Marcelo Peretta puntualiza dos ejes de las reformas laborales que intentan aplicarse y que entraron en un serio terreno de negociación con el sindicalismo
La Reforma Laboral es intensamente saboreada por muchísimos sectores de la política y si bien no es un tema que endulce los oídos del sindicalismo, algunos puntos hacen focos comunes entre la dirigencia sindical, el empresariado y un Gobierno que la quiere aplicar a toda costa, tal como no logró Mauricio Macri durante su gestión, entre 2015 y 2019.
Marcelo Peretta, máximo referente del espacio de Patricia Bullrich y secretario general del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos, entiende que solo hay “dos de las siete propuestas de reforma laboral que no deberían llevarse adelante”.
Por un lado, dos puntos esenciales en los que el pope gremial focaliza: el fin de la ultraactividad, muy conveniente para el sector empresario, ya que los convenios tendrían fecha de caducidad; y otra, la cuota solidaria.
Este último punto es bien resistido por muchos trabajadores formales pero no afiliados a los gremios. Aun en este punto, aquellas personas que ejerzan su derecho a no pertenecer activamente a ningún gremio, sí reciben de todas maneras los beneficios paritarios que estos llevan adelante no solo en materia económica, sino en cuanto a las condiciones laborales. Esto marca Marcelo Peretta en dialogo con Sonido Gremial. “Está mal enfocado, el no afiliado se equipara al afiliado. Promover la desafiliación que los trabajadores no paguen la cuota de solidaridad es perjudicar al trabajador y al sindicato”, cierra.
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