A la hora de confirmar su alejamiento sólo destacó al triunviro Pablo Moyano "por su coherencia" y disparó "esta CGT a mí no me representa"
Por Luis Autalan
El secretario gremial de la CGT y adjunto de Smata, Mario "Paco" Manrique, pegó un portazo anunciado en esa central obrera. Ejes como la falta de comunicación y transparencia en la labor cegetista aparecen como títulos destacados del alejamiento a primera vista, pero las diferencias son más profundas.
Manrique venía desde 2021, momento en el cual asumió la actual cúpula, objetando la dinámica de acción y pronunciamientos. Por esa senda a la fecha el punto más alto de la controversia tuvo lugar cuando el mecánico objetó al núcleo dialoguista y dominante de Azopardo expresado en la mesa chica por sus manejos.
Es así que a la hora de confirmar su alejamiento sólo destacó al triunviro Pablo Moyano "por su coherencia", y disparó "esta CGT a mí no me representa". "Renunciaré yo, el gremio seguirá ocupando el lugar con la representante que es mi subsecretaria", dijo, refiriéndose a Laura Lorenzo.
En diálogo con la emisora radial Futurock Manrique dejó un mensaje pensando en 2025 y la nueva conducción que deberá elegir la CGT. "La mira la tiene puesta en la renovación de autoridades del año que viene y hay que cambiar el estatuto", asestó el mecánico.
Siempre por la senda de las letras más pequeñas de un texto, ese entramado de disposiciones preserva a la central obrera de cambios bruscos en su organigrama y por ende garantiza una tracción sindical confiable, según deslizan los sindicalistas más veteranos sobre la "estructura orgánica".
Al respecto Manrique manifestó: "Las autoridades se eligen en el Congreso de la CGT, tenés cuatro o cinco sindicatos que te acumulan el 50% de los congresales".
La salida del mecánico ofrece otros vectores de análisis, el primero, es que en décadas ningún otro dirigente de Azopardo cuestionó a viva voz a la mesa chica y su labor política.
El segundo, más amplio para la gama temática, se sostiene en que hoy la CGT aparece intentando recomponer el diálogo con la Casa Rosada, generando sus propios temblores en Azopardo. Todo en modo simultáneo a la continuidad del ajuste económico y la pérdida de poder adquisitivo generalizada, más suspensiones y despidos, la reforma laboral que vía la ley Bases la gestión libertaria consagró con menú propio en alto porcentaje y concesiones mínimas al movimiento obrero, además en modo vinculante, no es un detalle otro tópico que divide tsunamis en Azopardo y es que esta misma semana Cristina Fernández blanqueó su decisión de ir por la presidencia del PJ.
Manrique forma parte del grupo de dirigentes gremiales que tiene contacto constante con la ex presidenta, más allá de que Smata ha sido una columna gremial de respaldo para Cristina.
Privilegiando la confrontación necesaria el sindicalista recordó tramos que recorrió la relación de la central obrera y el Gobierno desde diciembre a la fecha. "Hasta que Francos asumió como Jefe de Gabinete la gente había empezado a confiar en la CGT. Después, llegó Francos, les abrió la puerta y todo cambio". Para remarcar alguna de sus objeciones, el dirigente que también es diputado nacional por Unión por la Patria, reseñó "el problema de la central es que cree que la solución está en los acuerdos de cúpula y no en la base, y eso a la política también la hizo fracasar".
"Si no te movilizas por los jubilados por estrategia. ¿Cuál es la estrategia? ¿Entonces ahora la CGT sale a marchar con los estudiantes porque los estudiantes garpan? Es hipócrita eso".
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