Hugo Moyano relanzó ayer su partido político en La Matanza para promover la incorporación de dirigentes sindicales en las boletas encabezadas por la fórmula Fernández-Fernández. La movida se realizó en la seccional local del Smata con la presencia de la intendenta municipal Verónica Magario, a quien el año pasado el camionero impulsó como candidata a gobernadora bonaerense.

El ex jefe cegetista no estuvo tan lejos de lograr aquel objetivo y ayer se mostró conforme con que la jefa comunal secunde a Axel Kicillof en la difícil empresa de devolverle al PJ el manejo de la provincia. Es más, se comprometió a poner todo el aparato sindical para garantizar la victoria del peronismo en el distrito que concentra casi el 40 por ciento del padrón electoral. Eso sí, ya advirtió en privado que quiere mojar el pancito.

Moyano no hizo público ningún nombre aunque se especuló con el de su hijo Pablo. Sería una manera de protegerlo frente a la embestida judicial por la causa Independiente. También se mencionó a su otro vástago, Facundo, cuyo mandato como diputado expira a fin de año.

En la danza de candidatos figuran los combativos Roberto Baradel, de la CTA —la central que ya tiene en Hugo Yasky un representante en el Congreso— y el comandante Pablo Biró, de la Asociación de Pilotos.

El sello moyanista, conocido como Partido de la Cultura, la Educación y el Trabajo (CET), ahora está formalmente integrado al Frente Patriótico, el conglomerado de fuerzas que militan por "Alberto presidente" y "Kicillof gobernador".

El CET vio la luz en 7 de mayo del 2013 con un ruidoso acto en el Luna Park, en tiempos en que Moyano estaba enfrentado con Cristina Kirchner. La impronta peronista de aquel acto estuvo marcada por la fecha, ya que se cumplía un nuevo aniversario del nacimiento de Eva Perón.

Entre los invitados de aquel acto estuvieron dirigentes críticos de la gestión de la entonces mandataria, como el fallecido José Manuel De la Sota, José "Pepe" Scioli, Roberto Lavagna, Aldo Rico y Francisco De Narváez. Gracias a la alianza electoral con este último, el partido de Moyano tuvo en Omar Plaini su primer representante en el Congreso de la Nación.

Plaini es el secretario general del gremio de los Canillitas. Por estas horas, mientras transita por el Departamento de Estado norteamericano con una comitiva de intendentes y dirigentes sindicales, se lo menciona como un potencial candidato a la Cámara de diputados.

El moyanismo ganó musculatura parlamentaria con la incorporación de Facundo, el retoño de Hugo que había llegado a la banca de la mano del Frente para la Victoria. En 2015 se sumaron los diputados Jorge Taboada y Enrique Castro, jefes de los camioneros de Chubut y San Juan, respectivamente. Este último falleció en 2016, a meses de asumir, y su lugar lo terminó ocupando la abogada del gremio local, Florencia Peñaloza Marianetti.

Moyano ahora va por más, haciendo valer su poder de lobby, el mismo que supo ejercer a favor de Covelia, la compañía recolectora de residuos contratada por algunas intendencias bonaerenses y a la que vinculan con el gremio de camioneros.

La foto que en las últimas horas se sacó con Magario debe leerse en clave electoral, aunque el vínculo excede la actual coyuntura. En agosto del año pasado hicieron causa común para repudiar la eliminación del fondo sojero. Mauricio Macri había incluido la medida en un paquete de ajuste que terminó desfinanciando a las arcas municipales.

"El peronismo volverá a tomar las riendas del país por el desastre que hizo este gobierno, por la miseria y el hambre que ha traído a la gente y por el endeudamiento que generó para las próximas generaciones", fueron las palabras que ayer le dedicó Moyano al presidente.

Lo aplaudieron la jefa comunal, el diputado Fernando Espinoza, ya lanzado a competir por la intendencia de La Matanza, y el titular del Smata, Ricardo Pignanelli, miembro del Frente Sindical para un Modelo Nacional con el que camionero buscará recuperar la conducción de la CGT antes de fin de año.