La titular de la FEB definió como “extenso e inédito” el clima de tensión que enmarca la negociación salarial docente. Los réditos del Gobierno. El efecto desgaste y la herramienta del paro.
Los primeros pulsos del nuevo milenio no daban signos alentadores al largo derrotero de reclamos docentes. Con una cuasi moneda (el bono “Patacón”) como forma de pago en la antesala al estadillo de 2001, el rechazo gremial en terreno bonaerense empezaba a toparse con determinaciones gubernamentales familiares por estos días: conciliación obligatoria y descuento por días de paro, anunciaba en medio del temblor el gobernador de las zapatillas, Carlos Ruckauf.
En los años siguientes, la relación entre las sucesivas administraciones provinciales y los gremios del sector no dejó de tener, en mayor o menor medida, rasgos de tensión con múltiples modalidades de protesta. Sin embargo, el creciente clima de tensión que enmarca este año la negociación salarial desde su inicio (el 6 de febrero pasado) hace que la aún infructuosa paritaria docente bonaerense ya sea considerada como la más áspera de la historia reciente.
“No recuerdo una paritaria con este nivel de conflictividad”, definió la titular de la Federación de Educadores Bonaerenses (FEB), Mirta Petrocini, en diálogo con Letra P mientras se desarrollaba este viernes una nueva jornada de protesta del Frente de Unidad Docente con el objetivo de “seguir visibilizando” un conflicto que definió como “extenso e inédito”.
Al resaltar que en más de tres meses de negociaciones las propuestas del gobierno de María Eugenia Vidal “sólo variaron en un 2%” (del 18 al 20%), la dirigente gremial cuestionó la negativa de la Provincia a reconocer la pérdida de poder adquisitivo de 2016, ya que responde a ese reclamo con “una suma fija por única vez, no remunerativa que realmente no consolida salario”.
"A través del descrédito, de los agravios, lo que se intenta es deslegitimar la lucha por un salario".
En cuanto a la última oferta del 20% en dos etapas con la cláusula gatillo, resumió: “Siempre vamos corriendo detrás de la inflación”, al tiempo que hizo hincapié en acusar al Gobierno bonaerense de incumplir “con los tres puntos de la manda judicial (NdR: en alusión al fallo de la magistrada María Ventura Martínez) que ordena la devolución de los días de paro, la liquidación de la última propuesta hasta avanzar en una solución y abstenerse de nuevos descuentos, cuestión que sí volvió a realizar en esta liquidación el Gobierno de la provincia. Por otro lado, conmina a los sindicatos a no realizar medidas de fuerza”.
- ¿Es el conflicto más duro y complicado del que tenga memoria?
- “Sí. También en 2013 tuvimos un conflicto que en ese momento el gobernador (Daniel Scioli) firmó un decreto y en junio retomamos las negociaciones, cerrando una paritaria bastante extensa. Pero no recuerdo una paritaria con este nivel de conflictividad”.
- ¿El Gobierno saca algún rédito en la extensión del conflicto?
- “Creo que el Gobierno saca dos réditos: uno claramente es el ahorro importantísimo que hace para las arcas de la Provincia de Buenos Aires. Con estos dos adelantos que hicieran no aplicando la pauta salarial como ordena la Justicia, ahí ya se produce un ahorro bastante importante. Con los descuentos que está realizando, desoyendo a la Justicia, también hay un claro ahorro. Y, por otro lado, esta sucesión de descalificaciones, agravios que hace que estemos en esta situación”.
- Más allá del rédito económico, ¿puede existir una intencionalidad política de estirar la situación?
- “La cuestión también acá es que, a través del descrédito, de los agravios, lo que se intenta es deslegitimar la lucha por un salario. Lo que se intenta es separar al trabajador, en este caso a los docentes, de sus representantes, de sus sindicatos”.
"La paritaria ya debió haberse resuelto si hay decisión política".
- ¿La calificación de “mafiosos” que recibieron por parte del Presidente enmarca el tono con que el Gobierno lleva adelante el conflicto?
- “Si, eso la verdad que es doloroso. Y la verdad que, si se tiene certeza al verter esos conceptos, estaría incumpliendo su función porque debería estar denunciándose”.
- Teniendo en cuenta la adopción de la última jornada de lucha, ¿la herramienta del paro ya la consideran desgastada?
- “No, no. La herramienta de lucha que tiene todo trabajador, que es la huelga, no es que está desgastada. En el congreso de la FEB se definió no realizar medidas esperando este fallo judicial que nosotros estamos cumpliendo pero el Estado provincial no. Y luego se han decidido realizar todas estas acciones manteniendo la protesta. Este congreso pasó a un cuarto intermedio, así que iremos evaluando permanentemente con los docentes, que son los que definen en realidad el plan de lucha.
Obviamente que hay un efecto de desgaste. Imaginate que hubo descuentos de 2000, 3000, 4000, 5000 pesos. Una va a visitar los distritos y los docentes en su lugar de trabajo te dicen ‘nosotros acompañamos pero lamentablemente no podemos sostener semejante golpe al bolsillo'. Pensá que estamos con salarios de 2016”.
- Como se presenta el panorama, ¿ve que se puede llegar a resolver la paritaria en un futuro próximo?
“Sinceramente, ya debió haberse resuelto si hay decisión política, porque uno de los temas era que los docentes estemos en las escuelas y los chicos en las aulas. Hoy, hace tiempo que no se realizan más medidas de fuerza y, sin embargo, seguimos en la misma situación: presentándose los mismos números con distintas variables pero en definitiva no deja de ser la misma propuesta del 6 de febrero con dos puntos de diferencia”.
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