Con una masiva concurrencia, y bajo el lema «en defensa del trabajo y el salario», el Sindicato Unido de Trabajadores y Empleados de PAMI (SUTEPA) realizó una asamblea en la cual se debatió sobre las malas condiciones laborales del sector.

Además, se expuso la preocupante situación que atraviesa el gremio respecto a los servicios que brinda a las personas afiliadas, y se advirtió sobre el riesgo de que los jubilados pierdan su obra social.

En ese sentido, el secretario general del sindicato, Gustavo Sorucco, expresó que «otra vez las y los trabajadores volvemos a ser la resistencia para sostener al PAMI y es imperioso evitar que se lo coloque en situación de riesgo de dejar de ser la obra social de las personas mayores».

Por eso, añadió, «desde SUTEPA reclamamos ser escuchados como trabajadoras y trabajadores, porque somos la cara visible de la institución, pero no los responsables de lo que pasa».

El preocupante momento que atraviesa el PAMI

De la asamblea, que se realizó en la sede central del PAMI, participaron los secretarios generales de las seccionales Tucumán, Salta, Rosario, Bahía Blanca, La Plata, Luján y CABA.

También estuvieron presentes dirigentes de las seccionales San Justo, Lanús, San Martín, Mar del Plata, y autoridades del Hospital Milstein y de la Dirección de Atención Médica No Programada y Programada (DANMyP).

Durante el encuentro se leyó un documento donde se detalló la situación que se vive y se remarcó que «en el PAMI se vienen desmantelando áreas y programas, se subejecuta el presupuesto y se multiplicaron los amparos reclamando prestaciones, mientras que las que se brindan se vieron disminuidas en su calidad, cantidad y acceso en tiempo razonable».  

Asimismo se señaló que «la realidad que vemos a diario no se corresponde con lo que muestran las redes sociales del instituto, donde aparecen los funcionarios sonrientes hablando de la libertad de elegir o del buen trato hacia los mayores».

Además, se apuntó que «la gestión parece sólo escucharse a sí misma y se autopercibe exitosa, haciendo oídos sordos a la voz de los otros, dando lugar a la pérdida de la empatía hacia los afiliados y los trabajadores».

Al respecto, desde SUTEPA remarcaron que «la verdad es la realidad que vivimos todos los días en nuestros lugares de trabajo. Por mucho que se pretenda disfrazarla aparece indefectiblemente de diferentes formas. No se puede tapar el sol con las manos».

Reclamos sin solución

La problemática, como contaron desde el gremio, es algo de vieja data: «Hace unos meses emitimos un documento que llamamos ‘El PAMI así no se banca más’, donde reflejamos el sentir y los reclamos de los compañeros de todo el país».

En aquel texto también se expuso «el destrato a los trabajadores y la falta de gestión para resolver problemas prestacionales y laborales. También invocamos la tolerancia, capacidad de diálogo, escucha y buen trato como aptitudes que permiten construir caminos».

Sin embargo, «pasó el tiempo y nada se modificó. Por el contrario, observamos que se acentuó la intolerancia, la persecución, la amenaza y el amedrentamiento contra nuestra organización por expresar la voz de las y los trabajadores que miran con preocupación el futuro de PAMI que se presenta por lo menos desalentador».

Por último, se planteó que «la digitalización de los trámites es una barrera tecnológica que atenta contra la accesibilidad, cuando no todas las personas mayores tienen celulares, computadoras o no cuentan con personas de su entorno a quién recurrir para que las y los ayuden a conseguir un turno, una prestación, recetas u órdenes médicas electrónicas».

Y se señaló que «los medicamentos sin cargo son una política pública del Gobierno nacional que sirvió de contención a los afiliados en estos últimos años. Pero el PAMI no es sólo eso, también existen prestaciones esenciales que hoy no están proveyéndose o que se vieron disminuidas en su calidad, cantidad y acceso en tiempo razonable».