Moyano y Barrionuevo encabezarán hoy la cumbre; los jefes sindicales analizarán cómo ir hacia la unificación de las centrales; no van los gremios del transporte
Con ausencias de peso y en el clima de conmoción e incertidumbre derivado dela muerte del fiscal Alberto Nisman, el gremialismo opositor se reunirá hoy en Mar del Plata para empezar a delinear su agenda 2015.
Será un plenario conjunto de la CGT de Hugo Moyano y de la CGT Azul y Blanca de Luis Barrionuevo en el hotel Presidente Perón, uno de los que el gremio de gastronómicos tiene en la ciudad.
A diferencia del año pasado, no estarán ni Roberto Fernández, secretario general de la UTA, ni el jefe de La Fraternidad, el gremio de los maquinistas, Omar Maturano.
Son dos hombres de peso en el mundo del transporte que, aunque rompieron con la CGT oficialista de Antonio Caló, no están abiertamente enfrentados con el Gobierno, básicamente, por la fuerte dependencia de sus actividades (colectivos y trenes) de los subsidios del Estado.
"No quiero ir a una reunión que no sé de qué se va a tratar. No me interesa", intentó excusarse Fernández ante la consulta de LA NACION. Añadió que "esperará" hasta el encuentro de los gremios del transporte previsto para el 12 de febrero.
Aunque no lo diga, la ausencia de Fernández tiene que ver con que hace apenas una semana la UTA acordó una suma puente de $ 5000 para el primer trimestre y aplazó así el inicio de su paritaria, que está vencida desde fines del año pasado.
Tampoco viajó a Mar del Plata el jefe de La Bancaria, Sergio Palazzo, que en los últimos meses estrechó su vínculo con Moyano y Barrionuevo -iba a sumarse al paro que no fue en diciembre pasado-, pero tiene diferencias con ambos, sobre todo, de cara a la unificación de la CGT, con la que muchos se ilusionan una vez que el panorama electoral esté más claro.
Más allá de los huecos de la foto, Moyano, Barrionuevo y sus respectivas tropas pondrán en escena la decisión de volver a mostrarse juntos para reactivar sus reclamos al Gobierno.
Al tope de la agenda común siguen la actualización del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias, que el Gobierno subió por última vez en 2013, y el impacto de la inflación en los salarios.
Aunque sin la presión que hace un año a esta altura significaba la brusca devaluación del peso, en los gremios hay preocupación por la evolución de los precios en los próximos meses.
El Observatorio de Datos Económicos y Sociales de la CGT de Moyano calculó la inflación acumulada de 2014 en 35,06% y el Ministerio de Trabajo determinó que el aumento salarial promedio acordado en paritarias fue 29,7 por ciento.
Esa diferencia es el punto de partida de cualquier discusión entre los gremialistas sobre cuánto deberían pedir este año en la paritaria para no perder frente a la inflación.
Justamente, para cubrirse frente al alza de precios y en busca de mayor previsibilidad, los sindicatos que debían negociar salarios este mes, como la UTA y los bancarios, negociaron sumas a cuenta para sentarse a discutir más adelante. El propio Antonio Caló, jefe de la CGT oficialista, consiguió un pago a cuenta para compensar la pérdida de poder adquisitivo del salario por la inflación en los primeros meses del año. La paritaria de su gremio, la UOM, vence recién en marzo.
Además de la estrategia para encarar las paritarias, se espera que los caciques gremiales discutan las perspectivas del año electoral y, en ese contexto, la mentada unificación de las tres CGT.
Aunque en el último tramo del año pasado hubo contactos entre hombres de las tres centrales para empezar a discutir el fin de la fragmentación, hay ente ellos consenso respecto de que no habrá grandes movimientos ni definiciones hasta después de las elecciones primarias de agosto. Sí habrá gestos y declaraciones de buenas intenciones, como las que se esperan para hoy.
Pero nadie dará pasos en firme sin indicios claros de quién será el próximo presidente. Menos aún, mientras no esté depurada la oferta de candidatos del kirchnerismo, más allá de la postulación de Daniel Scioli.
Anoche, en una reunión de mesa chica para ajustar detalles, Moyano, Barrionuevo, Carlos Acuña (estaciones de servicio) y Abel Frutos (panaderos) delinearon los ejes de lo que podría convertirse en el documento final de la cumbre..
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