Por la falta de alimentos en los comedores, los movimientos sociales intentarán cortar el puente Pueyrredón y promoverán 500 cortes. Vuelve a confluir la izquierda y el peronismo.
Por Laura Vales
Las organizaciones sociales anunciaron que hoy cortarán los accesos a la Ciudad de Buenos Aires, desafiando el protocolo antiprotestas de Patricia Bullrich, en una jornada de lucha con 500 piquetes en todo el país. La cabecera estará en Avellaneda, sobre la avenida Mitre, a metros del Puente Pueyrredón. Con la consigna "El hambre es el límite", el principal reclamo es de alimentos para los comedores y merenderos comunitarios, que fueron desabastecidos por decisión de la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello. Horas antes de las manifestaciones, el vocero presidencial, Manuel Adorni, se hizo el canchero comparando a los piqueteros con enemigos: “Les estoy dando duro para que no me vengan a romper las pelotas”, dijo en un streaming.
Los movimientos sociales llegan a esta jornada unificados. Los peronistas, integrados a la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (Utep) y a agrupaciones kirchneristas, los de la izquierda (como el Polo Obrero) y el sector independiente (como la Coordinadora de Organizaciones en Lucha), acordaron juntar fuerzas. Están saliendo juntos a la calle, cosa que no se veía desde finales de los ‘90, es decir que no ocurrió prácticamente nunca en su historia.
Tampoco nunca habían enfrentado un ataque tan fuerte y sostenido como con el gobierno de Milei: como se sabe, el ministerio de Capital Humano de Sandra Pettovello dejó de mandar alimentos a los comedores. Luego empezó a desarmar el Potenciar Trabajo, entre enero y febrero dió de baja a casi 50 mil beneficiarios en medio de una campaña para mostrar a las organizaciones sociales como “intermediarias” que se quedan con la comida y la plata de la gente. Además, licuó el monto de los planes, reemplazando el Potenciar por dos nuevos programas (con este cambio desenganchó su monto del salario mínimo; si antes un Potenciar equivalía a la mitad del SMVM, ahora el monto de los planes volverá a ser fijado por el gobierno). Otra de sus medidas fue ponerle fin a las obras de integración sociourbana de los barrios populares, lo que acompañó con su correspondiente campaña sucia. A lo largo de todo este proceso, impuso el protocolo contra los cortes.
En la mayoría de las organizaciones no se esperaban semejante ofensiva. Milei había anticipado, tras ganar las elecciones, que la única billetera abierta iba a ser la del ministerio de Capital Humano, para auxiliar a los caídos por el brutal ajuste que se disponía a hacer. Sin embargo, no sólo no hubo auxilio para los caídos sino que desarmó los amortiguadores sociales construidos frente al avance de la pobreza en los últimos 40 años. Desfinanció los comedores, pero también los jardines y espacios de cuidado para la primera infancia, los centros de acompañamiento para los consumos problemáticos, el salario social complementario, los grupos de trabajo para intervenir ante la violencia de género, los equipos de promoción de la salud en los barrios, las cooperativas de liberados.
Sin canales de diálogo con el Estado nacional, los referentes de las organizaciones territoriales se ven empujados a entrar en conflicto.
Johanna Duarte, referente del Movimiento Evita y una de las mujeres que integran la mesa de conducción de la Utep, dijo a Página/12 que “la situación de empobrecimiento en los barrios es muy crítica y la no respuesta del gobierno nacional no nos deja otra salida. Cada vez va a ser mayor el reclamo social y los cortes”.
Otros dirigentes cuentan que -además de la obvia estrategia del gobierno de Milei de corporizar un enemigo en las organizaciones-, los preocupa el desconocimiento de La Libertad Avanza sobre las políticas sociales. De hecho, el mismo Presidente prometió, durante la campaña, otorgar tarjetas individuales a los beneficiarios para cortar con la presunta dependencia que tenían de los movimientos: ignoraba que desde hace años los planes están bancarizados.
En reuniones informales que han tenido con áreas que dependen de Pettovello, algunos referentes escucharon, estupefactos, decir a los funcionarios que ya iban a empezar a mandar “algunas máquinas de coser, como para que la gente se active”. Los mileístas a cargo de las políticas sociales están convencidos de que los trabajadores del Potenciar no hacen nada. No tienen el planteo de corregir, a partir de la realidad, lo que eventualmente esté mal y mantener lo que funciona. "No quieren ir a conocer nada del trabajo en el territorio".
El vísperas de la jornada de protesta, el vocero presidencial, Manuel Adorni, se hizo el canchero comparando a los piqueteros con enemigos. Fue mientras hacía un streaming del videojuego Age or Empires; disparando contra un grupo de atacantes, Adorni dijo que eran como los grupos piqueteros. “Les estoy dando duro para que no me vengan a romper las pelotas”, señaló. Explicó que la tribu a la que estaba atacando en el juego le había pedido un tributo de 500 piezas de oro pero que, como él le dio sólo 200, seguía en conflicto. “La típica, son los piqueteros de la 9 de Julio, le das planes y más o menos la misma lógica”. Adorni hizo un recorte del streaming con estos comentarios y lo subió a las redes sociales.
En la ciudad de Buenos Aires, los cortes comenzarán a las 10 de la mañana en cuatro puntos: el puente Pueyrredón, Saavedra, ruta 3 y General Paz, Liniers. En el interior del país, según el mapa difundido por la Utep, habrá piquetes y movilizaciones en todas las provincias, con mayor número de protestas en las del noroeste y noreste (Jujuy, Salta, Chaco, Misiones). Adhirieron a la jornada de lucha un grupo de sindicatos estatales (la CTA CABA y ATE CABA), docentes de UTE y AGBD-UBA y los trabajadores del neumático del gremio SUTNA.
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