La negociación paritaria como columna de la democracia argentina, la explicación económica y desde el pensamiento crítico sobre la precaución a otorgar sumas fijas. El peronismo como la búsqueda de la solución colectiva, las usinas del odio, el Movimiento Obrero. Una recomendación para abrazar el libro «23 cosas que no te cuentan sobre el capitalismo» de Ha-Joon Chang, la apretada síntesis de una charla con la ministra de Trabajo de la Nación, Raquel «Kelly» Olmos.
Por Luis Autalán
explicación económica y desde el pensamiento crítico sobre la precaución a otorgar sumas fijas. El peronismo como la búsqueda de la solución colectiva, las usinas del odio, el Movimiento Obrero. Una recomendación para abrazar el libro «23 cosas que no te cuentan sobre el capitalismo» de Ha-Joon Chang, la apretada síntesis de una charla con la ministra de Trabajo de la Nación, Raquel «Kelly» Olmos.
El viernes por la tarde mientras que el microcentro porteño comienza el fin de semana, en la cartera laboral de la Nación hay cita pactada allí con la ministra Raquel Cecilia Kismer de Olmos. «Kelly» Olmos, en lenguaje abreviado, quien es dirigente del Partido Justicialista y economista, que ha desempeñado varios cargos en esa organización política así como también en el Gobierno Nacional (durante la gestión kirchnerista) y de la Ciudad de Buenos Aires.
Abreviando detalles de su trayectoria vale acotar que en el ámbito académico, es consejera superior y directora del Instituto de Administración, Gobierno y Economía de la Universidad Nacional de Tres de Febrero. El presidente Alberto Fernández la designó para ocupar el cargo de ministra de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, en reemplazo de Claudio Moroni, el 10 de octubre de 2022.
Eran, son y serán días de inflación para todos y todas, arrancaron con la salida de la pandemia y continúan de cara a las PASO y las próximas elecciones generales. Madre, abuela, peronista y economista de la vereda Nacional y Popular, hincha de Boca pero sin militancia futbolera, casi que no se percató de nuestro ingreso a su despacho. Corregía con una asistente su agenda -para la semana que comenzará en horas- al mismo tiempo que revisaba el impreso sobre los últimos datos (mayo) del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA). Detalló en la bienvenida que el empleo registrado del sector privado creció un 0,3%. Que en los primeros 5 meses de este año cerca de 75.000 trabajadores y trabajadoras se incorporaron al conjunto del empleo formal privado y que dicho núcleo suma 34 meses de crecimiento consecutivo. No ocultó su entusiasmo por ello, a la par de realzar progresos en cuanto a la dinámica de capacitaciones y otros tópicos, material para otros artículos.
Datos que se mezclan con la hiperactividad, la práctica de yoga, la coincidencia en que hay quienes no descasan del todo bien ya que el trabajo o las obligaciones visitan muchas noches lo sueños, o también palpitando la recta final hacia el 13 de agosto y las primarias.
Pero el punto de partida de la entrevista 85 de InfoGremiales lo trazamos con otro ángulo. Con referencias inevitables a salarios, negociación colectiva, política y más, pero en realce para cuestiones que van más allá de las estadísticas. Es así que en la producción de la charla, apuntamos tres momentos singulares del recorrido de la ministra desde octubre del año pasado a la fecha. El primero fue cuando Olmos comentó en entrevistas radiales que se había enterado casi el mismo día de su designación en Trabajo.
El segundo asterisco data del 7 de julio, la mañana de ese viernes donde de la UTA paralizó el servicio de colectivos en conflicto paritario. La funcionaria en una nota sobre la medida de fuerza, le dijo a Reynaldo Sietecase (Radio Con Vos) que no sabía qué hora era, bajo el trajín y el estrés.
El tercer y más reciente apunte data de cuando antes de viajar a la India para participar del G20 Laboral, Kelly Olmos le expresó al diario BAE Negocios su certeza de que el Consejo de Salario iba a aprobar el nuevo monto del haber básico, pero que tenía sus dudas respecto a que la paritaria de la UOM se cerrara sin conflicto. Y sucedió que horas después el gremio activó su plan de lucha.
