Con nexos sindicales de la provincia, el exdiputado buscará consumar un proyecto de vieja data. El objetivo extensionista que pone a viejos rivales en alerta.
Por Luis Zegarra
Facundo Moyano prepara una nueva puja por la representación de los trabajadores de los peajes de Córdoba, hoy afiliados a la histórica representación regional de la Unión de Empleados de la Construcción y afines de la República Argentina (UECARA). Desde hace meses, aliados con experiencia en el ecosistema laboral provincial realizan un minucioso trabajo de campo, que incluye scouting de voluntades. Dirigencia gremial retirada oficia como vocera confidencial del exdiputado, quien ejerce como secretario general adjunto de SUTPA, sindicato específicamente creado en 2005 para representar a los peajistas.
Tal opción no sólo implica un cambio de estrategia respecto del antecedente más recordado, hace 13 años, que derivara en una sonora derrota. La inclinación por gestores de otras agremiaciones podría revelar que el menor del clan, hoy distanciado de su padre y su hermano, podría explorar diversos rubros si lograse levantar barreras.
Conocedores de “Facundito”, exsocios y antiguos enemigos siguen con atención sus movimientos. En particular el Sindicato de Recolectores de Residuos (SURRBAC), entidad que también tiende redes sectoriales.
Derivas
Facundo Moyano ha trazado numerosos cambios de carril en su trayecto. Referente de la Juventud Sindical de la CGT, fue habitué en los registros del apogeo kirchnerista. Diputado por Buenos Aires en 2011, dos años después se distanciaría del núcleo K para acercarse a Sergio Massa. Por años orbitaría en torno al tigrense, renovando banca con distintos sellos. Tras aproximaciones a JxC, militaría activamente por la unidad del peronismo en 2019. Dos años después se alejaría del Frente de Todos con duras críticas al gobierno de Alberto y Cristina.
En el interín también se distanciaría de Hugo y Pablo Moyano, líderes de Camioneros y referentes de una CGT Nacional a la que muchos, incluido Facundo, reclamaron más combatividad durante el fallido experimento todista. Los cuestionamientos a la central obrera se extienden hasta el reciente paro del 24 de enero, que parece haber marcado un punto de no retorno entre ellos.
Entre tantas derivas, que incluyen un paso por la dirigencia del club Alvarado de su Mar del Plata natal, el dirigente ha mantenido al SUTPA como trinchera, desde la que ha enfrentado incluso al gobierno bonaerense de Axel Kiciloff.
Homologado en el gobierno de Néstor Kirchner, este sindicato nacería en 2006 como una escisión de UECARA, agrupación de trabajadores de la construcción al que tributaban sus pares de concesiones viales que carecían de representación específica.
Con licencia para Buenos Aires, el nuevo gremio lograría sustanciales mejoras para sus afiliados. Bien pronto, Facundo se convertiría en secretario general e intentaría extender la representación de SUTPA hacia otras jurisdicciones.
Entre ellas Córdoba, donde unas 350 personas trabajan para Caminos de las Sierras, licenciataria de la Red de Accesos a Córdoba, una concesión de obras y servicios públicos que integra rutas nacionales y provinciales. La empresa cuenta con mayoría accionaria del gobierno provincial, que retomó el control a inicios del siglo tras un conflicto con la primera cesión a un privado.
Desde su creación misma, los trabajadores de la RAC están enrolados en una versión mediterránea de UECARA enfrentada a la conducción nacional con sede en Buenos Aires. Definida como regional, la entidad local es la única que cuenta con reconocimiento oficial para representación de los empleados cordobeses.
Otro verano
Los ademanes del SUTPA se concretarían en diciembre de 2010. El despido de dos trabajadores serviría como pretexto para que un grupo de emisarios moyanistas incitara una protesta al norte de la capital provincial.
