Oriundo de Venado Tuerto, y militante peronista con una extensa trayectoria en el mundo sindical, se convirtió en uno de los dirigentes con mayor predicamento entre los distintos sectores que componen la CGT. Jorge Sola, actual secretario de Prensa y Comunicación de dicha central obrera y Secretario General del Sindicato del Seguro, accedió a una entrevista a libro abierto con Enfoque Sindical, en la que reafirma el apoyo unánime del movimiento obrero a la precandidatura presidencial de Sergio Massa.
¿Cuáles son tus orígenes en la militancia? ¿Tuviste una militancia política previa o directamente arrancaste en el mundo sindical?
Soy clase ‘65, así que mi adolescencia transitó durante la dictadura militar. Vengo de un colegio industrial y ahí tuve mis primeros intentos de búsqueda hacia una salida democrática, militando en algunos movimientos que empezaban a haber en mi ciudad natal, Venado Tuerto. Luego milité mucho políticamente en el partido Justicialista hasta los noventa cuando empecé a militar gremialmente en una empresa de seguros. Y desde ahí para adelante, fue una cosa conjunta. Estudié tres años en una ingeniería en construcciones, abandoné esa carrera, me recibí de profesor de biología, me recibí de abogado y después me diplomé en sociología y ciencias políticas… pasé por varios lados, varias universidades, con estudio de idiomas, inglés en el medio y esas cosas. Así que bueno, de ahí viene mi militancia, aunque hubo un hecho clave para terminar de decidirme por la militancia gremial. Fue precisamente cuando el sector de seguros tuvo un achicamiento muy profundo y cayeron alrededor de 110 o 120 compañías allá por la década de los 90´. En la que yo trabajaba en Venado Tuerto sobrevivió y finalmente me eligieron como delegado. Luego me acerqué a Rosario -de donde dependíamos-, armé la prestación de salud y después me vine para Buenos Aires e ingresé a la conducción nacional del sindicato en 2004. A partir de ahí fui secretario de Interior, luego secretario Gremial y finalmente secretario general.
Héctor Daer dijo que que Massa es el candidato impulsado por la CGT. ¿Qué balance hacés de la elección de Sergio Massa como candidato presidencial del peronismo?
Creo que es el candidato adecuado para representar a Unión por la Patria, este espacio donde está el peronismo en sus diversas formas, en sus diferentes expresiones. y creo que resume lo que la Argentina necesita. Con nosotros creo que tiene una coincidencia dogmática en cuanto a los principios a defender y esto implica también reconocer en él, la visión a futuro que tiene sobre el mundo laboral y la posibilidad de encontrar en la inversión productiva, en el desarrollo y el trabajo, una tríada que veníamos asumiendo como CGT, una coincidencia fundamental. Además hay una condición esencial para alguien que quiere ser presidente, y es querer serlo.
Sos una persona que tiene buena relación con todos los sectores que conviven en la central obrera de la que sos parte. No obstante ¿te sentís identificado con alguno en particular, tenés alguna referencia gremial o histórica que defina tu acción política o gremial?
A ver, yo tengo una máxima que no es mía pero que la hago propia y es que la CGT tiene que seguir la premisa: mil voces para adentro y una sola voz para afuera. Esa heterogeneidad que tenemos en la CGT, producto de las condiciones políticas y sociales, a veces no es suficiente para que se elija un solo dirigente gremial o líder. Eso hace que necesitemos de enormes esfuerzos para seguir en ese camino y me siento con la decisión de trabajar para acercar las posiciones que a veces no son diferentes en los objetivos, sino que difieren en los modos o en las maneras de poder alcanzar determinadas situaciones. Yo estuve mucho tiempo en la conducción de la CGT durante la gestión de Hugo Moyano como secretario general, pero eso no me inhibe de tener un diálogo muy genuino o constructivo con todas las áreas. Me parece que ese es el camino que todos tenemos que seguir, siempre sabiendo que la verdad no es una sola, y es siempre relativa, y que en el diálogo se puede llegar a lugares comunes. Plantearlo así parece filosófico y teórico, llevarlo a la práctica es todo un trabajo que demanda mucha decisión y por supuesto mucha apertura por parte de todos los dirigentes.
¿Por qué creés que la Argentina exhibe en su cartera electoral expresiones extremistas de derecha como las de Patricia Bullrich o las de Javier Milei y que, incluso, aparentan contar con un apoyo social considerable?
