Mientras esperan al delegado de la GGT nacional, el titular de la Regional Córdoba se reúne con dirigentes de espacios que no están en la central. Cita con Daniele. La puja por la conducción.
Antes de que finalice este mes, la CGT Regional Córdoba recibirá la visita de Horacio Otero, coordinador de la Secretaría de Interior de la CGT nacional, que vendrá a dar la bendición al proceso de normalización que está encarando la central. La Regional quedó comprendida en las generales de la ley luego de que se normalizara la CGT nacional con la asunción del triunvirato integrado por Pablo Moyano, Carlos Acuña y Héctor Daer. La nueva conducción ordenó regularizar todas las regionales, y si bien Córdoba estaba “en orden” con la secretaría general del titular del SEP, Pepe Pihén, y la integración de varias secretarías adjuntas, faltaba una condición: la unidad. Una unidad que no le ha sido fácil al movimiento obrero cordobés desde el retorno de la democracia, que cristalizó la convivencia de dos centrales obreras, y la posterior formación de corrientes y agrupaciones por fuera de ambas.
La visita de Otero (la secretaria de Interior recae en la Unión Obrera Metalúrgica pero su lugar se mantendría pese a la derrota de Antonio Caló ante el kirchnerista Abel Furlán) es la previa a la bajada de Daer, el poderoso titular de Atsa, gremio que recientemente se sumó a la Regional Córdoba. Hubo foto de Pihén con Daer, quien vendría en mayo a reunirse con los gremialistas cordobeses con la intención de poner “el moño” a la normalización, que se tendría que dar antes de que finalice el año, aunque Pihén tiene mandato hasta 2023.
El titular de la Central cordobesa se viene reuniendo con pesos pesados del sector privado que hoy no están en la CGT, como el titular de la Unión Obrera Metalúrgica, Rubén Urbano, del Movimiento de los Trabajadores de Córdoba. Urbano se ufana y con razón de una cucarda: por primera vez en 60 años, la UOM Córdoba tiene un cargo en la UOM nacional y el cordobés será el secretario de Prensa de la organización obrera de Lorenzo Miguel.
El titular de la CGT se vio también con Pablo Chacón, de Comercio, del mismo espacio que Urbano, y con Gabriel Suárez, de Luz y Fuerza, de la alicaída CGT Regional Córdoba.
Una de las últimas charlas para la unidad fue la que el legislador provincial mantuvo con Rubén Daniele, que acaba de volver a la conducción del Suoem (gremio de los municipales) con el espaldarazo de una elección que ganó con el 80% de los votos luego de haber sido literalmente jubilado por el radical Ramón Mestre y acusado penalmente, todo lo cual la Justicia terminó anulando.
La reunión Pihén-Daniele fue en la sede del SEP y según las fuentes gremiales consultadas, ambos se fueron satisfechos por el proceso de unidad en ciernes. El Suoem viene jugando como líbero, sin alinearse con ninguna central, por lo que su incorporación a la Regional sería toda una novedad. Lo mismo ocurre con la UTA, que según las fuentes consultadas para esta nota podría volver a la central que no integra pese a que la UTA nacional está en la CGT y uno de sus dirigentes, Ricardo Salerno, llegó a ser secretario adjunto de “Pepe” en 2015.
Una pregunta que por ahora no tiene respuesta fija es quién y cómo será la nueva conducción de la unificada CGT, si es que finalmente el proceso llega a buen puerto. La posibilidad de un triunvirato está en la mesa, pero también la de una conducción unipersonal, como la actual. En las regionales de otras provincias hay ejemplos de las dos modalidades. Pihén ha dicho que puede no estar, pero que si se lo piden, estará. El referente de las 62 Organizaciones, Sergio Fitipaldi, condicionó su participación a que el histórico dirigente estatal asuma la conducción por un nuevo período. Para algunas fuentes, el hecho de que Pihen esté jubilado como agente público lo invalida, pero para otras -todas sindicales- si puede ser titular del SEP puede conducir la CGT. Urbano y Chacón, del sector privado, de la producción uno, de los servicios el otro, también aspiran a conducir la nueva CGT. Urbano lo intentó sin éxito en 2019. El dato del ámbito y el rubro de los gremios no es menor, tampoco el hecho de que el metalúrgico no tiene la mejor relación con el ministro de Trabajo de la Provincia, Omar Sereno. En todo caso, uno de los grandes temas que tendrá que definir el movimiento obrero, más allá de la actividad del gremio que se quede con la dirección es la relación con el gobierno provincial y el nacional.
Entre todo lo que falta establecer es si la normalización será por voto o por aclamación y, en caso de elecciones, si cada sindicato equivale a un voto o si se tendrá en cuenta el número de afiliados. Todo eso se está conversando en los plenarios que se realizan cada 15 días en la Casa Histórica. El próximo será la semana que viene.
También está pendiente la cuestión de género. Si se avanza a un triunvirato, al menos uno de los cargos debería ser para una mujer. En ese caso, la gráfica Ilda Bustos, de la Corriente Federal, es una de las candidatas.
Por qué ahora la unidad, por qué la regularización con la CGT nacional, con la que no hubo vínculos institucionales ni gremiales en la última década, aunque algunos referentes marcan resquemores nacionales desde el Cordobazo, preguntó este diario. La respuesta viene por el lado del temor a un mayor ajuste, al impacto de la inflación en los salarios, la pobreza de los asalariados, y el temor a un posible gobierno de Juntos por el Cambio.
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