El Gobierno celebra dos números claves para este año y el impacto de la “pauta Moyano”

El Gobierno celebra dos números claves para este año y el impacto de la “pauta Moyano”

La cantidad de empleados privados registrados acumula tres meses an alza; apuestan a un cambio estratégico en las relaciones laborales en un contexto de baja de la inflación y recuperación del salario

 

Francisco Jueguen

El último llamado en la noche de Año Nuevo que recibió el secretario de Trabajo, Julio Cordero, fue el de Hugo Moyano. Fue para desearle un buen 2025. Sus reflejos siguen intactos. No sólo en un marco en el que el salario y el empleo privado se recuperan –la mejora en la cantidad de trabajadores privados registrados sumó el tercer mes seguido en alza y los sueldos le ganan a los precios pese a que el consumo aún no explote–, sino en uno en el que se entendió en ambas partes que la negociación entre el Gobierno y los camioneros terminó siendo “un buen entendimiento”, casi una pauta para lo que se viene en materia laboral este año electoral. Esto pese a que el sindicalista pedía mucho más y a que a Luis Caputo le hubiera gustado un alza salarial menor. Habrá, seguro, un segundo round.

La negociación del camionero, impulsada por Huguito y Gerónimo (no Pablo), hijos del gremialista, logró 2,2% de aumento en diciembre; 1,8%, en enero; y 1,5%, en febrero. El gremio pedía 5% por mes. En marzo se volverá al ring. Es muy probable que el Ministerio de Economía apunte por abajo del 1% mensual.

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Más allá de la casuística, el Gobierno se apresta a impulsar algunos cambios de estrategia –dada la fuerte baja de la inflación– en las relaciones laborales y en las negociaciones entre empresas, gremios y la cartera laboral. Esto en un contexto en el que la cantidad de empleados privados registrados consolidó, según los datos oficiales, un avance de 0,3% entre agosto y noviembre (sumó 17.000 trabajadores), según el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), y espera agregar una mayor expansión, según los números que arrojó la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) de Trabajo, para el anteúltimo mes de 2024.

Más precisamente, el SIPA reflejó un alza de 0,1% en octubre, mientras la EIL avanzó 0,2% en noviembre (vale aclarar que entre septiembre de 2023 y julio de 2024, la cantidad de trabajadores registrados privados había caído en 180.000). Las expectativas de contratación para diciembre, enero y febrero entre más de 2000 empresas privadas argentinas tuvieron el segundo mejor mes del año y siguen positivas en un +2,5%, según la encuesta oficial.

Por fuera de los formalismos en el Congreso –el proyecto de reforma de la Ley de Contrato de Trabajo impulsado por la libertaria Romina Diez–, la cartera que dirige Cordero está decidida a no homologar acuerdos paritarios que no sean “razonables”. ¿Qué significa “razonable” para el Gobierno? En principio, que sigan las perspectivas sobre los precios. No quieren ver empresas despidiendo trabajadores por no poder pagar sueldos altos en dólares, sobre todo antes de que el Gobierno impulse –si logra espacio fiscal– una baja de impuestos para hacer más competitivo estructuralmente al sector privado. Es un reclamo que las compañías –sobre todos las industriales– ya comenzaron a acercar al oficialismo desde fines de 2024, cuando el colchón cambiario fue desapareciendo y mientras Economía apostaba a la baja de aranceles, al final del impuesto PAIS y a una apertura comercial.

No es el único cambio que prometen desde Trabajo. En esa cartera apuestan a que haya solo unas pocas paritarias por actividad –que engloben a todo un sector y a sus empresas– y a que fijen salarios básicos moderados para impulsar, en cambio, cada vez paritarias por empresa. La idea es que la base cerrada por rama de actividad no obligue –tras una homologación oficial– a empresas medianas o chicas a pagar un aumento que quizás sólo las grandes pueden afrontar. En cambio, un básico moderado por actividad y paritarias por empresa daría lugar a que las grandes –con esa negociación individual– puedan “estirarse” más en los incrementos salariales sin arrastrar a todo un sector. La firma, claro, la seguirán teniendo los sindicatos tradicionales.