Lejos de una adhesión masiva, el intento lograría cerrar filas en torno a UECARA. Mientras el gobierno de Juan Schiaretti repudiaba la acción, el fiscal general Darío Vezzaro daba curso a una denuncia penal presentada por el titular de este gremio, Gustavo Rossi.
Gustavo Rossi apoyó a Horacio Rodríguez Larreta en la interna de JxC.
Tres años después, desde el entorno de éste dirigente, cuya bitácora también aparece repleta de volantazos, narrarían un nuevo intento de Facundo, ya con ofertas económicas.
Pese a aquel apoyo, Rossi tampoco goza de plena simpatía en el Panal. Afín al kirchnerismo hace dos lustros, se aproximó al macrismo en 2016. Tras celebrar el triunfo de los Fernández en 2019, reforzaría su Partido Laborista, con el que se unió a Horacio Rodríguez Larreta en la interna presidencial de JxC.
Orgánico entonces, militaría por Patricia Bullrich para las generales. Hoy, expresa afinidad a la gestión de Javier Milei. En todo este lapso ensayó, sin éxito, distintas candidaturas. La última de ellas, para viceintendente de Alta Gracia.
Según fuentes gremiales, tales derivas le han granjeado antipatías varias. Entre ellas, de otros referentes sindicales, quienes remarcan la distancia que media entre su gestión y la del núcleo de la CGT provincial.
Las mismas voces creen que desde la conducción del SUTPA, que cuenta con un puñado de afiliados entre las 11 estaciones de Caminos de las Sierras, ven éste como el momento oportuno para lograr un masivo traspaso hacia sus filas. Tal es el primer paso que debe dar.
“Su apoyo a Milei lo termina de alejar del resto. Claro que los Moyano tampoco son queridos por acá. Los ven como K. El peronismo de Córdoba no olvida”, sintetiza una autoridad gremial.
Viejos socios
Tras sendos fracasos, hoy Moyano acude a baqueanos de los caminos cordobeses. Exdirigentes de importantes sindicatos tantean el terreno y puntean listas.
La movida genera cavilaciones más allá de UECARA. Antiguos socios de los Moyano sospechan que su interés trasciende la realidad de los 300 empleados de la RAC. Ni siquiera creen que considere el monto de dinero que éstos recaudan: según sus propios informes, en 2022 Caminos de las Sierras tuvo una ganancia de casi $6.000 millones.
Antes bien, creen que Facundo podría ajustar coordenadas si lograse instalarse en Córdoba. Entre otras hipótesis, piden prestar atención a la futura licitación del servicio de recolección de residuos en la capital, sin fecha confirmada aún.
Mauricio Saillen enfrentó a Hugo Moyano y fundó el poderoso gremio de la recolección de residuos en Córdoba.
Allí podría toparse con la conducción del SURRBAC, gremio que, tras una conflictiva salida del entorno moyanista la pasada década (durante la que compartían actos kirchneristas), hilvanaría importantes acuerdos con sucesivas administraciones municipales para intervenir en el proceso de gestión de los residuos urbanos.
En paralelo, la representación de recolectores cordobeses comenzaría un proceso de expansión que incluiría sospechas y denuncias de connivencia con funcionarios. Algunas derivarían en una investigación de la Justicia Federal que culminaría con la prisión de sus máximos responsables, Mauricio Saillen y Pascual Catrambone.
Tras el recambio en la cúpula del Surrbac, Franco Saillen (exlegislador por el FpV) retomaría planes de ampliación hacia otras corporaciones. El ensayo más sonado derivaría en un enfrentamiento por la conducción del Sindicato de empleados de Limpieza (SOELSAC), ante un nombre que sí cuenta con simpatía en el Panal: Sergio Fittipaldi, excandidato a legislador por Hacemos por Córdoba.
Menos conocido es el intento del hijo de Mauricio por jugar en interna de Luz y Fuerza, gremio que renovó autoridades en noviembre. Quizás por entonces no sabía que Facundo Moyano rastrillaba el mismo terreno en busca de aliados para su propia aventura.
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