Un grupo de cesanteados le preguntó cara a cara a Carlos Rosales cuándo iba a pagar los salarios caídos. Hay un plan todavía confidencial para intentar levantar la firma.
La semana pasada, se realizó una audiencia en el marco de la causa por la quiebra de la cadena de electrodomésticos Garbarino, donde por primera vez los despedidos se vieron cara a cara con el dueño de la empresa, Carlos Rosales. En la misma, el empresario admitió que necesita 1.500 meses para poder pagar todas sus deudas laborales, incluyendo los salarios caídos de más de 2.800 cesanteados de todo el país, que siguen reclamando por sus derechos.
Este grupo, que por primera vez fue recibido por la justicia, insistió en conocer el plan para recuperar la firma, pero por razones de confidencialidad no tuvieron mayores novedades.
Por el momento, no hay mayores precisiones respecto de cómo seguirá el conflicto, pero hay versiones de un posible plan de reactivación. Para eso, los despedidos quieren cobrar. A la salida de la cumbre, los empleados increparon a Rosales.
Garbarino está en concurso preventivo de acreedores, luego del inicio de la crisis en abril del 2021, cuando comenzaron las primeras demoras en el pago de sueldos. A partir de allí, comenzó el cierre de sucursales, las protestas y los reclamos, hasta que en noviembre del 2022 se realizaron los despidos masivos.
El encuentro en la Justicia se postergó un mes, ante la promesa de un posible plan de reactivación, que no llegó todavía. “Nos encontramos con un proyecto, que hasta ahora es confidencial, porque las empresas vinculadas firmaron un acuerdo”, sostuvo Gabriel Yapura, referente del colectivo de 2.832 cesanteados.
En diálogo con Gestión Sindical, agregó que “nunca antes se habló de los trabajadores, yo personalmente le pregunté a Rosales en la audiencia qué iba a pasar con los despedidos, cómo nos iban a pagar. Su respuesta es que recién en un año o dos se podría finalizar de pagar la deuda salarial. Incluso dijo que necesita 1.500 meses para pagar sus deudas laborales”.
“Una de las cosas que le dijimos en la previa al juez es que Rosales iba a estirar todo lo posible los tiempos, como nos pasó durante el conflicto, que tuvimos unas 37 audiencias, incluso cuando estábamos trabajando”, recalcó el referente de los despedidos.
La audiencia por primera vez permite que participen representantes de estos empleados despedidos. “Durante este tiempo nos dijeron que había un comprador para Garbarino, alimentaron nuestra esperanza, que sigamos incluso trabajando en las sucursales, pero su plan en los despidos masivos, que ocurrieron a comienzo en noviembre”, recordó Yapura.
En las conversaciones ante el síndico de la causa, Martin Alejandro Stolkiner, hubo además versiones de planes para reactivar la firma. “Nos dijeron que podría vender las dos empresas de Rosales en el sur del país, Digital Fueguina y Tecnosurpor, por unos 6 millones de dólares, y con esos fondos abrirían dos sucursales por mes. La idea es empezar con una participación del mercado del 3 al 5 por ciento, para llegar al 25 por ciento, como se supo tener”, dijo el delegado.
“No nos llevamos nada de la audiencia, el juez le dijo que los 1.500 meses es inviable, pero después en concreto nada. Se habla de un tercer jugador, pero no sabemos si es seria o no la versión”, recalcó Yapura.
Tensión
En la previa de la audiencia, los despedidos de Garbarino se movilizaron a tribunales, donde hicieron sentir su reclamo. Afuera del juzgado, algunos ex empleados increparon a Rosales, cuando caminaba con sus abogadores y contadores, e incluso hubo alguna patada al auto del empresario.
“Se dijeron muchas mentiras en este tiempo, no pudimos intervenir mucho en la audiencia, yo pude hablar con Rosales, pedirle definiciones sobre los pagos, pero nunca nos dio nada. Nos decía que era también un trabajador y perdió todo”, relató Yapura.
Carlos Rosales es repudiado por los trabajadores de Garbarino a la salida del juzgado. Les adeuda sueldos e indemnizaciones a más de 3000 empleados. pic.twitter.com/KrQst4vRvd
— Graciela Moreno (@Gracielmoreno) December 14, 2022
Además de los despedidos, hay unos 250 empleados activos que hace dos años tienen problemas para cobrar, incluyendo las empresas patagónicas, que están tomadas. Este grupo de cesanteados reclama el pago de los meses de sueldo que se adeudan desde al menos mayo del 2021, y ser parte del proceso de recuperación que se quiere poner en marcha.
Para eso, Rosales tiene que exponer un plan estratégico y económico para resolver la situación de sueldos impagos correspondiente a los empleados despedidos. Hasta ahora no se presentó, salvo el proyecto de la venta de las empresas del sur, para capitalizar a Garbarino.
Polémica
Además, desde el colectivo denunciaron que un grupo vinculado al SEC de Capital, que lidera el histórico referente del gremio Armando Cavalieri, se organizó para movilizarse también a la sede del tribunal, pero al parecer para apoyar el plan empresarial.
Según pudo saber Gestión Sindical, en la previa circularon mensajes provenientes del sindicato para pedir a los ex empleados, empleados y afiliados que sean parte de la marcha, que se concentró en la esquena de Lavalle y Libertad. “Apoyamos la continuidad y el crecimiento de Garbarino”, fue una de las consignas.
El sindicato de comercio @faecys
Sec Capital marchara el martes 13 en apoyo a @garbarino y su dueño Carlos Rosales.Una clara provocacion a los 2831 compañeros y compañeras despedidos.
Quieren poner trabajadores de @garbarino contra trabajadores despedidos. @garbarino NO PAGA pic.twitter.com/2hwypxiDbD
— Gaby Yapura Dj Chino (@yapura_djchino) December 8, 2022
El conflicto de Garbarino comenzó en abril del 2021, cuando comenzaron los primeros atrasos en el pago delos sueldos. Luego, se cerraron sucursales, por lo cual el personal realizó varias tomas. La crisis se fue agravando hasta que prácticamente no hubo operaciones.
Desde mayo de este año, el tema parecía sentenciado, ya que la justicia no logró destrabar los desacuerdos entre la empresa y sus trabajadores. Decepcionados, la mayoría de los despedidos recurrió a la justicia para cobrar, mientras este colectivo se organizó, eligió representantes y mantuvo la pelea política y sindical.
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