El ministro de Trabajo anunciará un elenco ecléctico, en el que integra a abogados de su confianza con delegados del poder sindical. El rol de Massa y la sobrevida de funcionarios macristas.
El flamante ministro de Trabajo Claudio Moroni anunciará la semana que viene un gabinete ecléctico, con nombres inesperados, escasa presencia gremial circunscripta a lugares determinantes y funcionarios designados por la gestión anterior que permanecerán en sus cargos.
En contra de lo que se preveía, los principales cargos de Trabajo no se lotearon entre las diferentes corrientes de CGT. Al contrario, casi como una réplica de la decisión de Alberto Fernández de colocarlo al frente de la cartera laboral más por su confianza personal y política que por su conocimiento del mundo sindical, Moroni tiene resuelto ubicar a Leonardo di Pietro en la jefatura de su gabinete.
Prácticamente desconocido para los sindicalistas, este abogado tiene una cualidad fundamental: es un hombre de máxima cercanía del ministro de Trabajo y conoce, como él, los resortes de la administración pública. Además, su paso por la Superintendencia de Riesgos de Trabajo lo familiarizó con un área que afecta a las negociaciones entre patronales y sindicatos.
Para el cargo que ocupará Di Pietro se mencionaba inicialmente a Miguel de Virgiliis, un abogado laboralista vinculado a uno de los principales estudio propatronales, algo que provocó preocupación sindical. Sin embargo, el armado del gabinete no lo dejará fuera de juego: al contrario, va a permanecer junto a Moroni como su principal asesor técnico en cuestiones laborales. Otro de los que sonaba para ocupar un cargo relevante y que probablemente engrose la nómina de asesores es Alberto Tomassone, histórico abogado del Sindicato de Comercio.
Con la restauración de su jerarquía de ministerio, la secretaría de Trabajo volvió a ser el segundo cargo en importancia en los papeles. Allí, Moroni resolvió designar a otro funcionario desconocido para el común de los sindicalistas: Marcelo Bellotti, tal como anticipó esta semana Ambito Financiero. El dirigente, oriundo de la ciudad de La Plata, hizo sus primeras armas políticas en el Partido Intransigente, al que dejó para sumarse a la fundación del Frente Grande.
En los 90, fue concejal por el Frepaso y después de la crisis de 2001 que se llevó puesto al Gobierno aliancista, recaló en el Partido de la Victoria, la fuerza que fundó el exintendente de Bragado Aldo "El Gaucho" San Pedro. El "Colorado", como lo conocen sus compañeros, tiene relación también con un sector de militantes que le responden a Héctor Daer, a los que conoció en la Pastoral Social porteña.
LA PATA SINDICAL. Hasta aquí, las designaciones no incluyen a ningún dirigente sindical, quienes, sin embargo, se reservaron la designación de Mónica Rissotto al frente de la estratégica Dirección Nacional de Asociaciones Sindicales, considerada como el corazón del Ministerio de Trabajo.
La abogada, especialista en derecho laboral y que representa al gremio de taxistas que conduce Omar Viviani, pero fundamentalmente es la apoderada legal de la CGT, estará a cargo de la dirección más importante en términos sindicales. Los gremios presionaron y consiguieron tener el control del lugar encargado de monitorear la vida interna de los gremios, lo que les garantiza la continuidad indiscutida del modelo sindical unitario.
Elecciones internas, homologación de autoridades y resolución de los conflictos por el encuadramiento sindical son algunas de las funciones de la DNAS que, además, se encarga del monitoreo de los procesos electorales de los sindicatos y participa, como voz fundamental, de los dictámenes para habilitar o no nuevas organizaciones.
Como en el resto de los organismos, las negociaciones para definir a los funcionarios no estuvieron exentas de la rosca política entre los distintos grupos que le dieron forma al Frente de Todos. El Frente Renovador de Sergio Massa, un actor presente en todas las mesas que definen cargos, se alzó con la secretaría de Empleo, una de las dependencias que mayores recursos maneja dentro del ministerio. Allí recalará Mónica Litza, una abogada bonaerense que fue diputada nacional hasta 2017, después de haber sido senadora provincial por el peronismo e integrante del Consejo de la Magistratura bonaerense. Especialista en temas de justicia y seguridad, estuvo a cargo del Registro Nacional de Reincidencias, dónde trabó relación con la poderosa Confederación de Trabajadores del Transporte (CATT) por haber modernizado los procedimientos para los trámites de reincidencia, una condición requerida para emplear en ese sector.
Se descuenta que dentro de la secretaría que conducirá Litza, se habilite una subsecretaría o dirección que asuma el desarrollo de políticas para la economía popular y la relación con las organizaciones sociales que estaría en manos del Movimiento Evita.
CONTINUIDADES. Con Moroni activo al frente de la cartera y lanzando las primeras medidas, como el decreto que declara la emergencia ocupacional y una inminente puesta en marcha de un Consejo Económico y Social, se espera que entre el lunes y el martes anuncie su gabinete que, desde su entorno, señalan que ya está "definido en un 90%".
Las mismas fuentes señalan que funcionarios designados por el exministro de Producción y Trabajo Dante Sica tienen altas chances de continuar en su cargo. Una de ellas es Gabriela Marcello, la actual Directora Nacional de Relaciones y Regulaciones del Trabajo, que tuvo una relación más que tirante con el exsecretario de Trabajo Lucas Fernández Aparicio.
La continuidad de Marcello tendría el visto bueno de los principales sindicatos que ponderan positivamente sus intervenciones en un contexto económico regresivo para los asalariados. Por el contrario, la funcionaria macrista no es bien vista por las comisiones internas de los diferentes gremios que conviven en la cartera laboral, que la acusan de supuestos malos tratos que derivaron en traslados hacia otras direcciones de trabajadores bajo su órbita.
Todavía con el libro de pases abierto para las terceras líneas, siguen en carrera el laboralista Gustavo Ciampa, ladero de Héctor Recalde en su estudio, y Néstor Barcos, el abogado del gremio de Sanidad, que conduce Héctor Daer.
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