Islandia confirmó que reducir la jornada laboral sin afectar los salarios no solo mejora la calidad de vida de los trabajadores, sino que también impulsa el desarrollo económico.
Entre 2020 y 2022, el 51% de la fuerza laboral adoptó jornadas reducidas, incluyendo la semana laboral de cuatro días, un modelo que hoy marca un antes y un después en las políticas laborales globales.
En 2023, el país registró un crecimiento económico del 5%, la segunda tasa más alta entre las economías avanzadas de Europa, solo superada por Malta. Además, mantiene una de las tasas de desempleo más bajas del continente, con un 3,4%, menos de la mitad del promedio europeo.
Un modelo respaldado por resultados
El éxito de esta iniciativa ha sido confirmado por estudios realizados por el Instituto de Autonomía del Reino Unido y la Asociación Islandesa para la Sostenibilidad y la Democracia (Alda). Gudmundur D. Haraldsson, investigador de Alda, destacó: "Este estudio muestra una verdadera historia de éxito: la reducción de la jornada laboral se ha generalizado en Islandia (...) y la economía es fuerte en una serie de indicadores".
El camino hacia este modelo comenzó con ensayos entre 2015 y 2019, donde empleados públicos trabajaron entre 35 y 36 horas semanales. Según los estudios, la productividad se mantuvo o incluso aumentó, mientras que los trabajadores reportaron una mejora significativa en su salud mental y equilibrio entre vida laboral y personal.
"Los trabajadores experimentaron menos estrés y mayor bienestar, lo que se tradujo en un impacto positivo tanto en sus vidas como en sus empleos", concluyó el informe. Tras estos resultados, los sindicatos lograron negociar la reducción de jornadas para una amplia porción de la fuerza laboral.
Beneficios para los trabajadores y la economía
Los beneficios no solo se limitaron a los empleados. Las empresas observaron un aumento en la eficiencia, mientras que el país experimentó un crecimiento sostenido y una mayor estabilidad económica.
El modelo islandés ha despertado interés en otras naciones como Estados Unidos e Irlanda, donde empresas están probando esquemas similares con resultados prometedores.
Contraste con otras realidades
Mientras Islandia avanza hacia jornadas más cortas y bienestar laboral, en países como México los empleados enfrentan jornadas de hasta 48 horas semanales, una de las más largas dentro de la OCDE. Esto evidencia la necesidad urgente de replantear las políticas laborales a nivel global para mejorar la calidad de vida de los trabajadores y fomentar un equilibrio entre la vida personal y profesional.
Islandia ha demostrado que "trabajar menos puede ser más" no solo para los empleados, sino también para la economía. Un modelo que el mundo observa con interés, esperando replicar sus logros.
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