La actual Secretaria General se impuso a la Lista 32 Rojo por casi el triple de votos, 1387 contra 500. Cumplirá su tercer mandato al frente del principal gremio de la industria pesquera en Mar del Plata. Votaron 2 mil trabajadores.
Los trabajadores volvieron a ratificar a Cristina Ledesma al frente del Sindicato Obrero de la Industria del Pescado (SOIP). La actual Secretaria General se impuso por amplio margen a la opositora Lista 32 Rojo.
Datos todavía extraoficiales marcaban que la lista Negra y Blanca consiguió 1387 votos, en tanto la lista 32 Roja, 500 votos. 64 trabajadores votaron en blanco en tanto 60 votos fueron nulos o recurridos por las autoridades de mesa.
De esta forma la dirigente conducirá los destinos del sindicato por un nuevo período, el tercero, entre 2018-2022, en un contexto de bajo nivel de actividad y pérdida de puestos de trabajo.
Al cierre de esta edición la Junta Electoral todavía estaba contando los últimos votos de las 65 urnas que se dispusieron para las elecciones en la planta baja del gremio donde funciona el salón de usos múltiples.
En la vereda, un cordón de seguridad integrado por miembros de Infantería y la policía bonaerense, garantizó que el trayecto de las urnas desde las combis hasta el subsuelo fuese con absoluta normalidad.
A unos metros, adherentes de ambos sectores contemplaban la escena. Algunos sonrientes, los del oficialismo, y los opositores con caras largas y apesadumbrados. Leonardo Ramírez, el candidato opositor, hacía un rato que se había sacado el saco y chequeaba los datos que llegaban por teléfono con resultados parciales.
Las noticias no eran buenas y cuando llegó el momento de que las combis salieran a recolectar las urnas, en dos de los vehículos Ramírez no mandó a ningún veedor. Solo viajaron los del oficialismo, del Ministerio de Trabajo y un policía al que su superior le dio instrucciones antes de subir. “Nadie toca la urna, le mete ni le saca nada”, le dijo el oficial antes de darle una palmada en la espalda como si fuese a cumplir una misión riesgosa.
La mañana había comenzado complicada y con mucha tensión. Desde la oposición denunciaron que la Junta Electoral no había oficializado a 10 fiscales para ser autoridad de mesa en los comicios. El resto de los fiscales, con otros adherentes, bloquearon la calle José Hernández como para que las combis no pudieran salir a repartir las urnas.
Después de un rato la Junta decidió convalidarlos y las urnas llegaron con demora a algunos establecimientos. En Copeca, por ejemplo, llegó a las 11 de la mañana. En esa urna ganó Ledesma 30 votos contra 11, según confió un trabajador.
En la obra social hubo 5 mesas. Ahí votaron los afiliados de aquellas empresas donde no había más de 10 trabajadores. También los despedidos recientes de Loba Pesquera y Coronado, junto con los jubilados, que nunca se supo cuántos fueron.
“Ganamos 85 a 11”, contó en la vereda del sindicato una trabajadora del oficialismo que había entregado las planillas de una de esas cinco mesas.
Un par de horas más tarde, con el escrutinio final ese resultado abultado que había confirmado la autoridad de mesa se consolidaba en el resto de las urnas.
Ledesma había anticipado antes de la elección que si ganaba pediría la reapertura de paritarias en tanto sigue aguardando la llegada de un subsidio para menguar las consecuencias de la falta de trabajo en casi todas las plantas donde se procesa materia prima de origen marino.
En este contexto económico, de ajuste presupuestario y el monitoreo de las cuentas públicas por parte del FMI, resulta difícil que llegue la ayuda para los obreros del pescado. “Si no llega, reclamaremos”, dijo Ledesma durante los días previos a las elecciones.
El lunes los gremios adheridos a la CGT realizarán el segundo paro general a las políticas económicas que impulsa el gobierno nacional. El SOIP integra la central de trabajadores, pero no parará.
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