Tras un nuevo fracaso de la negociación de la oficialista Unión Obrera Metalúrgica(UOM), el Gobierno apura gestiones con otros sindicatos aliados para definir la pauta salarial de referencia para las paritarias, cuyo porcentaje estaría entre el 26 y 29%, según cada caso.
El ministro de Economía, Axel Kicillof, se puso al frente de las gestiones y relegó a un segundo plano a su par de Trabajo, Carlos Tomada. Kicillof anhela anunciar la semana que viene los acuerdos salariales de los albañiles de la Uocra, de los estatales de UPCN y hasta cree posible hacerlo con los metalúrgicos de la UOM, pese a las nuevas trabas que surgieron ayer entre las cámaras empresarias y los gremialistas.
El plan de Kicillof, consensuado con un puñado de gremialistas, sería elevar el porcentaje del aumento con pagos no remunerativos, bonos de fin de año y hasta aportes solidarios a las obras sociales sindicales. Un atajo similar al que se había tomado el año pasado. En 2014, la mayoría de las paritarias se aproximó al 27%, aunque, sumando ciertos beneficios ajenos al sueldo de base, se informó que la suba real había sido del 29,6%. Una maniobra reconocida por los actores en juego para escenificar acuerdos más en línea con los planteos gremiales y con la inflación que se refleja en los precios de los supermercados.
Como no sucedía desde hace años, la UOM movilizó ayer a su tropa de afiliados a una protesta en contra del tope salarial que intenta imponer el Gobierno. Unos 1500 metalúrgicos se agolparon en los portones del Ministerio de Trabajo con bombos, banderas y pancartas con leyendas que exigían un aumento de 32% en un solo pago y retroactivo al 1° de abril, la fecha en que caducó el trato de 2014. El batir de bombos se apagó cuandoAntonio Caló, jefe de la UOM y de la CGT oficialista, anunció por altavoz que la negociación había pasado a un cuarto intermedio hasta el miércoles próximo. "Cuando termine la conciliación obligatoria, haremos el paro de 36 horas que habíamos anunciado. Los empresarios no quieren poner un mango más", desafió otra vez Caló.
Sucedió algo curioso cuando Caló llegó al ministerio. Cerrado el ingreso por avenida Alem a causa de la manifestación, el acceso fue por la calle 25 de Mayo. Casi en la esquina se encontró de casualidad con Tomada. El funcionario le reprochó la protesta y pidió que los militantes no arrojen más pirotecnia. Caló se encogió de hombros y apresuró su paso. Tomada quedó algo relegado.
Antes de reunirse en el piso 18, Caló mantuvo un encuentro en la sede de la Uocra con la denominada mesa chica de la CGT oficialista. Allí se debatió la estrategia salarial y se evaluó la alternativa de acordar entre un 26 y un 29%, incorporando "maquillajes" a los acuerdos. En la charla se coló el tema electoral y el apoyo de la central obrera a la precandidatura de Daniel Scioli.
La estrategia de la UOM será evitar convertirse en la paritaria testigo para el resto de los sindicatos, como lo hacían los camioneros de Hugo Moyano en su tiempo de aliado al kirchnerismo. "No queremos ser el chivo expiatorio", dijo un dirigente metalúrgico que reconoció las presiones del Gobierno.
Posiblemente, la negociación de la UOM podría tomar dos caminos: se dilataría con un pago a cuenta de $ 1200 hasta junio o se acuerda una suba de entre el 26 y el 29%. "Si la propuesta es del 28%, la analizaremos, pero hasta ahora no se acercaron ni a eso. Confío en que se va a arreglar", dijo Caló a LA NACIÓN.
La eventual postergación de la paritaria con un pago a cuenta es un atajo al que ya recurrieron varios gremios ante la incertidumbre inflacionaria. Lo hicieron los bancarios, ferroviarios, petroleros y los colectiveros de la UTA. Fue algo particular el reciente acuerdo que firmó Omar Viviani para los taxistas: convino una suba de 18% por cinco meses.
La UOM no es el único gremio que está en conflicto por salarios. El Sindicato de Empleados de Comercio (SEC), que también comulga con el kirchnerismo, no logró destrabar su extraña negociación. Armando Cavalieri, su jefe, acordó la semana pasada con Carlos De la Vega, de la Cámara Argentina de Comercio, un aumento del 30% en dos cuotas, pero el Ministerio de Trabajo no lo homologó. "Es cierto que habíamos acordado en un 30%. Es incuestionable. Ahora estamos en un limbo. No sé cómo se resolverá", señaló De la Vega a LA NACIÓN.
En paralelo, Cavalieri negociaba ayer en secreto con funcionarios de confianza para que su acuerdo fuera aprobado. Las influencias del sindicalista no habían llegado hasta Kicillof, el funcionario al que Cristina Kirchner delegó esta vez para arbitrar en la puja salarial.
MURIÓ LOBAIS, LÍDER GREMIAL DE LOS TEXTILES
Murió ayer el dirigente gremial Jorge Lobais, secretario general de la Asociación Obrera Textil. Afectado desde hace años por una enfermedad, Lobais siguió hasta último momento con sus tareas al frente del sindicato y con su rol en el consejo directivo de la CGT que encabeza Antonio Caló. En la central obrera estaba al frente de la Secretaría de Políticas de Empleo. Supo ser un aliado de Hugo Moyano hasta la fractura de la CGT. Luego se alineó con la CGT oficialista tras recibir presiones del Gobierno por la cantidad de subsidios que son destinados a los trabajadores textiles..
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