Referentes de cada sector, Daer y Palazzo, coincidieron en la necesidad de profundizar la sindicalización y la defensa de los convenios colectivos en respuesta a la “precarización” generada por las nuevas tecnologías y a la pérdida de miles de empleos pronosticada por estudios privados.
Al menos por un momento, y por una causa en común, los sectores distanciados de la CGT lograron unirse. Los gremios “gordos” y “duros” tuvieron un encuentro este lunes con el objetivo de pensar en un plan contra la “uberización” de la economía y el freno de cualquier intento de reforma laboral legislativa.
El acercamiento circunstancial tuvo lugar en un encuentro sobre el cambio tecnológico organizado por la central sindical de servicios a nivel mundial Uni Global, del que participaron Héctor Daer, actual cosecretario de la central obrera y representante de los “gordos” (grandes gremios de servicios de buen diálogo con el Gobierno), y el bancario Sergio Palazzo, un exponente de los sindicatos duros que, sin integrar la cúpula de Azopardo, presiona por un paro contra Mauricio Macri.
Pese a las diferencias sobre la manera de enfrentar al Gobierno que se extienden a la fórmula del peronismo, los dirigentes coincidieron en la necesidad de profundizar la sindicalización y la defensa de los convenios colectivos en respuesta a la “precarización” generada por las nuevas tecnologías y a la pérdida de miles de empleos pronosticada por estudios privados y organismos internacionales. Esas fueron algunas de las medidas que surgieron en los paneles de debate organizados en el Paseo de La Plaza, frente a un auditorio colmado de más de 200 representantes sindicales, donde fueron analizadas las experiencias gremiales en las principales plataformas digitales.
Casos en el exterior
“Las organizaciones sindicales ahora somos más importantes que nunca. Tenemos que usar nuestro poder en las mesas de negociación para garantizar el futuro de los trabajadores”, sostuvo la presidente de Uni Global, Christy Hoffman, quien en un repaso de la situación internacional destacó la negociación de un salario mínimo y una jornada mínima de 12 horas en la empresa de retail H&M en Estados Unidos; la “victoria” en Gran Bretaña de los choferes de Uber; y el primer convenio de plataformas digitales en Dinamarca. Además, planteó la necesidad de rediscutir las políticas de “control permanente” en los almacenes de Amazon, del magnate Jeff Bezos.
Daer, por su parte, dijo que “no tenemos que tener temor por el empleo, sino la determinación de que haya más sindicatos, más negociación colectiva y enfrentar estas políticas.
Es necesario buscar una alternativa propia, no sólo para ganar las elecciones sino para vivir una patria más justa”. Y si bien no hubo referencias a la protesta prevista por la central obrera para el 4 de abril, sus palabras fueron leídas por algunos de los presentes como un nuevo gesto de endurecimiento hacia el Gobierno, apoyado en los sectores más confrontativos del sindicalismo con los que ya se había mostrado la semana pasada al participar de la presentación de la inflación medida por la UMET junto al bancario y el camionero Pablo Moyano.
Palazzo también fijó su postura, al advertir que “la uberización de la actividad financiera es consecuencia de la precarización laboral y la falta de regulación”, y apuntó contra Mercado Pago, la banca digital de Mercado Libre, a las que responsabilizó de “prestar dinero sin regulación del banco central ni control de lavado”.
Luego de visitar el sábado la sede ocupada en Palermo de Pedidos Ya por el despido de 450 repartidores a fines de febrero, el bancario alertó sobre la presunta intención de los empresarios de debilitar el modelo sindical argentino que “sigue siendo el más fuerte”, y señaló que “desde que apareció Uber no hay taxistas con derechos”.
Causa común
También apuntó contra la tercerización utilizada como fraude laboral en su actividad, pero se mostró optimista al evaluar que un eventual aumento de la bancarización en Argentina permitiría crear nuevos puestos mediante la reconversión de tareas, junto con una regulación y encuadramiento de esas nuevas formas de trabajo. “Si quieren preservar el empleo, entonces disminuyan la jornada de trabajo y pierdan un poco de rentabilidad”, reclamó el líder de la Corriente Federal de Trabajadores, un espacio gremial cercano a Cristina Kirchner.
Los desafíos del comercio electrónico, en tanto, fueron abordados por el senador nacional Daniel Lovera, quien luego de sentenciar el “fracaso” del modelo económico de Macri elogió los resultados “positivos” del convenio firmado en octubre del 2017 por el mercantil Armando Cavalieri con Autopistas Urbanas (Ausa) en la Ciudad. Se trata del sistema de barreas inteligentes denominadas “free flow”, por el que fueron capacitados 483 trabajadores en nuevas tareas, lo que “aseguró su continuidad laboral por cuatro años”.
Lovera también destacó el encuadramiento de 200 trabajadores de Mercado Libre pese a su “política antisindical”, defendió la regulación de las nuevas actividades mediante los convenios laborales, y ratificó su rechazo a los proyectos oficiales de reforma laboral que descansan en la Cámara Alta. “Han insistido con estos cambios y no lo vamos a permitir”, aseguró.
Y planteó la importancia de tener “decenas de legisladores representantes de los trabajadores y llegar a la mesa donde se toman las decisiones”. Esa es una de las principales preocupaciones de los referentes de la CGT, abocados a ganar una mayor influencia en la negociación de cargos de cara a las elecciones, junto con eventuales concesiones del Gobierno.
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