Según un nuevo informe del Indec, la tasa de informalidad promedio es de 42%, pero llega al 62% entre los cuentapropistas; el problema está mencionado en el documento del FMI, que pide una reforma laboral
Silvia Stang
El 42% de las personas que trabajan, ya sea bajo relación de dependencia o por cuenta propia, está en la informalidad. O bien, según la definición dada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), “desarrolla sus actividades al margen de las normas que las regulan”. Si se observa el universo solo de los cuentapropistas, el índice trepa al 62,4%, mientras que entre los asalariados la tasa de los que no tienen aportes es de 36,1%.
Esos índices, elaborados por el instituto oficial de estadística y difundidos hoy por primera vez, surgen de los resultados de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) y corresponden al cuarto trimestre de 2024. Solo en los 31 centros urbanos incluidos en el relevamiento, eso implica que las personas con ocupaciones informales son 5,7 millones. Si se extrapola el dato a la población total de la Argentina, la estimación hecha por LA NACION indica que los trabajadores sin registro son algo más de 9 millones.
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La tasa promedio de informalidad del cuarto trimestre del año pasado fue más elevada que la de los últimos meses de 2023, cuando había llegado a 41,4%, de acuerdo con lo difundido hoy. Y, a la vez, resultó algo más baja que la del tercer trimestre del año pasado, de 42,6%. El nuevo informe consigna datos a partir del cuarto trimestre de 2023.
El problema es más grave en la población joven: entre los ocupados que tienen hasta 29 años, el 58,7% está en la informalidad, en tanto que el índice es de 36,5% entre quienes tienen de 30 a 64 años, y de 49,5% entre los ocupados de 65 años y más.
El rubro de servicio doméstico es el que tiene la mayor tasa de informalidad laboralShutterstock
Además, la estadística muestra que entre las mujeres la tasa de ocupación informal es más alta que entre los varones. En el primer caso, el índice es de 43,4% y en el segundo, de 40,9%, frente al ya mencionado promedio de 42%.
Problema de vieja data
La fragilidad del mercado de trabajo es un problema persistente en la Argentina y está mencionado en el staff report del acuerdo entre el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el gobierno argentino, aprobado por el directorio del organismo internacional el viernes último. En el escrito, incluso, se menciona un dato aun más grave de la realidad laboral, que está en línea con algunas estimaciones hechas en los últimos años desde centros de estudios del sector privado o académico. “A pesar de estas importantes mejoras, la pobreza sigue siendo elevada (especialmente entre los niños) y más de la mitad de la fuerza laboral trabaja en el sector informal”, señala el documento.
El reporte del FMI valora lo que a criterio de los técnicos del organismo fueron “reformas encaminadas a una mayor flexibilidad para negociar salarios y para el régimen de indemnizaciones por despido a nivel sectorial”, para luego mencionar que “se considera una reforma más amplia de los mercados laborales”.
Las reformas aprobadas aludidas son las que se incluyeron en la ley de Bases aprobada en 2024, que, entre otras cuestiones, establecen la vigencia de tres alternativas para reemplazar -acuerdo de partes mediante- el esquema tradicional de indemnizaciones por despido, que a su vez sigue en pie para quienes no acepten estar en un régimen opcional, y también, en general, para el personal fuera de convenio.
Según el Fondo, esos cambios “deberán complementarse con una reforma del sistema tributario, así como con políticas activas del mercado laboral para apoyar la movilidad de los trabajadores hacia sectores con mayor potencial y mayor ventaja comparativa”.
El staff report del FMI menciona la reforma laboral incluida en la ley de Bases aprobada por el Congreso en 2024 y señala la necesidad de avanzar en otros cambios normativosricardo-pristupluk-11511
En los últimos años, el empleo asalariado formal en empresas privadas prácticamente no creció en la Argentina, según demuestra la estadística del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA). En diciembre último, según el dato más reciente disponible, la cantidad de puestos en ese segmento era muy similar a la del último mes de 2015.
En el caso de los asalariados informales, la tasa se mantiene por arriba del 35% desde que se recuperó el empleo tras la crisis de la pandemia. Antes del período marcado por la crisis del Covid-19 (en el que la tasa bajó, pero solo porque se perdieron más empleos informales que formales), la informalidad volvió a crecer y llegó a ubicarse en niveles más altos que los registrados hasta 2019. Y, tal como informó LA NACION días atrás, la realidad es heterogénea dependiendo del lugar del país que se observe. Mientras en la ciudad de Buenos Aires el índice al tercer trimestre de 2024 fue de 23,6%, en el conurbano bonaerense trepó a 39% y en la ciudades de Salta y Concordia (Entre Ríos), a más de 48%, según datos basados en la EPH y elaborados por el Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la UBA y el Conicet.
Al tratarse de trabajadores sin aportes a los sistemas de seguridad social y de salud, el problema impacta con fuerza sobre el sistema previsional. Y es parte del porqué en los últimos 20 años avanzó de manera muy significativa el número de jubilaciones otorgadas por la Anses a quienes hicieron uso de moratorias, por llegar a la edad de retiro sin contar con la cantidad de contribuciones exigida por la ley. Del total de beneficios jubilatorios que están hoy en curso de pago, el 67% fue conseguido con moratoria, por pocos o por muchos aportes faltantes.
Los sectores con mayor informalidad
El nuevo documento sobre el mercado laboral del Indec desagrega los datos de informalidad según sectores de la actividad. Y revela que la tasa más elevada se da en el servicio doméstico, rubro en el cual la falta de registro alcanza al 77% de quienes trabajan. Le sigue la construcción, con un 76,6%, y en tercer lugar se ubica el sector de los hoteles y restaurantes, con 63,2%.
Más cerca del índice promedio se ubican el comercio, con 51,9%, y la industria manufacturera, con un índice de 36,1%. En los servicios sociales y de salud, en tanto, la informalidad llega al 24,8% de las ocupaciones, y en la enseñanza, al 13,3%.
En los servicios de salud el índice de informalidad laboral es inferior a la tasa promedio de toda la actividad económicaPexels
La mayor variación con respecto a los datos relevados en el cuarto trimestre de 2023 se dio en los hoteles y restaurantes, dado que en ese rubro en aquel momento la tasa había sido de 53,2%, en tanto que al segundo trimestre del año pasado ya había subido a 56% (y en el cuarto fue, como se consignó, de 63,2%).
En cuanto al lugar físico donde realizan sus tareas los informales, el 45,2% dijo que en un local determinado y con un puesto laboral fijo; el 20,5% “en la vivienda del patrón o cliente”, y el 15,3%, en su vivienda y sin tener un espacio exclusivo para la actividad. Quienes no se incluyeron en esas tres respuestas dijeron que trabajan en “vehículos de transporte” (7,9%); en su vivienda usando un espacio exclusivo (5%); en un lugar no fijo o de manera ambulante (4,9%), o en “otros lugares” (1,2%).
Los datos sobre el nivel educativo indican, por su parte, que un tercio de los informales tiene el ciclo secundario completo, y cuatro de cada diez solo el nivel primario (completo o incompleto) o el secundario incompleto, en tanto que uno de cada cuatro cursó estudios de nivel terciario o universitario. Entre los ocupados con aportes a la seguridad social, más de 54% se ubica en este último grupo, en tanto que un 29% completó el ciclo secundario, y un 16,4% tiene secundario incompleto o un nivel educativo inferior.
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