Aún cuando se trata de una simple propuesta de cambio optativo en el lenguaje impulsado por colectivos invisibilizados, el dirigente de APOPS Leonardo Fabré afirmó que «el «todes» arruina todo. Nos ridiculiza. Nos humilla en la centralidad de nuestra cultura.»

El "todes" arruina todo. Nos ridiculiza. Nos humilla en la centralidad de nuestra cultura

— Leonardo Fabre (@LeonardoFabreok) June 27, 2021

La extensión de búsquedas de expresión no sexistas es algo que ocurrió a raíz de otros cambios sociales que resultaron positivos para colectivos que aún padecen discriminación y pueden llegar a sufrir asesinatos por identificarse por fuera del binomio hombre-mujer, como es el caso de las personas lesbianas, gays, travestis, trans, bisexuales, intersexuales, no binarias, entre otras variantes de identificación sexual.

Aún más, el uso de la «e» para referirse genéricamente en forma no sexista está en debate, no hay una decisión cerrada sobre cómo utilizarlo en caso de querer hacerlo. Tiene como ventaja que la mayor parte de las personas puede entenderlo, no modifica el discurso que se quiera expresar en su esencia pero visibiliza una problemática.

Aprender a respetar las formas en que otras personas necesitan que nos refiramos a ellas está incluido dentro de lo que se conoce como la Ley Micaela. La norma establece el Programa Nacional Permanente de Capacitación Institucional en Género y Violencia contra las Mujeres con el objetivo de “capacitar y sensibilizar” a todos los funcionarios públicos en cuestiones de género y de violencia contra las mujeres. Abarca a los tres poderes del Estado.

Hace un año, la diputada de extracción sindical Patricia Mounier impulsó una resolución en el Congreso de la Nación (2747-D-2020) para invitar a las centrales de trabajadores a adherir a la Ley Micaela e incentivar y promover actividades de capacitación en las organizaciones gremiales.