La idea la expresó Ricardo Pignanelli en un acto en Smata con el obispo Ojea, titular de la Conferencia Episcopal. Aún no cursó invitaciones a los otros líderes gremiales.
En una presentación donde participó el titular de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Ojea, el titular del Smata –y figura clave del Frente Sindical que lanzó un paro el 30 de abril–, Ricardo Pignanelli, anunció una procesión a la Virgen del Rosario de San Nicolás y que repartirá 60 mil crucifijos con la imagen del papa Francisco. El encuentro con el titular del Episcopado, en ocasión de la presentación del libro Salvados por Francisco, de Aldo Duzdevich, ocurrió una semana después del lanzamiento del primer paro impulsado por los gremios disidentes que lideran Pignanelli, Hugo Moyano (Camioneros) y Sergio Palazzo (La Bancaria). Cerca del titular del gremio metalmecánico indicaron que la procesión surge de una promesa personal que realizó Pignanelli y aún no se han extendido invitaciones para otros integrantes del Frente. Durante el acto, el sindicalista dijo: “Cumpliendo una promesa, vamos a ir el próximo mes todos los mecánicos y empleados de automotrices con las cruces colgadas ante la Virgen del Rosario de San Nicolás”. Las cruces llevan la inscripción “Tierra, techo y trabajo” y se presentan envueltas en una imagen del papa Francisco. El año pasado, Pignanelli había sido el inspirador de la multitudinaria misa y acto interreligioso organizado en conjunto por el Frente Sindical y el arzobispado de Mercedes-Luján, con la consigna “Paz, pan y trabajo” como intenciones. El ex presidente de la Cámara de Diputados Julián Domínguez, que trabaja en el Smata, había oficiado entonces de nexo con el Episcopado y el arzobispo Agustín Radrizzani, quien ofició la misa que despertó una fuerte polémica. Esta semana Domínguez participó también del acto con Pignanelli y Ojea. Ante la consulta de PERFIL, en el Episcopado explicaron que Ojea se enteró sobre la procesión que planean a la Virgen del Rosario durante el acto. Según consignó el semanario de información católica Alfa y Omega, durante el acto en Smata, el obispo de San Isidro contó cómo vivió la elección de Francisco y destacó que cuando fue obispo auxiliar en la Catedral de Buenos Aires del entonces cardenal Jorge Bergoglio hizo “escuela en su sensibilidad con los más pobres y los trabajadores”. También dijo que a los trabajadores Bergoglio “destinó siempre sus mejores hombres”. El libro de Duzdevich, que relata la intervención de Francisco para salvar jóvenes durante la última dictadura militar, ha sido excusa para reafirmar los nexos entre el papa argentino, la Iglesia y los sindicatos. Hubo varias presentaciones (por caso, el secretario general de la CGT, Héctor Daer, había organizado uno en la Federación de Sanidad el 24 de marzo) y a muchas fue invitado Ojea. Eligió participar, por invitación de Domínguez, en el acto que se realizó el martes pasado en el mismo auditorio donde unos días atrás se había lanzado el paro del 30A con muy fuertes críticas al Gobierno. Ojea insiste siempre en que el rol de los obispos es “pastoral” y no “político”. Pero las interpretaciones políticas sobre las acciones del Episcopado están a la orden del día, y en Smata fueron abonadas por Duzdevich, quien llamó a los presentes a definirse como “francisquistas más que peronistas”, al argumentar que Perón no había hecho más que “adaptar los principios de la doctrina social de la Iglesia”. Mensaje de Pascuas El obispo de San Isidro y titular de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor Oscar Ojea, difundió ayer un saludo por las Pascuas donde, como ha hecho costumbre en su magisterio, vinculó la celebración religiosa con la cuestión social. Destacó el concepto de “esperanza” como clave de esta fecha del calendario cristiano y señaló que “es una flor frágil que va creciendo entre las grietas pedregosas de la violencia y de la división”. También pidió mirar con admiración la esperanza “de los más pobres que se levantan todos los días para ganar el pan con el sudor de su frente y también con el sudor del corazón si pensamos en las condiciones de trabajo tan injustas y tan alejadas en algunos casos de la dignidad de las personas”. En el cierre de su mensaje, resaltó: “Le pedimos al Señor con humildad poder transformar este mundo que nos toca vivir y hacerlo más justo, más fraterno, más humano y cristiano”.
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