Rosana Farías, secretaria general del Sindicato de Panaderos de Junín, realizó un balance sobre la tarea desarrollada a nivel seccional y analizó el momento que viven los trabajadores del sector. Dijo que el trabajo informal no perjudica las ventas de las empresas, y que ahora será momento de controlar la informalidad en el empleo.

“Después de la pandemia que pasamos, dos años arduos y difíciles para todo el mundo que hicieron que tuviéramos miedo de ir a trabajar porque arriesgábamos la vida, podemos decir que pasó. Felizmente muchos podrán dar cuenta que este gremio estuvo a la par de sus afiliados, estuvimos en la calle y fuimos más solidarios. Hoy nos sentimos más fortalecidos, está pasando todo pero no hay que dejar de cuidarse, y podemos decir que estamos de pie”, apuntó la dirigente.

En lo que hace a las fuentes de trabajo, Farías señaló que “sabemos que tenemos la responsabilidad de priorizar la fuente de trabajo, más allá que haya un 50% del sector o un poco más que tuvo que pasar a la clandestinidad, pero siempre manteniendo el trabajo, que es lo fundamental. Esto por supuesto impacta en el gremio, pero tenemos espalda y hace años trabajamos para esto, pero ahora hay que priorizar estar al lado del obrero y la industria”.

“Se trabajó más, nos dimos cuenta por los mismos compañeros que usaban más bolsas, y esto es bueno para muchas industrias. La gente compró mucha harina, consumió mucho y hubo varios sectores favorecidos”, agregó.

TRABAJO ARTESANAL

Por otra parte, en lo que hace al trabajo artesanal en panaderías, Rosana Farías contó que “favoreció a nuestros trabajadores que la panadería artesanal siga teniendo su elaboración, porque un pan de horno no se compara. Pero también el esfuerzo era mucho mayor, y el proceso industrial, la tecnificación y maquinarias no hicieron que se perdiera mano de obra”.

“Hay muchas generaciones que se han formado y por eso nuestra intención es retomar las capacitaciones, para que el oficio vaya avanzando acorde a la modernización”, adelantó.

TRABAJO INFORMAL

En cuanto al trabajo informal de panadería, Farías dijo que “siempre hubo esto. Si en el barrio hay un microemprendimiento que paga los impuestos y tiene trabajadores en blanco, y hay también cinco familias que elaboran pan o facturas, es algo que preocupa. No debería pasar. Pero como Sindicato y defensores de trabajadores y la comunidad, no creo que alguien que se está ganando la vida así, le quite ventas a las panaderías”.

“Por esto decimos que se trata de un trabajo noble, ya que aquel que se queda sin empleo se pone a elaborar tortas fritas, bolitas de fraile, y puede con esto llevar un plato de comida a la familia”, apuntó.

Además, Rosana Farías indicó que “lo que sí preocupa es la clandestinidad o informalidad que volvió, en empresas grandes que pueden cumplir con todo lo que corresponde y ponerse al pie del cañón, teniendo a sus trabajadores en las condiciones que corresponda”.

TRABAJO SINDICAL

En lo que hace al trabajo sindical, Farías recordó que la sede se encuentra en Alberdi 1415. “Costó llegar a esto, pero no hay cosa más linda y orgullo más grande que todo se hizo es por el aporte de cada afiliado y la buena administración del gremio. Acá está el trabajo genuino de una organización”.

“Nos mudamos en plena pandemia, sin inauguración y para dejar de pagar alquiler. Queríamos cortar una cinta y un brindis, así que por la urgencia de mudarnos a nuestra casa nos trasladamos, pero cuando lo permita el tiempo haremos algo. Incluso tal vez tengamos algo más para inaugurar, porque nosotros trabajamos mucho”, dijo la secretaria general de la Filial Junín del Sindicato de Panaderos.

Por último, anticipó que “el 20 de agosto inauguramos en Pergamino, que pasó a ser parte de Junín y donde comenzaremos un trabajo muy desde abajo, porque hay mucha gente que nos necesita, incluso casi desde un estado de esclavitud”.