El centro de almacenamiento y distribución funciona en el Mercado Central. La logística creó un convenio propio precarizado, con jornada laboral flexible, banco de horas y que limita el derecho a huelga. Este convenio del 2019 es una muestra del ataque que preparan los empresarios y sus partidos.
No todos perdimos con la pandemia. Mercado Libre es una gran empresa-corporación que se fue para arriba con la disparada del comercio online, como muchas firmas tecnológicas en el mundo. Su principal y más grande centro de distribución del Área Metropolitana de Buenos Aires se encuentra en La Matanza. Una planta gigante de 65 mil metros cuadrados, con un promedio mensual de dos millones de productos recibidos, organizados y distribuidos. Allí se despachan 160 mil paquetes por día hacia todo el país, de unas cuatro mil empresas que venden celulares, televisores, juguetes y electrodomésticos, entre otros artículos.
Su publicidad habla de la efectividad y velocidad de las entregas (servicio llamado “fullfillment”), que garantizan a costa de grandes exigencias de productividad a sus trabajadores. Esta empresa, que desde 2019 funciona en el predio del Mercado Central, creó un convenio del sector Carga y Descarga a su medida, cuyas cláusulas eliminan derechos laborales.
¿Cuáles son las consecuencias de esta reforma laboral por convenio?
Se trata del Convenio CCT 1591/2019 E, que afecta a más de 1200 trabajadores de Carga y Descarga de Mercado Libre y que fue homologado en tiempo récord para la apertura de la planta por el Ministerio de Trabajo de la Nación, a cargo del funcionario macrista Dante Sica, y que después ningún gobierno cuestionó.
Comienza con la creación de un “banco de horas”, donde tienen que cumplir 192 horas por mes que la patronal dispone como se le canta, sin pagar horas extras, desdibujando así los límites de la jornada laboral. El convenio habilita turnos fijos y/o rotativos, de modo tal que se modifican turnos y su extensión, notificando al trabajador sólo 48 horas antes. Los tiempos, la organización de la vida, pasa a depender de las necesidades operativas de la empresa y de sus ganancias.
El descanso semanal puede recaer en cualquier día y las vacaciones pueden ser otorgadas en cualquier momento del año y fraccionarse en períodos de 7 días corridos. El sistema de categorías desaparece, todas las y los trabajadores son polifuncionales, se les puede pedir que hagan cualquier tarea. En el extremo de este “oasis” empresarial, Mercado Libre está cubierto hasta si surgen emergencias climáticas, conflictos sociales o algún motivo a que el predio no pueda funcionar, ante lo cuál puede pagar sólo la mitad del sueldo!
¿Derecho a reclamar? El convenio elimina los delegados por turno, con más de 1200 trabajadores sólo tienen 12 delegados, lo que viola el texto del artículo 45 de la Ley de Asociaciones Sindicales. Está limitado el derecho a huelga , con la figura de “conciliación voluntaria” de tres semanas antes del plazo obligatorio, y luego recién se puede aplicar la conciliación obligatoria. Es decir, ¡Tienen que esperar dos meses para hacer una huelga! Y aún así asegurarle a la empresa guardias mínimas para mantener su funcionamiento.
“Es mentira que podes crecer en la empresa”
Decía Sebastián, ex empleado de Mercado Libre, en una entrevista para La Izquierda Diario. "Sólo tenemos 20 minutos para descansar, es un trabajo que terminas roto físicamente. Además te exigen productividad que te lleva a autoexigirse y competir. Hay un control terrible de los tiempos, para todo tienes que fichar, hasta para ir al baño. Te pasás 10 horas corriendo y levantando cajas”.
Más allá de las frases que hablan de “empleo joven”, “crecimiento personal” y oportunidad del “primer empleo”, la verdad detrás del logo amarillo es que muchos tienen contratos eventuales, de 3 a 6 meses. Inestabilidad laboral luego de dejar horas y horas de esfuerzo físico que atenta contra la salud del trabajador. A pesar de ser una empresa tan tecnológica, el trabajo en esta planta depende principalmente del esfuerzo físico. Del cuerpo de las pibas y los pibes que corren por las calles del centro de almacenamiento, que embalan, hacen “picking”, cargan y descargan.
La reforma laboral en Mercado Libre degrada las condiciones de todos los trabajadores vinculados a la empresa, tengan convenio, sean de agencia, tercerizados o incluso los transportistas que llevan los paquetes a las casas y que no tienen ningún derecho reconocido.
Los empleados del mes de Galperín
El aval que dieron a este convenio no hace más que demostrar cómo el Ministerio de Trabajo respalda los planes precarizadores de las empresas; no sólo durante el gobierno de Macri sino que continúa con Alberto Fernández. También la conducción del sindicato es cómplice de este avance contra los trabajadores, con las manos manchadas de firmar un acuerdo estafador. Por su parte Fernando Espinoza, intendente de La Matanza, presenta el distrito como la “capital de la innovación”, cuando vemos estos casos donde más que un avance se permite un retroceso en nuestros derechos. Más bien una “innovación” para los capitalistas.
Mientras tanto la empresa de Marcos Galperín tuvo ingresos netos por U$S 1.700 millones entre abril y junio de este año, un crecimiento superior al 102%. Este señor que lidera el ranking de los hombres más ricos de Argentina según la revista Forbes, twitteo en el 2017 que había que “imitar” la reforma laboral brasileña. Sin dudas lo dijo pues su mayor preocupación es aumentar sus ganancias. Actualmente factura 800 mil dólares por día, mil veces más que un trabajador. Con el crecimiento del comercio electrónico las acciones de Mercado Libre se dispararon» y sus acciones cotizan el equivalente al 10% del PBI del país.
Afectar las ganancias de Mercado Libre
Como demostraron los economistas del Frente de Izquierda Unidad, y Nico del Caño, si se redujera la jornada laboral en las grandes empresas como Mercado Libre, se podrían generar cientos de miles de puestos de trabajo. Trabajo estable, con todos los derechos y con salarios igual a la canasta familiar, que alcancen para llegar a fin de mes. La tecnología, de la que tanto presumen estas corporaciones, debería usarse para aliviar el trabajo físico y mejorar las condiciones laborales. Esta es la bandera de lucha que propone la izquierda, para enfrentar la desocupación, el hambre y la precarización, que tanto golpea a las grandes mayorías en el conurbano.
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