Comercio y Asociación Bancaria negocian cerrar el año por encima de ese valor. Otros gremios difieren la negociación porcentual a cambio de un bono.
Por: Mariano Martín.
En silencio y con el aval del Gobierno varios de los sindicatos más influyentes arrancaron sus negociaciones para reacomodar las subas salariales de este año por encima del 50 por ciento en la tercera etapa de la ronda de paritarias. Es un proceso inédito en la historia reciente por tratarse en muchos casos de la segunda reapertura de acuerdos sellados en el primer semestre del año. Bajo esa premisa ayer pactó el gremio de Obras Sanitarias con la empresa estatal AySA (52 por ciento) y están en tratativas Comercio y la Asociación Bancaria, entre otros.
Es tan inusual una tercera discusión en el mismo año calendario que varias de las discusiones en curso se solapan con las de otros gremios que ya abordaron sus paritarias de 2022 como la Federación de Aceiteros, que la semana pasada firmó con las cámaras exportadoras un 39% de incremento desde el 1 de enero que llevará el básico de la actividad a 153 mil pesos. En otros casos la discusión se focaliza en bonos para compensar la pérdida de poder adquisitivo de 2021 y reservar para el nuevo año un adicional porcentual: la Federación de la Carne pactó la semana pasada un pago extraordinario de 20 mil pesos, y el sindicato de Camioneros ya inició gestiones con las cámaras de transportistas de cargas para actualizar el plus de cada fin de año.
La ronda 2021 de paritarias se caracterizó por su volatilidad. En los primeros meses del año, y bajo la premisa de una inflación teórica de 29% plasmada por el equipo económico en el Presupuesto, varias organizaciones gremiales firmaron entre ese valor y en un rango de hasta 35% sus aumentos salariales. Antes de mitad de año, cuando era palpable que esa pauta de variación de precios terminaría ampliamente superada, tanto los sindicatos que arrancaban sus discusiones como aquellos que habían incorporado cláusulas de revisión acomodaron sus escalas salariales a valores de entre 40 y 45 por ciento.
Las negociaciones en marcha buscan darle peso al compromiso de Alberto Fernández y de su gabinete económico acerca de que este año los salarios deberán ganarle a la inflación, que acumuló entre 44 y 46% en los once primeros meses. De ahí que la premisa de las discusiones pase por plantear ajustes superiores al 50 por ciento.
En el caso de Comercio, el mayor sindicato argentino con más de un millón de empleados representados en todo el país, sus dirigentes ya negocian en el ámbito privado con las cámaras patronales para revisar el 41,5% que cuentan como acumulado hasta febrero próximo. De hecho a los empleados regidos por su convenio colectivo les resta cobrar dos aumentos de 8% cada uno en enero y febrero, respectivamente. Los responsables de la negociación le dijeron a este diario que el pedido a las empresas será por entre 10 y doce puntos extra para la revisión que estaba pautada en enero y que de hecho ya se lleva a cabo.
La Bancaria, por su parte, primer sindicato en cerrar su paritaria este año y en hacerlo con una suba del 29 por ciento, tuvo su reajuste hasta 45,1% a mitad de año y ayer volvió a la cartera laboral para reclamarles a las cámaras que nuclean a los bancos llevar el incremento total de este año a 54 por ciento.
Ayer hubo un acuerdo sin pirotecnia pero que de todos modos promete marcarles el camino a los que transitan su tercera ronda: el gremio de Obras Sanitarias, de José Luis Lingeri, firmó 52 por ciento de aumento con AySA, de doble valor de referencia por tratarse de una empresa estatizada. Ya en la segunda etapa de negociaciones de este año el sector público había sido protagonista de las reaperturas en torno del 45 por ciento gracias al acuerdo del personal legislativo, con aval de Cristina de Kirchner, y de organismos controlados por el kirchnerismo como el PAMI o la ANSES.
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