No lo comenta, pero sus colaboradores más cercanos deslizan que más allá de la estadía en la India, su rol en el G20 y las 8 horas y media de diferencia horaria entre ese país y Buenos Aires, la ministra estuvo en gestión por la pulseada metalúrgica, en contacto incluso con otros pares del Gabinete como el titular de Economía y precandidato presidencial Sergio Massa.
Corremos el imaginario telón entonces para dar lugar a las preguntas y respuestas:
«Cristina es una de las dirigentes más importantes que existen en la Argentina y además me siento muy solidaria por el nivel de persecución, casi diría de tortura, al que la sometieron los intereses antiperonistas»
«Kelly» Olmos
-Tomamos esos tres apuntes y fuera de los esquemas o manuales de comunicación e imagen pública para consultarla: ¿Estos puntos la pintan de cuerpo y alma?
-Es posible. Soy una persona muy comprometida con la tarea que tengo que realizar, casi obsesiva. Reconozco que cuando asumo una tarea lo hago con un compromiso total y militante.
-O sea, Memoria, Verdad y Justicia siempre.
-Intento que sea así. Compromiso total.
-Ser mujer… la invito a completar la frase.
-Para mí es un don, Soy muy feliz de ser mujer, de luchar por los derechos de las mujeres y además por haber tenido la oportunidad de concebir, de ser madre. Mi condición femenina es un don que aprecio.
-¿Le costó todo mucho más por ser mujer?
-Muchas cosas mucho más. Sin duda.
-¿En política y en sus profesiones?
-Sí, absolutamente. Fui concejal por primera vez gracias a la ley de cupos y ya había sido miembro del gabinete de la Ciudad. Si no hubiera habido ley de cupos no hubiera llegado ni una sola compañera a la lista. Y no era un problema de capacidades y de militancias, porque yo podía perfectamente competir por esa posición desde mis capacidades y desde mi militancia. Sin embargo sin el apoyo de una ley de cupos de carácter cuantitativa no hubiera sido legisladora.
"Kelly" Olmos - InfoGremiales
-¿Sufrió maltratos en la función pública y política, incluso de propios?
-No. Maltrato honestamente no. Estas situaciones de acoso y maltrato no recuerdo.
-¿Cristina?
-Creo que Cristina es una de las dirigentes más importantes que existen en la Argentina y además me siento muy solidaria por el nivel de persecución, casi te diría de tortura, al que la sometieron los intereses antiperonistas.
-¿Imaginaba ese odio en tiempos cuando -supuestamente- el hombre, el mundo, evolucionan?
-Yo milité en dos dictaduras militares, cómo no voy a imaginar el odio si lo recibimos, soy miembro y también heredera de una generación de la proscripción. El peronismo estaba prohibido era mala palabra. El «Viva el cáncer». Yo iba a la escuela secundaria y había profesores que hablaban del «tirano prófugo» o el «innombrable». Además soy judía, mi familia fue mayoritariamente exterminada en los campos de concentración. Yo creo en el odio. No tengo ninguna duda de su existencia.
-Tamaña cantidad de odio no parece propio de una evolución.
-A veces uno se pregunta si evolucionamos o involucionamos.
-¿Se lo pregunta usted?
-Sí. Mirá, cuando uno ve este mundo donde 160 personas tienen el mismo patrimonio que los 3500 millones de las personas más pobres de la humanidad, la verdad es que uno se pregunta hasta dónde vamos a llegar.
-Imagino que suscribe la «cláusula Leonardo Favio», en cuanto ser peronista porque no se concibe la felicidad como un fenómeno individual.
-Es así. El peronismo cree profundamente que nadie se realiza en una comunidad que no se realiza. Que no existe una felicidad plena de carácter solo individual. Uno no puede ser feliz en el marco de una comunidad que sufre, que además trasmite ese sufrimiento también en forma de violencia. Y uno no se puede excluir de eso.
