Débora Pérez Volpin falleció el 6 de febrero de 2018 producto de un error en el procedimiento de una endoscopia que la periodista debía realizarse por un malestar abdominal complejo. En el juicio que realizaron sus familiares, el endoscopista Diego Bialolenkier fue condenado a tres años de prisión condicional por homicidio culposo pero su pena no será de cumplimiento efectivo. En tanto, la anestesista Nélida Puente fue absuelta. El tribunal además fijó una inhabilitación de siete años para el profesional que fue condenado y determinó que el sanatorio La Trinidad sea investigado por encubrimiento. 

Una vez conocida la sentencia, Bialolenkier se expresó por primera vez por fuera del proceso judicial en una carta que difundió a un grupo de 869 colegas, quienes se autoconvocaron con la consigna #SomosMédicosNoAsesinos para una movilización hoy jueves a las 18, frente a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires.

"Los médicos no delinquimos, ni una mínima lógica del pensamiento puede hacer pensar eso. Pero este hecho, lamentablemente, generó que un médico que ama esta profesión no puede no sólo llevarla a cabo, sino que no le admitieron ni la más mínima credibilidad a mis dichos, basándose en hechos hipotéticos apoyados por el cuerpo médico forense en el cual participó hasta ese momento ni más ni menos un integrante de la AAA [por la Asociación de Anestesia, Analgesia y Reanimación de Buenos Aires], generando un informe absolutamente tendencioso en contra de la endoscopia y a favor de su colega", escribió Bialolenkier.

A raíz de estos hechos, la Asociación de Médicos de la Actividad Privada (AMAP) se expidió en una dura carta pública, esta vez cargando contra el tratamiento estigmatizante y tendencioso que hicieron algunos medios de la noticia. "Nos llamó profundamente la atención las declaraciones del abogado de la querella Dr. Diego Pirota que tildó prácticamente de asesinos a los dos médicos actuantes, incluso después del fallo que liberó a uno de ellos y condenó a tres años al otro".

Asimismo, alertan sobre la alarmante baja en el número de endoscopias que se redujeron en un 50%: "Esta campaña feroz de desprestigio del trabajo de los médicos no ayuda a la confianza ni contribuye a la relación médico paciente imprescindible en todo acto médico. Asimismo, pone en duda la actuación del todo el cuerpo profesional perjudicando especialmente a los pacientes."

Una frase interesante resalta la doble vara que existe al juzgar ciertas profesiones y actividades: "No conocemos acciones similares en los medios de comunicación contra otros profesionales que pueden cometer mala praxis, y cuyas consecuencias podrían seguir provocando numerosas muertes de niños por hambre, como economistas responsables de medidas durantedistintos gobiernos que siguen opinando sobre lo que hay que hacer sin percibir que son los responsables de esas situaciones y sin sufrir ningún tipo de juicios de mala praxis."

Por último, hacen hincapié en la creciente precarización laboral que sufren los médicos, especialmente los residentes y la falta de políticas públicas de control a los centros de salud: "Debiéramos considerar algunas realidades que hacen al trabajo médico, su necesidad de trabajar sin descanso obligados por la indignidad de los honorarios y de los salarios que reciben para poder mantener de alguna  manera, aún a costa de su salud, a su familia. Algo que evidentemente a nadie importa." Y siguen "Esta falta de control sobre el régimen laboral de los médicos va acompañado de la falta de control del Estado sobre los sanatorios, clínicas, hospitales y de los equipos utilizados en el sector salud, librándolo a la buena voluntad o responsabilidad de quienes los utilizan." 

"La salud es muy costosa, no todos acceden a ella en igualdad de condiciones o en el momento oportuno (...) ¿Esto es también responsabilidad de los médicos?", concluyen.