El sindicato aceptó debatir cambios en los convenios laborales. Buscan más competitividad.
Efecto Vaca Muerta: el gremio de Capitanes de Ultramar (CU) convocó para este jueves a una Asamblea Extraordinaria para debatir orgánicamente "la posibilidad de nuevos Convenios Colectivos de Trabajo para buques en tráficos nacionales e internacionales. Análisis de conveniencias y necesidades. Informe. Medidas a adoptar", según reza el punto 4) de la convocatoria firmada por su secretario general Marcos Castro.
Gobierno, empresarios y gremios saben que los buques de bandera argentina están fuera de competencia en todo lo que respecta a comercio exterior, ya sea importación como exportación, por los altos costos. Simple: las navieras internacionales son las que hacen este trabajo y con el plan de reducir costos locales es que desde el Ejecutivo buscan bajar la carga laboral. Dato: el 50% de los costos de un buque operativo se va en costo laboral.
El sector marítimo nuclea a siete gremios y el resto de los sindicatos miran con atención lo que pueda pasar acá por el efecto dominó que pueda producir. En un buque de altamar, por ejemplo, embarcan tres gremios (Capitanes, Marineros y Maquinistas). Algunos de estos sindicatos contemplan un régimen laboral que se lo llama 1 x 1, es decir un día embarcado, uno en la casa: si los trabajadores hacen un viaje de 30 días, tienen otros 30 de descanso.
Desde Capitanes de Ultramar no respondieron al llamado de este diario pero otro dirigente de otro gremio marítimo sondeado aseveró: "No somos competitivos por otras cuestiones: los barcos extranjeros, y lo vemos en la Hidrovía Paraná, cargan combustible a precio Rancho (se lo llama así en la jerga a cargar combustible sin pagar tributo). Además, si un armador nacionaliza un buque debe pagar 25% de impuestos. ¿Entonces digo, el esfuerzo lo tienen que hacer los trabajadores solamente? ¿Y el Estado? ¿Y los empresarios?".
Y agrega: "Muchos buques de 'tercer bandera', es decir por ejemplo panameños o liberianos, embarcan tripulantes de distintas nacionalidades y se rigen por los convenios ITF que son de orden mundial y tienen costos bajos y condiciones laborales mínimas y si querés hacer un juicio tenés que ir a Panamá, ¿cómo competimos contra eso?. Recordemos que este esquema se dio en los noventas cuando llegamos a tener hasta buques remolcadores de bandera cubana".
Pero la queja no solo viene del sector trabajador. Los armadores argentinos siguen de cerca el tema también: "La convocatoria habla de tráfico nacional e internacional y la idea del Gobierno es atraer inversiones extranjeras para ampliar la oferta laborar y como cebo ponen lo de los convenios flexibilizados. Pero si a los que estamos nos mantienen las mismas condiciones, estamos frente a un dumping comercial", analiza. Y sigue: "¿Supongamos que abren una licitación para viajes internos para transportar petróleo, la empresa de afuera, a la hora de licitar, tendrá costos más bajos que los nuestros; en el tiempo es insostenible, vamos a quebrar, indemnizando a los trabajadores que terminarán siendo incorporados en las empresas extranjeras con menos beneficios. Es por eso que pedimos que los beneficios de adecuar los convenios alcancen a todos por igual". Concluye: "Gobierno y gremios quedan bien parados porque dicen que quieren ampliar la oferta laboral y los malos somos siempre nosotros".
No hace muchos días empresarios navieros alertaron un "uber marítimo" ya que un buque de Maruba tenía, en un viaje de cabotaje a Ushuaia, a filipinos embarcados, fuera de alcance del convenio colectivo local. El barco era de bandera panameña y pudo hacer este viaje por excepción a la ley: esto es que si la armador, en este caso Maruba, no tiene un buque de bandera argentina disponible puede rentar por hasta 30 días uno extranjero pero para hacer el trabajo la tripulación debe ser argentina.
Esa acción ilícita dejó al descubierto la encrucijada en la que se encuentra el sector.
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