Las dos versiones de la central alternativa relativizaron el impacto de la medida acordada por la CGT, empresarios y el gobierno nacional. “Es un gesto que vamos a tener que controlar que se cumpla”, dijeron desde la CTA Autónoma porteña. Para la dirigencia que lidera Hugo Yasky “ni el bono ni el pacto alcanzan”, y pidieron reabrir las paritarias.
Luego de una larga reunión, el ministro de Trabajo de la Nación, Jorge Triaca, anunció el acuerdo de empresarios y gremios para mantener los puestos laborales hasta marzo de 2017. Este pacto “anti despidos” contó con el aval de la CGT y seis cámaras empresariales, y fue parte del espacio “Diálogo para la Producción y el Trabajo”, que fomenta el gobierno y que semanas atrás logró el compromiso de un bono de fin de año con base en 2 mil pesos. Como en esa ocasión, el acuerdo para no despedir es de carácter voluntario. Ante el anuncio, desde las dos versiones de la CTA relativizaron su impacto, y si bien festejaron el anuncio, dijeron que es “un parche”. Alertaron que si no se discute la matriz productiva y distributiva, no habrá cambios. Piden que el debate sea “como generar trabajo genuino”.
El pacto “anti despidos” contó con el aval del triunvirato de la CGT y representantes de la UIA, la Cámara Argentina de Construcción, la Cámara Argentina de Comercio, ADEBA, entre otros. “Acordamos mantener los puestos de trabajo hasta marzo de 2017, poniendo especial énfasis en la creación de empleo”, señaló Triaca, en una breve conferencia de prensa realzada en el Museo del Bicentenario de la Casa Rosada. el funcionario estuvo apenas acompañado por el vicejefe de Gabinete, Mario Quintana, ya que sindicalistas y empresarios se retiraron del lugar sin hablar con la prensa.
“En principio es un avance, un gesto que vamos a tener que controlar que se cumpla”, dijo José “Pepe” Peralta, secretario general de la CTA Autónoma de Capital Federal. Consultado por Gestión Sindical, el dirigente aseguró que “esto en lugar de generar un compromiso genuino de discutir la situación desde lo sindical lo que hace es dar un plazo, contener hasta marzo, y luego vía libre a los despidos”. “Nos parece que está mal encarado, el gobierno debería generar una prohibición de despedir, y empezar a negociar como se puede efectivizar para crear trabajo genuino”, agregó el dirigente.
En tanto, desde la CTA de los Trabajadores no se mostraron más entusiasmados que dentro del espacio que conduce Pablo Micheli. “Desde nuestra CTA venimos planteando que la cantidad de despedidos, suspendidos o con jornada laboral reducida son abrumadoras, no alcanza con un acuerdo de no despidos de acá a marzo, porque hay un montón de trabajadores que ya están en la calle”, aseguró Javier Perín, dirigente de la CTA Lomas de Zamora. En dialogo con Gestión Sindical, el secretario Adjunto de esa seccional recordó que “los tarifazos y la transferencia de recursos a los sectores más concentrados sigue achicado a los que menos tienen”.
En tanto, Peralta advirtió que luego de los anuncios hubo una especie de marcha atrás respecto al verdadero impacto del acuerdo. “De ayer a hoy hubo cambios, y se pasó del ‘no habrá despidos hasta marzo’ a un menos prometedor ‘vamos a tratar de no tener despidos’. Cambia la visión”, dijo el dirigente porteño. Además, criticó el carácter voluntario del acuerdo, porque considera que “no funciona”. “La matriz productiva y distributiva no se toca, entonces esta medida es un parche, ponernos muy contentos porque se extiende el plazo para despedir gente no es muy buena noticia, obvio que pase a que no pase el anuncio, pero hay que ponerlo en ese contexto”, remarcó el dirigente.
En igual sintonía, Perín remarcó que “se necesita un cambio de rumbo, frenar el ajuste que está sufriendo la clase trabajadora, y dar un nuevo rumbo económico donde no seamos los que pagamos el brutal ajuste”. “En este camino, desde la CTA creen que el camino “es reabrir las paritarias de todos los sectores, la pérdida del salarial real es cercana al 10 o 12 por ciento. Ni el bono ni este pacto es suficiente, lo venimos planteando desde la Marcha Federal, donde movilizamos más allá de las posturas de los dirigentes”, remarcó el dirigente del gran Buenos Aires.
El pedido para que se logre este pacto “anti despidos” nació de la CGT, que buscó un efecto similar al conseguido por el acuerdo por el bono de fin de año. Pero como paso esa vez, los sectores más radicales dentro de la central obrera se mostraron escépticos de su cumplimiento. Pablo Moyano, que no firmó el acta pese a estar presente en la reunión, dijo que Mauricio Macri y Triaca “son unos mentirosos”, y adelantó que no cree que se cumpla el compromiso.
El acuerdo es parte de la estrategia de la CGT para finalizar el año de manera tranquila, calmando los ánimos adentro y afuera. En este camino, logró que antes de fin de año se trate la emergencia social, por la que marchó el viernes pasado junto a los movimientos sociales. Horas antes, volvió a reunirse con la Iglesia, buscando garantizar la paz social en el cierre del año. Durante el encuentro se reafirmó el “vínculo histórico” entre la CGT y la Pastoral Social, y se habló de la importancia de la “cultura del encuentro” que impulsa el papa Francisco y la importancia de la “búsqueda de soluciones para todo tipo de conflictividad a través del diálogo”.
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