que planee impulsar la caída de la ultraactividad, la garantía de sostén de las condiciones laborales de cada sector asalariado.
Por Mariano Martín
El avance de la campaña electoral volvió a mostrar una discordancia entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, los dos contrincantes en la interna de Juntos por el Cambio para las PASO, en este caso en el capítulo laboral de sus programas.
Mientras la exministra de Seguridad ya anunció su interés en impulsar la renegociación de cero de los convenios colectivos de trabajo, el jefe de Gobierno porteño hizo saber que no promoverá la caída de la cláusula de ultraactividad, como se denomina la garantía de continuidad de la vigencia de esos instrumentos más allá de sus vencimientos formales.
Se trata de una distinción clave que fue el eje de los tironeos que acompañaron en 2000 el debate de la ley 25.250, denominada "Banelco" por las sospechas de haber sido sancionada mediante sobornos, y cuyo espíritu promete reeditar Bullrich en caso de ser electa presidenta. La sanción bajo sospecha de aquella norma, de la que la precandidata también extrajo la descentralización de las negociaciones laborales y la baja en las cargas patronales, disparó la crisis que desembocó ese año en la renuncia del entonces vicepresidente, Carlos "Chacho" Alvarez, y el inicio de una crisis que terminó con el derrumbe de diciembre de 2001.
No se trata de la primera diferencia en materia laboral entre los dos postulantes de JXC. En abril, durante una reunión en principio reservada, Rodríguez Larreta dialogó con la "mesa chica" de la CGT y les prometió a sus integrantes que no impulsaría ninguna reforma integral de la legislación laboral.
En aquella oportunidad el mandatario porteño sólo les dijo a los sindicalistas de su interés en promover modernizaciones de sectores vía convenios colectivos de trabajo pero no a través de modificaciones generales. De todos modos, y como reveló luego este diario, en carpeta del alcalde figura la alteración del criterio de "irrenunciabilidad" que impide la firma de acuerdos laborales individuales o de menor jerarquía que los nacionales con condiciones menos favorables que las previstas en los convenios de mayor alcance.
Dante Sica
En el equipo de Larreta, no obstante, ayer se ocuparon de aclararle a este diario que no figura en sus planes el cese de la ultraactividad. La caída de esa cláusula implicaría la obligatoriedad de la renegociación de todos los convenios colectivos bajo la amenaza de que en caso de no haber acuerdo en un período a determinar -Bullrich y su referente en el área, Dante Sica, dijeron que debía ser perentorio- ese cuerpo de normativas llegaría a su fin y las relaciones laborales en ese rubro pasarían a regirse por el piso establecido en la ley de Contrato de Trabajo.
Se trata del cuerpo legal que fija las condiciones mínimas del desarrollo de un empleo en el sector privado, por encima de las cuales la legislación argentina prevé la firma de los convenios correspondientes. Ese escalonamiento responde a la línea vigente de progresividad de las leyes laborales.
Aunque las iniciativas de todos los candidatos y dirigentes de Juntos por el Cambio se nutren de las mismas usinas, es decir los centros de estudios del PRO, la UCR, la Coalición Cívica y el peronismo federal, la campaña electoral hizo aflorar varias diferencias entre Larreta y Bullrich.
La exfuncionaria de Mauricio Macri y Fernando de la Rúa cuenta en su equipo con Sica, Jorge Triaca (exministro de Trabajo de Cambiemios) y otros exfuncionarios como Horacio Pitrau. El alcalde porteño suele ir a los encuentros con sindicalistas acompañado de su subsecretario de Trabajo, Industria y Comercio, Ezequiel Jarvis, y a diferencia de Bullrich optó por mantener abiertos los canales de diálogo con los sindicalistas de mayor peso dentro de la CGT.
El fin de semana también se diferenció de Bullrich el expresidente y exgobernador de Misiones, Ramón Puerta. el dirigente, que integra el espacio peronista de JXC que encabeza Miguel Pichetto, habló en AM 750 y rechazó la idea de forzar la caducidad de la ultraactividad.
"No me gusta el vacío de poder", sintetizó el misionero. Y agregó: "La palabra refoma choca con algunos antecedentes que no ayudan mucho a su interpretación", respecto de una eventual modificación de las leyes laborales. Según Puerta, "las mejoras tienen que ser para todas las partes, para la generación de empleo, para quien trabaja y para quien hace su aporte de capital para generar empleo".
En la misma emisora se pronunció al respecto el diputado nacional Sebastián García de Luca, también proveniente del peronismo pero alineado con Bullrich. "En materia laboral estoy de acuerdo con todo lo que proponen Patricia y Dante Sica", sintetizó cuando fue consultado sobre el fin de la ultraactividad propuesto por el binomio.
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