Mientras el personal de la firma estadounidense continúa suspendido, hubo 130 retiros voluntarios y hay preocupación porque el Cruze ya no se fabrica en el país.
La automotriz General Motors paralizó su planta de Alvear hasta el mes de marzo y suspendió todo su personal con salario reducido. La medida es fruto de la crisis económica y la caída de la demanda. Según detalló Marcelo Barros, secretario general del Sindicato de Mecánicos y Afines del Automotor (Smata), de Rosario, en diálogo con LT8, el personal está suspendido hasta el 4 de marzo y, tras un acuerdo alcanzado con las automotrices, cobran entre el 76 y 78% de los sueldos. El sindicalista dijo que la situación le recuerda al gobierno de Mauricio Macri, cuando se perdieron 2.000 afiliados. “Hace poco suspendían algunos días por los materiales. Encima el Cruze se dejó de fabricar y solo se produce la Tracker. Algunas concesionarias echaron gente. Están especulando a ver qué pasa con este tipo”.
El dirigente remarcó que hay una "situación de alarma" e incertidumbre, porque la empresa no está siendo clara con lo que ocurre. "No estamos tranquilos. Hay mucha incertidumbre", aseguró Barros al tiempo que recordó que General Motors dejó de fabricar el Chevrolet Cruze en diciembre. En esa misma línea, Barros también señaló que ya hubo en la planta 130 retiros voluntarios.
En rigor General Motors volvió a postergar el reinicio de su producción en la planta de Alvear, que estaba paralizada desde fines de diciembre. Según un comunicado de la automotriz, la actividad se retomará el próximo 4 de marzo, tras un acuerdo con sus proveedores afectados por los pagos en el exterior. De todos modos, desde el Sindicato de Mecánicos y Afines del Automotor (Smata) mantienen su preocupación por la situación de los trabajadores.“GM informa que, tras un acuerdo con sus proveedores afectados por los pagos en el exterior, retomará la producción en su planta de Alvear el próximo lunes 4 de marzo”, señaló la declaración difundida por la automotriz.
En la última parte del año pasado, General Motors cerró por tres semanas porque los proveedores del exterior cortaron los envíos de mercadería por la deuda acumulada por importaciones realizadas. Si bien la desregulación del comercio exterior que está vigente desde el 13 de enero le permitió empezar a regularizar la situación, no hubo novedades de toda la deuda. Y el nivel de producción de la fábrica, una vez que retoma la actividad, no puede depender de insumos de los que no tienen garantizada su llegada en tiempo y en forma.
Cabe destacar que en medio de una marcada caída del poder adquisitivo, el sector automotriz se desplomó en enero. De hecho, desde Adefa, (Asociación de Fabricantes de Automotores) informaron que la producción de vehículos alcanzó las 22.643 unidades, 38,8% menos que diciembre y 16,7% por debajo del volumen de enero de 2023.
General Motors no es ajena a la situación general y, según explicó Barros, al no fabricarse más el Cruze en Argentina, "la funda para la Tracker la traen de Brasil y la parte de costura, donde había chicas con 20 años de trabajo, lamentablemente se tuvo que cerrar. Además, en la ex Beta, que ahora es del grupo Quijada y en la Peugeot de Virasoro y San Martín, salieron con retiros voluntarios entre 20 y 22 personas”.
En esa línea, Barros enfatizó que "el panorama en todo el sector automotriz está complicado, y estamos esperando que llegue el 4 de marzo para ver qué decidirá General Motors". "Estamos con mucha incertidumbre, porque no se sabe si va a cerrar o reabrir y no queda otra que esperar hasta el 4 de marzo. Para colmo bajaron las ventas un montón. Las automotrices quieren vender, pero la gente no puede comprar”, destacó.
El titular del gremio de los mecánicos aseguró que esto es "una señal de alarma". "Aunque los trabajadores no sufran descuentos en sus haberes, la gente está suspendida hasta el 4 de marzo y cobra el sueldo de bolsillo. Pero es una alarma para nosotros. Estamos preocupados porque creemos que puede pasar algo más adelante".
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