«En este mundo donde 160 personas tienen el mismo patrimonio que los 3500 millones de las personas más pobres de la humanidad, la verdad es que uno se pregunta hasta dónde vamos a llegar»
– Da la sensación de que desde octubre del año pasado no tiene descanso.
-Sí lo tengo. Cuando estoy con la familia logro desenchufar.
–¿Tira lejos el teléfono?
-No, eso nunca (risas), pero los domingos tratamos de comer en familia, ahí sí no tengo el teléfono cerca. Y cuando estoy con mis nietos tampoco.
-¿Nos quiere contar cómo es esa mesa chica?
-Tengo tres hijos varones. Dos de ellos están casados y uno divorciado. El que está divorciado, o soltero digamos, vive acá, y uno de mis hijos casado me dio una nieta también. El más chico vive en el exterior. Así que lo extraño mucho, extraño a mi nieto que también vive en el exterior y estamos esperando un nuevo nieto de ese hijo. Y trato de disfrutar a mi nieto que tengo acá o cada vez que puedo encontrarme con el otro nieto, ahora van a venir en septiembre, los trato de disfrutar a full.
-Este ciclo de entrevistas comenzó en 2021 y hay una pregunta que les hacemos a hombres y mujeres. ¿Alguna vez por sus responsabilidades tocó la banquina de la madre ausente?
-Sí, muchas veces sentí esa culpa. Pero la verdad yo tuve muchos años la colaboración primero de mi papá y de mi mamá, y después solo la de mi mamá porque mi papá murió bastante joven. Tuve esa ayuda sobre todo cuando mis hijos eran chicos, Pude hacer muchas de las cosas que hice porque mi mamá compartía conmigo tanto el cuidado de mis hijos como incluso la tarea militante.
-¿Es su cable a tierra también la familia?
-Sí, la familia es un cable a tierra.
-Y si tuviera que elegir otros, cine, libros, música?
-Los libros me gustan, leer. El cine también, la música toda pero la verdad disfruto mucho leer.
-¿Novelas?
-Siempre tengo que leer tanto de economía para el trabajo que no es fácil leer novelas, de vez en cuando, cuando puedo leo una novela también, pero sobre todo mucho de política y economía.
-¿Lectura tóxica?
-No, no es tóxica, lo que me refiero es que uno tiene que reflexionar sobre los conceptos con los que se trabaja y evoluciona.
-¿Para Kelly Olmos ser universitaria es una forma de vida para toda la vida?
-Para mí ser universitaria era una meta de movilidad social y una forma de vida, tal cual.
-Y ya como docente, incluso con cargos universitarios ¿sigue con ese mismo fulgor?
– Sí, yo creo mucho, y le digo a todos los compañeros y compañeras que militan conmigo que tienen que estudiar, formal o informalmente, porque no todo es estudio formal, pero los impulso a estudiar.
«La negociación paritaria debe ser revalorizada como una columna central del proceso democrático argentino. Es reconocido en el mundo que el vigor de la negociación tripartita en Argentina es envidiable»
-No me dijo que libro, no económico, deja cerquita suyo.
-El último libro que me gustó mucho fue el de Juan Manuel Abal Medina (padre) «Conocer a Perón». Me permitió revisar la militancia que yo misma hice en los 70 desde una mirada que sentí muy cercana.
-¿Y películas?
-Las de Leonardo Favio me gustan mucho. Juan Moreira y Gatica fueron extraordinarias, después del cine internacional te voy decir un viejazo absoluto: Vittorio Gassman en «La Armada Brancaleone», una película inmortal, eran dos películas. Me gustó mucho la saga de El Padrino.
-Nunca falta alguien que, con maldad y humor, diga que es el manual del peronismo.
-(sonríe) De la política, es como leer el manual de Maquiavelo digamos, te da una mirada de lo que es el funcionamiento político más allá de que después cada uno lo completa con su escala de valores.
