La inteligencia artificial (IA) llegó para quedarse y provocar cambios irreversibles. Más allá de ser una herramienta para facilitar y simplificar el trabajo de las personas, en la actualidad se ha convertido en un tema polémico en el sector de empleo, por una cuestión lógica: de facilitar y simplificar a reemplazar, hay solo un paso.

Si bien la Argentina -inmersa en otro tipo de crisis más urgente- todavía no advierte que la inteligencia artificial esté afectando fuertemente el mercado laboral, esto no significa que no esté comenzando a ocurrir. Y en todo el mundo, la situación es más notoria.

Cada vez son más las empresas que deciden implementar sistemas de inteligencia artificial en sus operaciones con el fin de reducir costos, lo que provoca que muchos trabajadores sean despedidos de sus empleos. La pregunta que surge es: ¿La IA una herramienta que facilitará la vida de los humanos, o es una amenaza para el mercado laboral?

¿Dónde impacta más la inteligencia artificial?

Por un lado, numerosos especialistas marcan que existe la teoría de que la inteligencia artificial ha llegado para reemplazar al trabajador humano en distintas áreas. Sin embargo, hay quienes defienden que la IA, en lugar de eliminar empleos, creará nuevos puestos de trabajo y oportunidades en sectores que todavía no podemos imaginar. Es un tema que divide a consultoras y expertos.

Según esta mirada, el desarrollo de la misma permitirá a las empresas ser más eficientes, lo que podría generar la aparición de nuevos roles especializados en la gestión y supervisión de estas tecnologías. A pesar de este argumento, no se puede negar que hay cientos de rubros en los que máquinas y sistemas automatizados van reemplazando al empleo humano.

Empleos menos necesarios

Uno de los ejemplos más evidentes de esta tendencia es el sector de la atención al cliente. Los chatbots y los programas de asistencia virtual impulsados por inteligencia artificial se están utilizando cada vez más para gestionar consultas, resolver problemas y atender a los clientes de manera eficiente.

Esto hizo que el empleo humano en este ámbito sea cada vez menos necesario, ya que son capaces de trabajar las 24 horas del día sin necesidad de descanso, lo que los convierte en una opción atractiva para las empresas que buscan reducir sus costos operativos.

El dato que remarca la mayoría de los estudios: ningún empleo está a salvo de la inteligencia artificial.

Otro sector que podría verse profundamente afectado por la IA es el de los choferes. Los vehículos autónomos, que ya se están probando en varios países, tienen el potencial de reemplazar a los conductores.

Empresas como Tesla y Google han invertido millones de dólares en el desarrollo de esta tecnología, y aunque todavía hay algunos desafíos técnicos y regulatorios en el marco legal que superar, parece inevitable que el futuro del transporte esté en manos de robots.

Cambios en todos los rubros

El campo de la programación informática tampoco está exento de esta amenaza. La inteligencia artificial ya está siendo utilizada para escribir códigos y desarrollar programas.

Si bien los programadores de alto nivel siguen siendo necesarios, es posible que en un futuro no tan lejos la IA sea capaz de realizar gran parte del trabajo que hoy en día hacen los programadores de nivel básico.

Otro rubro que está viendo cambios significativos es el de las agencias de vuelos. Con el crecimiento de las plataformas en línea, los usuarios pueden personalizar sus viajes, seleccionar paquetes turísticos y realizar reservas sin necesidad de recurrir a la ayuda de un agente. Esto ha llevado a una significativa disminución en la demanda de estos profesionales.

Incluso los diseñadores gráficos, quienes tradicionalmente han sido valorados por su creatividad y habilidades técnicas, pueden verse afectados por esta modalidad. Existen programas que utilizan la IA para generar imágenes de alta calidad en cuestión de segundos.

En definitiva, la llegada de la inteligencia artificial ha generado un debate profundo sobre el futuro del trabajo. Mientras algunos sectores celebran los avances tecnológicos y las nuevas oportunidades que podrían surgir, otros se muestran preocupados por las posibles consecuencias negativas.