En los últimos días, el Congreso de Brasil aprobó una reforma laboral que venía pidiendo el poder económico de ese país. Una […]
En los últimos días, el Congreso de Brasil aprobó una reforma laboral que venía pidiendo el poder económico de ese país. Una flexibilización laboral que lleva la relación Patrón – Trabajadores a condiciones de trabajo propias del Siglo XIX. Es un golpe histórico contra los trabajadores/as de Brasil. Es cierto que es el plan de Macri, solo que esta avanzada ya comenzó en enero, cuando el gobierno firmó un convenio laboral totalmente flexibilizado y a la baja para los petroleros de Vaca Muerta. En esa oportunidad, Mauricio Macri lo presentó como el primero de varios “acuerdos” laborales, con lo cual no podemos tener dudas de cuál es el rumbo de Cambiemos en materia laboral. Las avanzadas empresarias, la de Vaca Muerta y la de Brasil, son una muestra de lo que quieren imponer en Argentina a larga escala y también en el resto del continente. Lo buscaran refrendar en la reunión de la OMC en diciembre en Argentina. Flexibilización del trabajo para golpear a todos los trabajadores, los no registrados, en negro, tercerizados y ultra flexibilizados, pero también a los trabajadores registrados y bajo convenio colectivo. Es una iniciativa muy preocupante que tiene que ser motivo de mayor organización, resistencia y unidad de las organizaciones de trabajadores. Sean centrales sindicales, gremios o comisiones internas. En Vaca Muerta no sólo redujeron los equipos de trabajo y despidiendo trabajadores, también sacaron beneficios laborales, achicaron horas de descanso y bajaron los salarios bajo el argumento de “estabilidad laboral”, pero también aumentaron la velocidad de perforación de los equipos petroleros. Es decir, más explotación a los trabajadores para mayor rentabilidad de los patrones. En Brasil, la flexibilización que acaba de aprobarse en el Congreso avalada por el presidente Temer permite que las empresas puedan negociar directamente con los trabajadores, dejando a un lado la ley laboral. Así, por ejemplo, la duración de la jornada laboral, los despidos, el grado de insalubridad, el salario, el régimen de trabajo, la remuneración por productividad, entre otros puntos, quedará para lo que acuerde un trabajador con la empresa, no en un acuerdo de convenio donde participan los sindicatos.
La reforma de flexibilización en Brasil lleva a contratos laborales esporádicos y totalmente precarizados, donde la patronal tiene “flexibilidad” sobre el tiempo que toma a un trabajador en un puesto. Es la exacerbación del contrato basura, la tercerización de los contratos laborales. Antes de la flexibilización las trabajadoras embarazadas debían guardar reposo o trabajar alejadas de puestos o zonas de insalubridad laboral. Con la reforma, las embarazadas van a tener que trabajar en puestos de insalubridad media y mínima (solo exceptuado un frigorífico o un hospital en áreas de infección). Queda habilitada la jornada de 12 horas diarias (60 horas semanales) cuando antes la ley marcaba 8 horas semanales. Los intervalos de descanso y almuerzo eran de 1 hora y pasaron a 30 minutos. Con esta flexibilización laboral, los empresarios en Brasil se desligan de las responsabilidades y costeo de la salud, seguridad e higiene. Por su parte, los sindicatos pierden fuerza y organización. En empresas con más de 200 trabajadores, los propios empleados van a poder “acordar” con los patrones, sin necesidad del sindicato. Ante un juicio, el trabajador deberá asumir los costos judiciales si pierde la demanda (la Corte Suprema de Justicia en Argentina ya avanzó también sobre este punto en un fallo en este sentido la semana pasada). ¿En Argentina el empresariado y el Gobierno de Macri intentarán hacerlo de forma “gradual” convenio por convenio o apelarán a un golpe único? Los trabajadores/as no vamos a dejar que avancen. Desde la CTA Autónoma denunciamos fuertemente el “acuerdo de productividad” de Vaca Muerta y señalamos que en Argentina esta nueva flexibilización laboral contra los trabajadores/as no va a pasar. Sea convenio por convenio o toda la flexibilización junta, vamos a frenarla. Advertimos a los empresarios y el gobierno que los trabajadores/as tenemos memoria y tradición de lucha y que estamos dispuestos a enfrentar en unidad con todos los sectores del movimiento obrero y demás sectores sociales esta nueva avanzada que quiere llevar nuestros derechos laborales a los que había hace dos siglos atrás. Van a intentar derrotarnos en el Congreso de la Nación, en los Ministerios, en la justicia y en cada empresa y conflicto que haya. Y como ya quedó demostrado en PepsiCo van a intentar derrotarnos con represión. También intentaran cooptar y corromper dirigentes sindicales o sindicales pro-patronales. Ninguna de estas iniciativas que tengan podrá superarnos. Nos solidarizamos con la lucha de los trabajadores/as de Brasil, una clase trabajadora hermana que también sabe de luchas y memoria histórica y que ya se está organizando para superar y hacer retroceder esta ofensiva del capitalismo brasilero.
Son momentos importantes en el país y hay que estar atentos. Es primordial superar todos los egoísmos que nos separan y poner por delante la unidad de los trabajadores/as y sus organizaciones sindicales. Es importante la unidad de acción de las dos CTA (Autónoma y de los Trabajadores) y la CGT. Es importante cada lucha en cada lugar de trabajo y si los patrones se juntan detrás de sus intereses, los trabajadores debemos y tenemos que hacer lo mismo, porque sabemos que si lo hacemos, ganamos.
José Rigane
Sec. Adjunto de la CTA Autónoma y Sec. General de FeTERA
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