Federico Sturzenegger, Sandra Pettovello y Julio Cordero en la apertura del Diálogo Social con los empresarios y sin la CGT

En la cartera de Cordero afirman que ya vienen trabajando este tipo de acuerdos y muestran ya sus efectos: la divergencia existente entre las series del salario real promedio del empleo registrado privado y la de los principales convenios colectivos de trabajo. La primera, de hecho, está en noviembre casi un 3% por encima del nivel que mostraba el mismo mes de 2023, según datos proyectados del SIPA que publicará Trabajo. La segunda, en cambio, muestra que los sueldos teóricos y promedio negociados bajo convenio están un poco por debajo, prácticamente al mismo nivel que de antes de la devaluación de diciembre de 2023, con la que comenzó el gobierno de Javier Milei.

Además, la idea oficial –con una inflación en franco descenso– es comenzar a sentar a los sindicatos y a las empresas alrededor de los convenios colectivos para pensar cambios que puedan aportar a mejorar la productividad. Para Trabajo, se trata de una estrategia clave para que los salarios puedan seguir creciendo por encima de la inflación y la economía se siga recuperando.

Los números finos

Con relación a los datos oficiales de la EIL, Comercio, Restaurantes, Hoteles e Industria lideraron la creación de empleo, con subas del 0,4% y 0,3%, respectivamente en noviembre. El sector manufacturero dejó de perder personal –junto a la construcción fueron los segmentos del mercado laboral que explicaron el ajuste en la primera mitad del año– en agosto pasado. A partir de entonces, comenzó una recuperación apuntalada, según los datos oficiales, por los sectores de Alimentos y, Madera y papel (los textiles y los autos cayeron). La construcción, en tanto, todavía está “planchada” con relación a la cantidad de trabajadores empleados en sus filas.

“En los últimos meses, el sector Comercio experimentó un crecimiento, representando una quinta parte del total de trabajos asalariados registrados en el sector privado. Según los datos del SIPA, hasta octubre de 2024, el sector acumuló cinco meses consecutivos de expansión, alcanzando el mayor número de trabajadores formales desde enero de 2009″, indicaron en el Ministerio de Capital Humano que dirige Sandra Pettovello.

La ministra de Capital Humano, Sandra PettovelloMarcos Brindicci

Con relación al futuro cercano, las expectativas de los empleadores del sector privado –según la EIL– para el período diciembre de 2024 a febrero de 2025 son positivas. Del total de empresas que prevén cambios en sus dotaciones de personal, el 3,9% espera aumentarlas, mientras que el 1,3% anticipa reducirlas, lo que resulta en una expectativa neta de crecimiento del 2,6%.

En noviembre pasado, el salario medio real del empleo registrado privado creció un 1,6% respecto a octubre. “Este aumento mensual acumuló más de 15 puntos porcentuales en la capacidad de compra durante los primeros once meses de 2024, superando en 2,8 puntos el nivel de noviembre de 2023″, afirmaron en Capital Humano. “Esta mejora elevó el poder adquisitivo del salario medio por encima del nivel previo a la devaluación de diciembre de 2023, a su vez alcanza uno de los niveles más altos de todo el período comprendido entre 2020 y 2023. Por su parte, la capacidad de compra del promedio de los salarios establecidos en los principales convenios colectivos de trabajo aumentó un 0,5% en noviembre de 2024 respecto del mes anterior. En el período comprendido entre enero y noviembre, la media de los salarios conformados por convenio registró un crecimiento acumulado de doce puntos”, precisaron.

Según el Sistema de Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte), el salario promedio bruto de los trabajadores alcanzó $1.178.925,33, lo que representa un alza nominal mensual de 2,8% en noviembre. Este aumento se produce en un contexto de inflación del 2,4% en noviembre. Vale aclarar que otros gastos –las tarifas, por caso– también subieron fuertemente. De hecho, según la consultora privada Empiria, en octubre el ingreso disponible –tras pagar los mayores gastos fijos– subió 1%, es 11% superior al piso de abril, pero aún es 17% inferior al de noviembre de 2023.

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