Alineado a Luis Barrionuevo, anti Moyano e integrante de un conglomerado de sindicatos de transporte que amenazan con romper la CGT.
Por: Juan Pablo Kavanagh.
Esas son algunas de las características del gremialista de la semana, Roberto Fernández, líder de la Unión Tranviarios Automotor, tras el crimen de un colectivero en territorio bonaerense que lo obligó a motorizar un paro y a sumar reuniones con autoridades.
El dirigente conduce el gremio de 80 mil afiliados desde 2006, sin sobresaltos, con cómodas victorias en comicios, y posee una silla en el consejo directivo de la principal central obrera, liderando el área de Medio Ambiente, Cambio Climático y Transición Justa.
Su principal sostén dentro del ecosistema sindical se llama Luis Barrionuevo y, como el gastronómico, mantiene un encono personal con la familia Moyano, cuyo representante de confianza dentro de la UTA, Miguel Bustinduy, intentó desbancarlo.
Pese a la enemistad, Fernández y los Camioneros supieron convivir durante años en una agrupación de gremios de Transporte, la CATT. No obstante, el 7 de octubre de 2021, disconforme con la elección de autoridades que se llevó a cabo ese día y que consagró a un dirigente cercano a Moyano, como Sergio Sasia, de la Unión Ferroviaria, decidió romper con la organización.
En esa decisión no estuvo solo ya que otro barrionuevista de paladar negro, Omar Maturano, máximo exponente de La Fraternidad, decidió acompañarlo para darle el puntapié a la Unión de Gremios de Trabajadores del Transporte, la Ugatt, que además contó desde el primer momento con la participación de otro hombre alineado a Barrionuevo, Carlos Acuña, triunviro de la central de la calle Azopardo. En la aventura, también se embarcaron sindicatos como Taxistas, Carga y Descarga, UPSF del Ferrocarril Roca y Marítimos.
El objetivo, además de generar un polo opositor a los Moyano, fue sumar dirigentes con ambiciones de ciertos sindicatos. Una práctica que según Maturano es moneda corriente de sus archirrivales: “Ellos se meten en todas las internas para tomar el control de gremios, nosotros vamos a hacer lo mismo”, dejó en claro, en alusión a lo que sucede puertas adentro de la UTA de Fernández.
Bajo este contexto, se encargaron de sumar críticas a la CGT y en más de una ocasión amenazaron con dejar vacantes los puestos que ocupan dentro de la estructura sindical aunque las palabras se quedaron sin acciones. Paralelamente, el conductor de los colectiveros se dedicó a tejer un diálogo sólido con los gobiernos aunque, ante lo suyos, reparte críticas a la gestión de Alberto Fernández por no motorizar alivio a los bolsillos de las bases y cuestiona el sistema de subsidios al transporte que, desde su óptica, son “profundamente desiguales” entre la región metropolitana y las provincias.
Por eso, ocupó la agenda pública con medidas de fuerza en reclamo de mejoras salariales en los últimos años. Y, desde esta semana, se dedicó a dar cuenta de lo que atraviesan sus afiliados en materia de seguridad: “Estamos mal, es una situación que estamos viviendo todos los días. Ya no alcanza con los policías”. “No queremos hacer un paro general, tenemos que buscar urgente un plan para que se evite todo esto”, advirtió el referente en la última entrevista.
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