RP.- ¿Qué postura toma respecto del polémico episodio del domingo?

Para mí no es tan polémico, hay una decisión política de reprimir. Para mí hasta tiene cierto consenso social cuando hablamos de los piquetes, de la gente que no deja pasar, que corta las calles. Ahora, cuando se trata de docentes que cortan el tránsito un día domingo, bajo la lluvia y los reprimen, es sustantivamente diferente.

Creo que el gobierno se ha equivocado fuertemente, como se viene equivocando en el conflicto docente. Ha decidido pensar una situación, cree que en el conflicto gana si se presiona y derrota a los trabajadores de la educación. No sé si le va a dar el tiempo electoral, si la estrategia que tiene montada podrá sostenerse hasta octubre.

RP.- Se habló de un permiso para instalar las carpas, de un tiempo acotado, ¿qué diferencias hay con respecto a la época de la carpa blanca?

En aquel momento Mauricio Macri venía a la carpa a aplaudir, se comprometía a que iba a hacer otra cosa. Creo que esto de la carpa es el símbolo de lo que fue la carpa blanca hace 20 años. La sociedad estaba muy mediatizada, era la época de las privatizaciones. Lo que la carpa procuró hacer fue mostrar, visibilizar la situación que efectivamente teníamos en todo el país.

Hoy hay una falsa confrontación. En lugar de discutir la paritaria, el por qué no hay recursos, qué pasa con las leyes que han modificado la tributación y la coparticipación federal, estamos discutiendo si Roberto Baradel es gordo, si tiene título, si fue a la escuela y si en realidad le hace la vida imposible a una glamorosa gobernadora.

De eso se trata, de trivializar, de sacar del medio el problema real y hacer que la gente deje de comprender cuál es la situación que se atraviesa. Así que estamos en una batalla cultural muy fuerte en la que el gobierno se ha empeñado y ha decidido manipular a la opinión pública, a los medios de comunicación, difundiendo información también por la redes sociales esencialmente trivial, que nada tiene que ver con la realidad. Esa información es la que abruma y deja de ser sensible a la hora de tomar decisiones.

RP.- ¿Cree que el gobierno y los gremios vana a llegar a un punto de encuentro?

Ojalá, no parece que hubiera voluntad. Si hubiera habido se habría convocado a la paritaria desde el mes de enero, para evitar justamente que en marzo tuviéramos que tomar decisiones. Si la intención hubiese sido acordar y lograr un espacio de acuerdo y consenso, no hubiesen esperado hasta el mes de abril para ver si derrotaban a los docentes.

Me parece que de eso se trata, de una pulseada en la que el gobierno quiere ver si es posible derrotar a un gremio que no puede comprar. El presidente es un empresario que no es afín con el sindicalismo, no le gustan los sindicalistas pero sabe negociar con los grandes sindicatos y nada tiene que ver con el salario de los trabajadores. Esto el gobierno lo ha podido hacer pero con la Ctera no, entonces tiene que buscar otras formas de encarar.

RP.- Si y es interesante esto que señaló de si el gobierno es capaz de sostener el conflicto en el tiempo.

Hay que medir el desgaste que el gobierno va a tener, porque además tengo una duda. La sociedad, sobre todo en Capital Federal debido a los cortes, le está pidiendo al gobierno que actúe y tome decisiones; no creo que le esté demandando que reprima, me parece que esto es diferente.

La sociedad argentina ha vivido muchas angustias, situaciones terribles y no creo que el pueblo argentino esté buscando que aparezca nuevamente la represión. Ahí tengo una duda importante.