Por: Mariano Martín.

Sindicatos que responden a Pablo Moyano relanzaron una versión de las 62 Organizaciones Peronistas y plantearon la necesidad de un acuerdo partidario para alumbrar una candidatura de unidad. El sello congregó a más de 70 gremios en la sede de los peones de taxis, en el barrio de Boedo. La reunión se inscribió en los movimientos de la mayor parte de los sectores sindicales para hacerse de espacios y de influencia en la discusión por las listas del PJ en las elecciones de este año.

Para el hijo mayor de Hugo Moyano el encuentro representó, además, una reivindicación a la fracción de las 62 Organizaciones que desde el viernes quedó a cargo del motoquero Marcelo Pariente luego de que su padre hubiese visitado días atrás otra versión del mismo sello, integrada por los dirigentes más cercanos a Mauricio Macri durante la gestión de Cambiemos. Como había contado este diario, la asistencia el mes pasado del secretario general de Camioneros a la variante de "las seis dos" que encabeza el dueño de taxis José Ibarra causó estupor en la otra vertiente auspiciada por Pablo Moyano.

A la sede de Quintino Bocayuva 1274 llegó el viernes el cosecretario general de la CGT y número dos de Camioneros junto a su hermana Karina, responsable del área de Vivienda del sindicato y otros dirigentes de la cúpula de esa organización como Marcelo Aparicio y Luis Córdoba. Semejante arribo tuvo como objeto escenificar que el apoyo de Camioneros y de la familia Moyano se focaliza en el sello relanzado en un intento por prevalecer por sobre el que encabeza Ibarra y una tercera vertiente controlada por el gastronómico Luis Barrionuevo y los “gordos” de los grandes gremios de servicios de la CGT.

Cuando se especulaba con un posicionamiento más explícito en la interna del FDT, Pablo Moyano y otros participantes coincidieron en reclamar la unidad de la coalición gobernante por encima de los tironeos entre Alberto Fernández y el sector que responde a Cristina de Kirchner. De hecho el número 2 de Camioneros rescató la condición de “proscripta” que el sector mayoritario del frente le adjudica a la vicepresidenta pero no dio un veredicto claro sobre su preferencia. En cambio se manifestó con un tono de respaldo tanto a la exmandataria como a Alberto Fernández.

En ese aspecto el gremialista dijo que cualquiera fuese el desenlace de la interna del FDT su sector apoyará a quien resultara como cabeza de una fórmula presidencial por entender que un eventual retorno al Gobierno de la dirigencia de Juntos por el Cambio implicará el empobrecimiento de los trabajadores, el debilitamiento de las estructuras sindicales, y eventualmente el encarcelamiento de dirigentes. Hugo y Pablo Moyano, de hecho, figuraban al tope de la nómina de “encarcelables” de Juntos por el Cambio.

Además de los camioneros se encontraban el dueño de casa, Jorge García; Juan Pablo Brey, de la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA); Alejandro Salcedo, de los docentes bonaerenses de Udocba; José Luis Clemente, del sindicato de marítimos (SOMU), Horacio Valdez, de la industria del Vidrio; Graciela Aleñá, del personal de Vialidad, y representantes de organizaciones con peso propio como el Smata (mecánicos) y la Uatre (peones rurales).

El entredicho familiar por el auspicio de una u otra versión de las 62 Organizaciones no se limitó al padre y el hijo mayor. Facundo Moyano fue quien acompañó a Hugo a la reunión con la pata “amarilla” del sello y en su figura se descargó buena parte del fastidio de los concurrentes el viernes.