Una feroz represión fue la respuesta del gobierno nacional a la pacífica y multitudinaria movilización convocada por el sindicalismo y movimientos sociales a la Plaza del Congreso en señal de repudio al tratamiento en el Senado del proyecto de la Ley Bases, que tiene media sanción de Diputados y sus contenidos, los cuales representan un claro perjuicio para los/las trabajadores/as y la sociedad en su conjunto.
Desde esta mañana gremios alineados a la Confederación General del Trabajo (CGT) la CTA de los Argentinos y la CTA Autónoma, comenzaron a converger en la Plaza situada frente al Congreso Nacional. Todo transcurría en orden y en paz hasta que las fuerzas represivas iniciaron la provocación arrojando gas pimienta y apaleando a los manifestantes para desalojar las calles.
Antes, el Secretario General de la Unión Argentina Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE), José Voytenco, señaló: “Marchamos por los derechos de todos los trabajadores y las trabajadoras rurales. Nos movilizamos porque la Ley de Bases desconoce las particularidades de los trabajadores de nuestro sector”.
El sindicalista añadió: “De sancionarse, la reforma laboral solo profundizará el trabajo no registrado, el trabajo esclavo y el trabajo infantil, implicando un retroceso en muchos de los derechos que hemos conquistado con esfuerzo y sacrificio”.
“La libertad de los empresarios y sus intereses nunca pueden estar encima de los derechos fundamentales y la dignidad de los hombres y mujeres que ponen en marcha al principal motor de la economía de nuestro país”, concluyó el sindicalista.
En tanto, más de 30 gremios ligados al sector marítimo y portuario, desde el mediodía paralizaron toda la actividad del comercio exterior en contra del proyecto que desguazaría la administración pública nacional; enajenará el patrimonio ambiental y barrerá con la legislación laboral que protege derechos de los/as trabajadores/as.
Desde el gremialismo señalan que, de aprobarse, la iniciativa de Javier Milei dañará severamente al entramado productivo, beneficiará a las grandes empresas, al tiempo que reimplantará el impuesto a las ganancias a trabajadores/as, afectando drásticamente aún más sus ingresos y acentuando la desigualdad social.
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