Uno de los tres secretarios generales de la CGT pidió que mantengan los puntos acordados.
Las declaraciones irascibles de Pablo Moyano que mencionó "la Banelco" sobre el tratamiento de la reforma laboral en el Senado, fastidiaron al senador peronista Miguel Angel Pichetto, y el amo de llaves de la mayoría parlamentaria llevó al freezer el proyecto que propuso el gobierno y quiere que la CGT exprese de manera unívoca su acuerdo para avanzar. En ese marco, uno de los triunviros de la CGT, el secretario general del sindicato de Dragado y Balizamiento Juan Carlos Schmid, destacó que "la lapicera legislativa ahora la tiene el Senado" y remarcó que Hugo Moyano en el "último borrador dijo que no era un mal acuerdo".
"La CGT ya ha acordado (la reforma). Ahora la lapicera legislativa la tiene el Senado, y pedimos que se sostengan los puntos acordados en la mesa de negociación", sostuvo Schmid, uno de los tres líderes de la CGT, cercano a Hugo Moyano.
En declaraciones a Radio Belgrano, Schmid relató: "Cuando llegamos al último borrador, hablé con (Hugo) Moyano y si bien siempre se mantuvo en una posición más cerca de lo neutral, en el aspecto último había manifestado que no era un mal acuerdo", añadió.
Sin embargo, Pablo Moyano, secretario adjunto de Camioneros y secretario gremial de la CGT, mencionó "la Banelco" y generó malestar. Es la misma frase que hace 17 años soltó por primera vez su padre, Hugo Moyano, quien relató que el ex ministro de Trabajo de la Alianza, Alberto Flamarique, le dijo "para los senadores tengo la Banelco", sobre aquella reforma laboral y la causa de "coimas en el Senado".
"No puedo compartir eso, acá hubo una discusión sobre la mesa y uno puede decir que le puede gustar o no, o que está más cercana del sector empresario, pero no comparto que acá haya un negociado", le retrucó Schmid. Y agregó: "Él ha intervenido varias veces con posturas de esta naturaleza (de oposición)", pero pidió "tener en cuenta que Moyano (padre) no tiene ninguna referencialidad desde hace un año largo ya en la CGT".
También aclaró que la relación que mantiene la CGT con las autoridades nacionales es de "diálogo con confrontaciones de intereses" con un "programa que quiere llevar adelante el gobierno" que "no" comparten. Y ejemplificó con la reforma previsional, la que calificó como una "vergüenza".
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