No se descarta dilatar el acuerdo con el pago de sumas no remunerativas. Las industrias pretenden un ajuste que sea escalonado.
En los primeros contactos informales con las cámaras del sector, el gremio de los metalúrgicos planteó para este año un aumento salarial que ronde el 32 por ciento.
Ese nivel fue, hasta el momento, el que se acordó días atrás en una reunión nacional con los titulares de las delegaciones de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM).
El titular del sindicato en Córdoba, Rubén Urbano, indicó que de los análisis realizados en la provincia surge que, hacia fines de marzo o principios de abril, la evolución de la inflación sería del 32 por ciento acumulado.
“En los últimos meses ha desacelerado la inflación, según los datos de la canasta del Sindicato de la Alimentación. Hasta diciembre ya acumulaba entre 28 y 29 por ciento. Se calcula que en abril llegaría a 32 por ciento”, explicó el dirigente.
En esa línea, el planteo de la UOM es obtener un piso salarial mínimo de 8.500 pesos, lo que implica un alza de 32,8 por ciento frente a los 6.400 pesos actuales, aun cuando esa situación provocaría una suerte de achatamiento en la escala salarial, en especial entre las categorías iniciales.
De todos modos, fuentes allegadas a la conducción nacional deslizaron que también hay un alternativa, que implicaría una suma fija no remunerativa de 2.000 pesos por mes hasta mitad de año para aplazar las negociaciones y ver cómo se acomoda el panorama.
De esa forma, el gremio pretende tener a mano una salida elegante para evitar un reto del Gobierno nacional, que aspira a que las negociaciones no superen el 30 por ciento.
Contexto
Las empresas del sector miran con otros ojos la demanda salarial. El principal argumento gira alrededor de las complicaciones que la industria viene experimentando desde el año pasado.
Las que tienen menos espalda advierten que no están en condiciones de afrontar un aumento de arranque de 32 por ciento, aun cuando sea una suma no remunerativa.
En cambio, se inclinan por un acuerdo que sea escalonado, en lugar de asegurar desde el comienzo el nuevo piso salarial que pide el gremio.
A la vez, tanto los empresarios como los sindicalistas coinciden en que el escenario laboral no es muy auspicioso.
Urbano comentó que las empresas siderúrgicas, que suelen ser termómetro del rubro han reducido turnos. “Eso pronostica menos producción por una menor demanda de chapa”, advirtió.
Con un ojo puesto en Brasil
Devaluación. En el arranque de este año se ha sumado la depreciación del real en Brasil, que presiona sobre las condiciones de competitividad de las empresas argentinas.
Antecedente. El último acuerdo paritario, que vence a fin de este mes, completó un alza global de 29,7 por ciento, la suma prorrateada de dos mil pesos y, en algunos casos, un bono de fin de año.
Parámetro. La paritaria metalúrgica es clave, ya que el aumento que reciba la UOM será tomado como referencia por muchos gremios del sector privado.
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