La UOM ya le reclamó a los empresarios un 20% por tres meses. La inflación de enero, febrero y la percepción sobre el número de marzo, preocupan a los sindicalistas. Smata ya negocia desde hace años por 90 días y bajo el incremento sostenido de precios, como también la ineficacia de las medidas del Gobierno, el plazo corto "es perder por menos".
Por: Luis Autalan.
Al calor y bajo la presión de los registros inflacionarios de enero y febrero, algunos gremios apelan a buscar el formato de acuerdo salarial más corto posible. Por estos días de alta temporada paritaria, la UOM reclamó un 20% trimestral para abrir su convenio 2023 y seguir negociando cada 3 meses.
Es el esquema al que apeló hace años otro gremio industrial, el Smata, para proteger los salarios del incremento sostenido de precios de sus 115.000 trabajadores. "Con los acuerdos trimestrales quedamos 2 meses atrás de la inflación", dijo el secretario adjunto de los mecánicos, Mario "Paco" Manrique. Según explicó con los acuerdos anuales hay un atraso que promediaba los siete meses. Ya se sabe: la proporción es directa, a acuerdos más extensos más distancia salarial con los precios.
El también hombre de peso en el Frente Sindical (Fresimona), por un lado, detalló que el Smata apela a tres estudios sobre inflación para calcular el porcentaje que reclama a las empresas y por el otro dejó críticas a los formadores de precios y al Gobierno. En esa tónica consideró que de los productos que integran la nómina de precios acordados, la cantidad de éstos que aparecen en las góndolas es ínfima. Y también sostuvo, con relación a los formadores de precios, que "en los países que ellos nos ponen como ejemplo la rentabilidad empresaria es del 7% y acá es sideral", puntualizó.
Perdiendo el control
Respecto a la Casa Rosada Manrique consideró que "las medidas cuyo cumplimiento no se controla, es como si no se hubiesen tomado", desde la misma mirada que dirigentes del Fresimona y la Corriente Federal de los Trabajadores (CFT) aseveran que los acuerdos de precios no se cumplieron, por ejemplo, en cuanto a alimentos y bebidas para estos meses.
De ahí que mientras este martes sesionará el Consejo Nacional del Salario (CNS) para fijar un nuevo valor del haber mínimo, por estos días en $69.500, el malestar de sectores gremiales claves se incrementa a la par de la inflación. No sólo es el caso de la UOM conducida por Abel Furlan que convocó a las cámaras metalúrgicas para acelerar el acuerdo 2023 en trazo por trimestres, con respuesta empresarial para el lunes 27, sino que también en la órbita de los aeronáuticos, entre otros, se fermenta un profundo malestar por la cuestión paritaria.
Se recuerda que por estos días y al menos tres semanas otros gremios deberán sentarse a negociar su convenio salarial del año, como Construcción, Comercio y otros de peso considerable. Se consolida también la diferencia entre paritarias de alta gama, por el poder salarial de esos sectores, como la recientemente acordada puja de la Asociación Bancaria (AB), que logró una compensación extraordinaria respecto a la quita en los sueldos por el impuesto a las Ganancias.
Descartada de plano por el Gobierno la alternativa de agregar sumas fijas o bonos a la dinámica paritaria, sobre todo desde el arco sindical alineado al kirchnerismo, donde abrevan la UOM, Smata, Camioneros y otros, se fortalece el malestar en cuanto a que la "energía paritaria" no es la que declama el Gobierno frente a la inflación que jaquea la pauta salarial del 60% (30% para cada semestre) que planteó la Casa Rosada.
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