En primer lugar me parece que la derecha en cualquier parte del mundo ha aprovechado las fisuras o debilidades que la política a veces le ha mostrado a la sociedad. Por otro lado, la política a veces, sobre todo en una franja etaria sub 30-35, no termina siendo lo que era para nosotros; es decir una herramienta que puede modificar la situación social de las personas, y modificarla para bien. Hoy pareciera que la baja incidencia en la cantidad de votantes a la hora de ir a ejercer ese derecho se debe también a un desconocimiento de esa herramienta como valedera. Y me parece que la derecha -Javier Milei y Patricia Bullrich- expresan ese rechazo a la política. Hay una encuesta interesante en la que se observa un porcentaje de votos que van hacia, por ejemplo, el candidato más extremo de la derecha que es Javier Milei, pero que cuando se hacían preguntas sobre las políticas que iban a llevar adelante esos extremos la gente los rechazaba; es decir vota a una persona para expresar su descontento pero si se le preguntaba “¿estás de acuerdo con vender órganos?” -qué es lo que promociona Milei-, el rechazo era del 80% o casi el 90%. Esto me parece que es producto precisamente, de la desaparición de los partidos políticos como herramientas de discusión, para generar espacios y políticas a largo plazo. Los partidos políticos como el justicialismo, el radicalismo, el socialismo, han desaparecido como ambitos donde llegábamos todos -secretarios generales, intendentes, presidentes y gobernadores- para aportar en un mismo sentido. Eso ha desaparecido y me parece que es una enorme pérdida y que hay que recuperar la institucionalidad. Siempre digo que esa institucionalidad todavía en los gremios sigue vigente de una manera muy fuerte, y para quienes pertenecemos al peronismo decimos que esa mística del peronismo está ahí, porque aquí se discute política las 24 hs del día, a cada rato y de todas maneras.
Pareciera que Javier Milei representa las cacerolas del 2001, y la verdad que yo tengo cierto temor sobre eso por los ejemplos que hay en América… Voy a citar tres o cuatro que, con diferentes posiciones políticas, terminaron siendo presidentes sin una trayectoria detrás: Pedro Castillo en Perú, que no estaba en el radar de nadie y de golpe fue presidente aunque después terminó eyectado del poder; Gabriel Boric en Chile, un dirigente de la izquierda estudiantil y que en solo dos años ganó la presidencia. Un ejemplo más fuerte todavía es el de Bolsonaro que tampoco estaba en el radar y terminó siendo por un momento el más poderoso de todos. Y otro más que no provenía de la política y solo se quejaba de lo que Javier Miler llama “casta”: Donald Trump, un tipo que venía de los medios, que no venía de la política, que rechazaba la política y que sin embargo terminó siendo cuatro años presidente de una de las potencias más grandes del mundo. Yo creo que hay que considerar con cierta seriedad a ese tipo de propuestas en base a que la historia y las circunstancias los ponen en un lugar en el que definitivamente terminan teniendo más poder del que debieran.
Lo que vos planteás en estos casos, es que no hay una coincidencia entre los valores ideológicos de la sociedad y la elección del candidato que los expresa. Algo que podríamos llamar crisis de representación. En el campo popular o en el peronismo ¿esa situación no es también producto de algunas deficiencias que tuvo la gestión de Alberto Fernández?
Yo creo que al presidente Alberto Fernández le va a caber la frase de alguna filosofía que dice: “los que te sobrevengan te harán bueno”… Creo que ha habido muchos errores, algunos no forzados, pero creo también que ha tenido muchos aciertos como con la pandemia básicamente y que ha significado que se pueda llevar adelante un pequeño círculo virtuoso económico con las características de un país como el nuestro y con una enorme deuda detrás, luego por supuesto ha habido errores de comunicación, errores en otras cosas. La pregunta que me hacés también la hizo, aunque de otro modo, el embajador de Estados Unidos: “por qué ustedes (dirigiéndose a nosotros que éramos todos dirigentes gremiales) siguen creyendo que una opción peronista puede ser la solución a los problemas de un gobierno peronista”. Y la respuesta que yo doy son dos: primero que los problemas no son solo de este gobierno peronista sino que se arrastran de mucho antes también y de un gobierno de derecha como el anterior, y la segunda es porque el peronismo tiene en su dogma los principios para la solución de estas problemáticas. En ese sentido creemos que Massa sigue siendo la posibilidad no solo de lo que encarna como persona sino el conjunto del peronismo en su totalidad. Ha habido dos o tres derrotas del peronismo que han sido por errores propios en provincias o distritos muy fuertes: Santa Fe, Mendoza y San Juan que se podrían haber evitado con una firme conducción del partido. Y para eso se necesita el regreso al partido como único lugar de encolumnamiento.
Dante Sica dijo hace pocos días que había que terminar con la ultraactividad de los convenios colectivos, algunos dicen suspender los convenios, otros terminar con la ultraactividad, le van poniendo nombres distintos a lo que conocemos como flexibilización laboral, despidos, etc.… En un escenario eventual en donde estos dirigentes sean parte del gobierno directa o indirectamente ¿cómo te imaginás a la CGT? ¿En la calle o tratando de mantener posiciones moderadas?