-Y Maquiavelo lo que quería era unificar Italia.
-Obvio, quería reconstruir la unidad de Italia.
-Pero eso no se dice.
-Y bueno, muchas veces -como decía El Principito- “Lo principal, lo esencial, es invisible a los ojos”. También es un gran libro El Principito, para la adolescencia más que en la infancia.
-Jorge Triaca definió alguna vez a los derechos laborales como privilegios, después intentó corregirlo. De cara a todo lo que la oposición viene prometiendo y lo que se dijo esta semana en contra de los Convenios Colectivos, ¿realmente están expresando lo que piensan, verdad?
-Creo que sí y disiento absolutamente. Los derechos laborales y de agremiación constituyen la posibilidad, para los sectores más débiles de poder, de equilibrar la relación con los privilegiados que son los que tienen el poder del capital.
-El poder real.
-Claro. Fáctico. Pero además la propuesta de la oposición sobre la enunciada renovación de los Convenios Colectivos de Trabajo vía de la derogación de la ultraactividad es cínica, porque no tiene por objetivo renovación alguna, sino la desprotección del sistema de agremiación. En el contexto que ellos suelen instalar, recesivos con pérdida de puestos de trabajo, los gremios se ven presionados y desprotegidos por la inexistencia de un marco específico en el cual poder negociar. Lo han intentado cada vez que gobernaron como en el caso de la Ley Banelco.
-Asumido esto también hay que tocarse el corazón y decir que en la realidad que vivimos un trabajador registrado casi que es un privilegiado, de cara a la informalidad.
-Es cierto que los trabajadores con derechos no son la totalidad de los trabajadores, y en consecuencia para mí, más que un privilegio, son el horizonte al que nosotros debemos tratar de poder acompañar, a la totalidad de los trabajadores. Que haya trabajadores con derechos y trabajadores sin derechos -lamentablemente- es producto de las políticas neoliberales que nos han empobrecido y endeudado. Quiere decir que hay que trabajar para subir a los que no tienen derechos, no para destruir los derechos que existen
-Con esa mirada y el repaso que usted marca con el libro de Abal Medina, ¿recuerda algún momento en que haya habido tantos pobres y trabajadores simpatizando con la derecha?
-Lo que te voy a decir es una cosa muy clara, cuando vuelve Juan Perón en el año 72, finalmente se presenta a elecciones en el 73, era heroico su retorno, y aún así votaron en contra de Perón el 38% de los argentinos. Siempre ha habido un antiperonismo bastante fuerte en la Argentina.
-¿Es doloroso es que ese antiperonismo está enraizado hoy en pobres y laburantes?
-En sectores cuyos intereses coinciden con el proyecto del peronismo. Eso es lo doloroso. Pero que ideológicamente creen que para ellos ascender significa mantener distancia con los más débiles en lugar de que el ascenso pueda ser colectivo.
-Volvemos a la solución colectiva. ¿Cree en ella?
-Totalmente. Lo cual no quiere decir que todos seamos iguales, pero sí que hay un piso de dignidad que no debería bajo ningún punto de vista perforarse.
«La meta es siempre una sociedad solidaria que se moviliza por el que tiene un problema, por el más débil»
-Aunque la solución colectiva sea el horizonte al que uno quiere acercarse pero siempre está lejos. ¿Aún en ese paradigma es la meta?
-La meta es siempre una sociedad solidaria. Una sociedad que se moviliza por el que tiene un problema, por el más débil. Una sociedad que se funda en la solidaridad.
-¿Tuvo exceso de «glóbulos rojos empresariales» la resolución que instrumentó la Ley de Teletrabajo? Salió un proyecto con perfil hacia los trabajadores/as pero la resolución, lo dicen expertos laboralistas peronistas, «fue muy a paladar del empresariado».
-No creas. Nos cuesta mucho instrumentarla. Ahora hay que adaptarla a cada convenio colectivo. No es sencillo y hay mucha resistencia empresaria.
-¿La sorprende?
