El camaleónico Martin Roig va hoy por un nuevo mandato en UPCN Congreso. Luego de sortear los despidos masivos con cierto aire, el dirigente es seguido de cerca por Andrés Rodriguez por las alianzas que tejió en ambos lados de la grieta.
El Parlamento Nacional tiene, desde hace tiempo, ciertas particularidades que hacen de la representación de los trabajadores del Congreso una subespecie en sí misma. Primeramente tienen un régimen legal propio que los distingue del resto del sistema de empleo público nacional. Asimismo, la composición de su personal se va modulando a través del ingreso/egreso de las diversas gestiones políticas que progresivamente engordan la planta de las Cámaras y así empiezan a tejerse relaciones cruzadas que, históricamente, al terminar y empezar un ciclo político alimentan las formaciones gremiales como mecanismo de autodefensa.
APL lleva la voz cantante, pero la secuencia de despidos masivos ocurridos al inicio de la gestión de Cambiemos afectó la credibilidad del gremio y -sobre todo- de su secretario general quien tuvo que enfrentar por primera vez en varios años una interna para revalidar cargo el año pasado. La superó satisfactoriamente, pero la entretela de tal secuencia reclama una mayor mirada que sobrepasa los límites de este artículo.
En el transcurso de la jornada de hoy le toca el turno a UPCN cuya elección tiene varios ribetes, que fuentes cercanas al propio Andrés Rodriguez aseveran que son miradas con lupa a partir de cierto juego propio de Martin Roig, quien se presenta a la reelección como secretario general, sobre una base de acuerdos que se cruzan de ambos lados de la grieta.
Primeramente, Roig fue ascendido a Director del Senado en la gestión de Amado Boudou y llamativamente logró conservar su cargo (con un sueldo equiparable al 70% del ingreso de un Senador) con la llegada de Michetti. Durante la crisis de los despidos a principios del 2016 tuvo la suerte de tener un gremio muy pequeño en cuanto a afiliados con lo cual casi no tuvo bajas dentro de su universo, y sobre esto realizó una muy inteligente campaña de desprestigio para con APL razón por la cual logró capturar un importante número de nuevos afiliados. Incluso algunos dicen que por sus gestiones con el Secretario Administrativo de la Cámara , el peronista michetista Helio Rebot, logró la reincorporación de afiliados despedidos de APL que se pasaron a UPCN.
Hasta aquí, habría que reconocer la tarea de Roig que, mas allá de lo zigzagueante de sus alianzas, pareciera haber tenido mayor éxito que APL a la hora de tutelar trabajdores. Sin embargo, Roig también fue firmante y defensor de la paritaria de 10% semestral que en abril de este año cerraron los gremios legislativos (con el costo que el 10% prometido no sólo pueda dilatarse sino que profundice la pérdida adquisitiva del salario) sino que además a la hora de llenar la lista de delegados -que incluye una cantidad que excede la representación de UPCN en el Congreso- parece que privilegió a muchos sobrevivientes de la gestión Boudou/Dominguez, e incluso incorporó a varios de estos a su entorno mas habitual, generando lecturas que son la comidilla de los pasillos del Palacio Legislativo y que llamaron poderosamente la atención del centauro, poco afecto a que sus alfiles tengan demasiado juego propio, sobre todo sin reportarlo.
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