Ningún poder ejecutivo nacional puede tomar una medida de esas características porque hay otro ámbito muy importante que se dirime en la elección: el Congreso Nacional. Dante Sica desconoce cómo se manejan exactamente los convenios colectivos de trabajo hace mucho tiempo. El se para en la imagen congelada de algunos convenios colectivos, pero aunque los convenios colectivos que vienen básicamente del año ‘75, no podrían haber sobrevivido si no se hubieran adaptado de una u otra manera con mayor o menor dinámica a los tiempos. Nuestra actividad (Seguros) está atravesada por la tecnología e inteligencia artificial y no podría haber sobrevivido si no hubiéramos intervenido y hecho un convenio a medida. Por lo tanto, poner en un mismo marco a todas las actividades es imposible. Hay convenios que han dado muestras suficientes de adaptación como los de SMATA y UOCRA. Vaca Muerta no se podría haber hecho si la UOCRA no lograba un convenio adaptado a las necesidades de la inversión de Vaca Muerta, y SMATA lo mismo en relación con las automotrices. Déjennos que nosotros discutimos, y si ustedes quieren que pongamos alguna cláusula que necesite un inversor extranjero lo hacemos -porque nunca en los convenios colectivos se va a resignar algo sin nada a cambio-, los trabajadores ponemos la fuerza de trabajo y la inversión productiva pero en el medio hay una negociación para que todos ganemos: el que invierte, el lucro que necesita; y los que ponemos la fuerza de trabajo, mejores condiciones y mejores salarios. Si eso no sucede, evidentemente alguien está perdiendo en la negociación, porque lo que debiera plantearse Sica también es por qué no habla del mandato constitucional que dice que los trabajadores tienen que participar de las ganancias de las empresas y lo hacen Ley… Entonces quizá podamos empezar a pensar en una gran mesa donde todos sepamos cómo se va a distribuir la riqueza que producimos nosotros, los trabajadores.
Seguro cerró una paritaria corta del 48% que en el acumulado del año sería de casi el 118%. ¿Logran con este incremento una recuperación verdadera del salario, o les falta un empujoncito más todavía?
Nosotros dejamos el acumulado de enero a noviembre inclusive que va a ser casi del 118% y dejamos el mes de diciembre como una suerte de colchón porque la inflación tiene dos cuestiones muy graves: es alta y es impredecible. Entonces firmar acuerdos anuales ha dejado de existir, porque no podemos prever a cuánto va a estar en doce meses, por lo que hemos empezado a hacer acuerdos de tres o cuatro meses, de cinco como mucho. Creemos que así se va alcanzado el indice inflacionario un poco al final de cada mes. Pero el problema de las discusiones paritarias es que siguen una lógica diferente a las de la inflación que siempre mantiene una curva ascendente y regular. En cambio, las paritarias como van por tramos, son como una escalera, en esa escalera se forman triángulos, y esa es la pérdida del poder adquisitivo que vamos teniendo y que en los últimos cinco o seis años fue en el sector privado de casi el 25% aún con paritarias. Es absolutamente indispensable bajar la inflación porque es un tema urgente. A veces se deja de lado lo importante que es, por ejemplo, de qué manera generamos mejores condiciones de trabajo para los trabajadores y mejores condiciones para los empresarios para que vengan a invertir, y haya más puestos de trabajo para ofrecer. Hoy lo urgente es la plata en el bolsillo de los laburantes. Eso es una demanda clave que se la hemos hecho llegar a Sergio y que implica abocarse desde el minuto cero. Sabemos que las soluciones no son mágicas y que los índices inflacionarios de ahora están absolutamente desfasados, aunque entendemos que a partir de algunas señales que se van viendo, va a ir en baja y nosotros iremos acompañando.
Si vos fueras el presidente y tuvieras que tomar una, dos o tres medidas los primeros cien días de gobierno ¿que harías para salir de la crisis?
Hay una medida que es fundamental y es la coincidencia en un eje programático con acciones a mediano, corto y largo plazo con los sectores productivos de la Argentina y con todos aquellos actores que hacen al poder real. Te doy el ejemplo de una situación similar a la Argentina y que sucedió en Portugal. La primera medida que tomaron fue precisamente la de sentar en una misma mesa a todos los sectores y ofrecer los ejes programáticos que señalaban que tenían que perder un poco todos para después poder ganar. Pero para eso tenemos que cumplir las mismas reglas. Suena fácil decirlo y muy difícil para implementarlo. Sin embargo, hay una gran cantidad de sectores con los que nosotros hemos ido hablando y que incluyen a los del capital nacional, que están convencidos de que es la única manera de avanzar. Después, como en toda discusión donde se representan distintos intereses, vamos a tener las tensiones lógicas. La construcción de la política es la construcción del diálogo y el consenso para llevar adelante mis ideas, pero también las ideas del otro.
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