-Sí, yo pensé que podía ser más fácil su instrumentación.
-Alguien nos dijo que para disfrutar al Movimiento Obrero Argentino hay que entenderlo.
-Sí, porque si uno no lo entiende y no lo conoce -que es el primer paso- se maneja con prejuicios, que son los que proyecta el sistema mediático que intenta debilitarlo y demonizarlo, es la lucha de intereses.
-¿Mito o realidad? Aseguran que en la mesa de economistas del PJ conviven un montón de tendencias hasta encontradas pero que coinciden a la hora de una decisión final.
-Pasa, y porque unidad no es uniformidad. Unidad quiere decir tener objetivos comunes, un denominador común que es una escala de valores. Nosotros queremos construir una patria justa, libre y soberana, ahora cómo llegamos a ese objetivo en cada tiempo y espacio, digamos que el propio Perón reconoce que es un debate de política que siempre está abierto en el que hay diferencias de velocidad, de pensamiento.
-¿Y si le preguntamos a Perón, a través de un chat GPT mágico, si se pierde el tiempo en discutir si el kirchnerisimo es peronismo?
-Obvio, no cabe ninguna duda de que el kirchnerismo constituye desde un punto de vista, por ejemplo, una etapa histórica del peronismo, y desde el punto de vista de la composición del movimiento, una porción muy importante de la totalidad del peronismo.
-Usted tuvo una responsabilidad importante en el área de municipalidades durante el gobierno kirchnerista.
-Fui secretaria de Asuntos Municipales, durante cinco años, en los gobiernos de Néstor y Cristina.
-¿Si le pido una sola impresión. qué destaca de esa labor?
-Tuve un nivel de libertad para el desarrollo de mi trabajo muy importante.
-¿Y la devolución de las comunas, cuál era?
-La devolución fue excelente, mucho trabajo en común.
-¿Inclusive con los intendentes no peronistas?
-Inclusive claro, por ejemplo con Mario Meoni de Junín, hicimos muchas cosas, yo lo convoqué. Alberto Weretilneck, cuando era intendente de Cipolletti. No eran peronistas ninguno de los dos y tenían proyectos de carácter municipal que a mí me parecían gestiones exitosas y que valía la pena difundir. Tomo esos dos nombres por el grado de trascendencia posterior que lograron.
-La polémica por la suma fija a través de los medios, ¿fue un tiro en el pie del propio Gobierno?
-Fue un planteo legÍtimo por parte de un sector que creo que se puede acelerar esta vocación que todos tenemos de recuperación del ingreso de los y las trabajadores. Lo que pasa es que eso no siempre es así, todo hay que analizarlo en el marco de un contexto. Lo que nosotros aspiramos como permanente es la negociación tripartita. La negociación paritaria debe ser revalorizada como una columna central del proceso democrático argentino. Es reconocido en el mundo que el vigor de la negociación tripartita en Argentina es envidiable.
«Lo único que quiero aspirar para el futuro es que de mí se diga que cuando estuve a cargo del Ministerio de Trabajo contribuí a fortalecer el Movimiento Obrero»
-¿Aún cuando esa mesa de negociación esté inclinada en contra de los trabajadores?
-No creo que esté inclinada en contra de los trabajadores, al contrario.
