La central “del Pepe” se ufana de haberle ganado “2 a 0” a la regional normalizada, porque Egardo Russo y Juan Monserrat quedaron en las listas de HUpC y el FdT cordobés. La otra central quedó desplazada y hubo roces internos. Las 62-O consiguieron un lugar, aunque en el lejano puesto 31º.
Por: Felipe Osman.
El accidentadísimo cierre de lista de Juntos por el Cambio se llevó, con justicia, toda la atención. La alianza de la UCR, el PRO y sus socios minoritarios llegó al plazo fatal para la presentación de sus candidatos sumida en ásperas discusiones, con su candidato a vice blindando su banca frente a una derrota, el presidente del PRO presentándose como candidato a vice intendente del oficialismo y su principal referente del interior renunciando a participar de la lista.
Ante semejante feria de variedades, poca atención reclamaba el cierre del resto de las listas. Ahora, pasado el vendaval, vale la pena detenerse en otros costados del asunto, y uno de ellos es cómo quedó el gremialismo representado en las listas PJ.
Desde hace semanas, los distintos espacios que forman parte del ecosistema gremial cordobés habían empezado a pedir lugar en las listas. Las primeras en hacerlo fueron las 62 Organizaciones Peronistas, que venían mostrando el rol más activo dentro de la pre-campaña del oficialismo. Luego, varios referentes de la “CGT Córdoba” de Pihen firmaron un documento ratificando su respaldo a los candidatos del oficialismo, tanto en nivel nacional como provincial y municipal, aunque sin reclamar explícitamente un lugar en las listas, como sí lo haría casi en simultáneo la CGT Regional, que sorprendió pidiendo el histórico “cupo” gremial del 33 por ciento.
En el curso de la semana las negociaciones se llevaron con gran hermetismo, y el espacio que finalmente le tocaría a los sindicatos fue una incógnita hasta el momento en que Hacemos Unidos por Córdoba dio a conocer su lista y el Frente de Todos cordobés hizo lo propio.
El resultado final: en la lista del oficialismo figuran dos representantes del mundo gremial: Edgardo Russo y Sergio Fittipaldi.
Russo es el titular de AEFIP (empleados de AFIP), está alineado con José Pihen, y forma parte de la “CGT Córdoba”, compuesta por los gremios que rechazaron la normalización dispuesta por la CGT Nacional sobre la Regional Córdoba y mantienen un juego independiente respecto del triunvirato que, como reflejo de la central nacional, conduce ahora la regional cordobesa. Con el número 25, sus chances de entrar dependen de que el peronismo haga una gran elección y termine llamando a varios de sus candidatos a legisladores al Ejecutivo.
Fittipaldi, en tanto, quedó en el número 31, virtualmente sin posibilidades de entrar a la Legislatura, y ocupando un espacio que, en principio, las 62 Organizaciones pedían para su secretario político, Ricardo Moreno, quien habría chocando contra un obstáculo no menor: la decisión del Centro Cívico de que quienes ocupen las bancas reservadas al gremialismo sean indefectiblemente titulares de algún sindicato.
Conocido el cierre de las listas, los dirigentes de la CGR Córdoba de Pihen se ufanaban de haberle ganado “2 a 0” a la CGT “de Otero”, en alusión al delegado enviado por la CGT Nacional para conducir el proceso de normalización de la Regional Córdoba. Esta victoria se explicaría en que la Regional no consiguió meter a ningún representante en la lista de Hacemos por Córdoba, mientras que la CGT “del Pepe” metió dos. El primero, en las filas de HUpC, y el segundo en la lista del Frente de Todos, cuyo tercer candidato (después de Federico Alessandri y Gabriel Estévez, que se anotaron a la vez como candidatos al Ejecutivo y al Legislativo) es Juan Monserrat, titular de la UEPC.
Monserrat, vale aclarar, no integra el Movimiento Obrero Peronista de Pihen, sino que se recuesta sobre la otra pata de la CGT Córdoba, el “Movimiento Sindical para la Justicia Social y el Trabajo”. En cualquier caso, forma parte de la central paralela.
Ahora, la CGT Regional, ¿se quedó sin representación?
Diversas fuentes gremiales apuntan que así fue. Más aún, dos integrantes de la conducción del a CGT Regional se reunieron el sábado con el intendente y le ratificaron su apoyo en la campaña, pero le aclararon que la banca que por ese entonces negociaba el líder del sindicato de Comercio, Pablo Chacón, para Silvina Jurich, no era tomada por la central como propia.
Chacón, que no integra el triunvirato que conduce la Regional, es sin embargo un dirigente sindical de gran peso en esa estructura que, además, mantiene estrechos vínculos con Martín Llaryora y Alejandra Vigo.
Jurich, siendo suplente de Paulo Cassinerio por la banca departamental por Capital, tiene muchas chances de asumir en la Legislatura, ya que, si el oficialismo retiene la provincia, parece muy probable que el actual ministro de Vinculación Comunitaria termine recalando en el gabinete de Llaryora.
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