-Digo por peso específico, por cámaras empresarias importantes…
-No, porque a esa mesa asisten los gremios organizadamente. Esa institución para mí es central. Muchas veces se cuestiona la democracia argentina pero se la define desde una mirada muy estrecha de lo que son solo las instituciones políticas. Y no se incluye esta institución donde su principal mérito es su no trascendencia. Porque el conflicto trasciende pero resolverlo no trasciende, no es noticia. Las buenas noticias no son noticias. Entonces nosotros homologamos de 80 a 100 acuerdos paritarios por semana y no son noticia. Un conflicto sí lo es. Igual hay contextos en donde es necesaria la suma fija, por ejemplo en programas de estabilización que prevean devaluación compensada, ahí hace falta una suma fija. Por ejemplo como hicieron Néstor y también Alberto, después de largos periodos donde no hubo paritaria hay que empezar de un piso más alto. Ahora ¿qué pienso yo en este contexto de alta inflación? Digamos, hoy una suma fija impactaría negativamente en las reglas de juego porque vos tenés paritarias donde el sector gremial y el empresario tensan al máximo su capacidad de negociación. Llegan a un acuerdo y después vos le decís “y además agregame tal cosa”. Eso es cambiar las reglas de juego de una manera peligrosísima que impacta posteriormente, porque el empresario para la siguiente vez que lo llamo a negociar en una paritaria me va a decir: “¿Bajo qué condiciones, una vez que acordemos me vas a volver a cambiar las reglas de juego? ¿Qué tengo que prever en esta negociación?”
-Entonces…
-Para decirlo con claridad, un proceso inflacionario es continuo, no se da un mes, es un proceso prolongado, más en la Argentina, pero en general es un flujo no es un valor. Si doy una suma fija, en ese marco de alta inflación, solo elevo la nominalidad del proceso. ¿Y qué hago al mes siguiente?
-Todo lo que me acaba de explicar también lo sostienen algunos asesores de gremios que están a favor de la suma fija. Dicen: “Kelly Olmos tiene razón cuando lo plantea en esos términos”.
-No me sorprende, porque lo que estoy exponiendo es una reflexión que surge del diálogo que tengo con el conjunto de actores y quiero aclarar que muchos acuerdos paritarios involucran sumas fijas, -resueltas por cada gremio- para levantar las categorías más bajas.
-Economista-Ministra de Trabajo. Tuvo que correr a un costado ese velo de laboralistas que querían un colega en este sillón?
-(Sonríe) Y sí la verdad que todos estaban habituados a que acá todos sean laboralistas.
-Les ganó.
-(Sonríe) No sé si les gané, no sé cómo aprecian o no mi gestión, pero creo que no es malo que haya más de una disciplina analizando el sector.
-Sobre todo con una mirada social de la economía. Anteúltima pregunta: toda paritaria es política y usted en otra nota me redobló la apuesta y dijo «ojo que los precios también».
-Todos los precios son políticos. Si vos lees el libro de Augusto Costa te dice el nombre «Todo precio es político» y el que lo explica también muy bien es Ha-Joon Chang, el economista de origen coreano que trabaja en Inglaterra, hace poco estuvo en Argentina y escribió un libro que -si mal no recuerdo- se llama «23 cosas que los capitalistas no te cuentan», o que no te cuentan sobre el capitalismo, y ahí te explica por qué todos los precios son políticos.
-¿Cuántas veces le dijeron que no se lo tomara tan a pecho, que su mandato en este Ministerio termina en diciembre?
-No me ha pasado, nadie me dice eso aunque algunos especulen. Pero yo no tengo problema, a esta altura de mi trayectoria política no estoy especulando con cuál va a ser mi destino desde el punto de vista del lugar a ocupar después del 10 de diciembre. Yo voy a seguir militando aunque esté en el llano. Ya me ha pasado muchas veces de tener una etapa en la que tengo algún nivel importante de decisión y después vuelvo a militar al llano. Más a esta altura de mi vida. Asumí en este Ministerio no producto de un esfuerzo personal, no me lo había planteado, no era un objetivo político, sino que lamentablemente una situación personal de Claudio (Moroni) hizo que el Presidente tuviera que tomar la decisión de reemplazarlo porque él no estaba bien de salud. La verdad, para mí fue sorpresivo que me propusieran ocupar este lugar.
-Me refería al tono de ese presunto dicho, para amedrentarla.
-Amedrentarían a alguien que esté especulando, y que piense: «A ver, que esto no me perjudique para lo que quiero aspirar en el futuro». Yo lo único que quiero aspirar para el futuro es que de mí se diga que cuando estuve a cargo del Ministerio de Trabajo contribuí a fortalecer el Movimiento Obrero.
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